A la tarifa regulada, sólo disponible para potencias contratadas hasta 10 kilovatios (kW) e imprescindible para acogerse al bono social, no se le puede aplicar ningún tipo de descuento o promoción, ya que el precio está fijado por el Gobierno, lo que excluye posibles negociaciones entre cliente y comercializadora.
La tarifa regulada ha sido históricamente más barata que el mercado libre en el que pagan sus facturas el resto de los consumidores españoles, según la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC), aunque en los últimos meses en el mercado mayorista de la electricidad se han registrado precios de récord debido en gran parte al encarecimiento del gas.