Es decir, en momentos de incertidumbre, la salida de los activos de riesgo es generalizada. Y eso supone un serio reto para una economía como la española, que ya es la quinta por volumen de transacciones de criptoactivos de Europa, según el Banco de España. De hecho, durante el pasado año el volumen de transacciones rozó los 60.000 millones de euros, un 4,8 % del PIB.
Respecto al bitcóin, Javier Molina, portavoz de la plataforma eToro en España, indica desde un punto de vista técnico que «si los precios consiguen recuperar los 35.000 dólares, no será hasta ver la superación de los 40.000 dólares que pensaremos en otras opciones alcistas». Es decir, hasta que no se alcance ese nivel, hay riesgo de nuevas turbulencias a la baja. El problema es que, según llevan tiempo advirtiendo desde instituciones como la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) o el Banco de España, el bum de estas inversiones ha provocado que muchos minoristas entren en este mercado alentados por elevadas expectativas de rentabilidad, sin tener en cuenta que se trata de un activo de riesgo. Y también de máxima volatilidad.