Más del 40 % de los contratos que se firman en Galicia ya son indefinidos

Gabriel Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Martina Miser

España supera los 20 millones de cotizantes por el tirón de la Semana Santa

04 may 2022 . Actualizado a las 21:18 h.

El tirón de la primera gran temporada turística sin restricciones tras dos años de pandemia propulsó el mercado laboral a cotas nunca vistas en España. La Seguridad Social superó en abril la barrera de los veinte millones de afiliados por primera vez en la historia, con una media de 20.019.080 cotizantes el mes pasado, lo que supone un incremento de 184.577 nuevos puestos de trabajo, un 0,93 % más.

En Galicia, el alza fue de apenas la mitad, un 0,54 %, lo que se tradujo en 5.540 nuevos ocupados netos, dejando el total de trabajadores en alta laboral al filo de los 1.034.000 (solo faltaban tres cotizantes para llegar a esa barrera). Hay que tener en cuenta, en todo caso, que a diferencia de lo que pasa en grandes polos turísticos como Baleares, Andalucía o la Comunidad Valenciana, donde en la Semana Santa se firman ya el grueso de los contratos que se mantendrán durante la temporada estival en hoteles y restaurantes, en Galicia el efecto es más progresivo y muchos refuerzos no se incorporan hasta los meses del verano.

Y es que la hostelería fue el gran motor del mercado laboral en abril, con más de 113.500 nuevos puestos de trabajo, entre asalariados del régimen general y autónomos. La normalización de la vida social y el progresivo levantamiento de las restricciones ha provocado que en el último año el empleo en el sector haya crecido más de un 30 %. A mucha distancia de bares y restaurantes se sitúa el sector logístico y del transporte, que ganó casi 11.500 afiliados, el comercio, con cerca de 9.900 puestos adicionales, y las actividades artísticas y recreativas, que suman más de 7.400 cotizantes en puertas del que se espera que sea el verano de la recuperación turística.

Si el empleo sube con fuerza la contrapartida lógica es un descenso en el paro registrado en las oficinas de empleo, de las que en abril se dieron de baja 86.260 personas, dejando el total de desempleados en 3.022.503, lo que hace más que factible que en mayo baje ya de la barrera psicológica de los tres millones, algo que no sucede desde noviembre del 2008. En solo catorce meses, desde febrero del 2021, el paro ha bajado en más de un millón de personas.

En Galicia fueron 2.734 los desocupados que se dieron de baja como demandantes de empleo en abril, dejando el total de parados registrados en 150.602. En el último año el desempleo se redujo en un 11,8 % en la comunidad, la mitad que en el resto de España.

El efecto de la reforma laboral

Si los datos publicados ayer por los ministerios de Trabajo y Seguridad Social reflejan que el mercado laboral sigue resistiendo el impacto económico de la guerra y la ola inflacionista, como antes lo hizo con la pandemia, también muestran los efectos de la reforma laboral en la mejora de la calidad del nuevo empleo que se crea. Así, de los 1,45 millones de contratos firmados el mes pasado, casi la mitad, 698.646, fueron indefinidos, una tasa del 48,2 %. Aunque algo inferior en porcentaje, la supresión de los contratos por obra y servicio y la penalización de los empleos de muy corta duración con un sobrecoste en las cotizaciones provocó que más de cuatro de cada diez nuevos empleos nazcan ya sin fecha de caducidad (un 42,3 % de contratos indefinidos en abril).

El Gobierno, por boca del secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, afirmó que las cifras muestran que la reforma laboral está siendo «la más eficaz de la historia en España», pues ha permitido «salir de la precariedad» a 1,8 millones de trabajadores. Y es que muchos de los contratos indefinidos que ahora se firman son para estabilizar empleos cuya temporalidad no se puede justificar. Solo en Galicia el mes pasado hubo 9.000 conversiones a indefinidos, más del doble respecto al mismo mes del año anterior, en el que solo se transformaron en fijos 4.000 contratos.

La patronal CEOE, por su parte, atribuyó el salto de calidad del empleo al «compromiso del sector privado con un cambio cultural que es claramente positivo para la sociedad, para la economía y para la sostenibilidad de nuestro sistema de bienestar».