También hay algunos números que se tornaron en negativo. Concretamente los referentes a las suscripciones, que cayeron un 31 % hasta los 89 millones de euros.
Nunca una presentación de resultados de Twitter había despertado tanta curiosidad. Conscientes del momento trascendental en el que se encuentran, los jefes de la red social trataron de hacer el menor ruido posible con sus números y, sobre todo, evitaron poner sobre la mesa «ninguna orientación de cara al futuro». Por ello, a diferencia de otras ocasiones, el consejo de administración de la firma retiró todos los objetivos y perspectivas de futuro. Porque, en manos de Musk, el porvenir continúa siendo toda una incógnita.