La medida no despierta el entusiasmo de todos los miembros del club comunitario. Mientras que Grecia, Italia, Portugal, España, Francia y Bélgica serán los principales beneficiados de la extensión de la cláusula de escape —por ser los Estados más endeudados—, organismos como el Banco Central Europeo han advertido de la necesidad de subir los tipos en julio ante la desbocada inflación. La Reserva Federal estadounidense y el Banco de Inglaterra ya han adoptado medidas en este sentido.
Y ahora todo apunta a que Bruselas certificará que va a dar un año más de margen a los países europeos para reducir su deuda pública, tras revisar a la baja las previsiones económicas de la región. Las últimas estimaciones apuntan a que la economía se ralentizará los dos próximos dos ejercicios en Europa a consecuencia de la invasión rusa de Ucrania y que solo crecerá un 2,7 % este año y un 2,3 % en el 2023. El precio de la energía, en cambio, se ha revisado al alza y la Comisión Europea asume que seguirá disparado en los próximos meses, lastrando la actividad empresarial y el consumo.