Lo mismo ocurre con Hungría. El país magiar, que se ha alineado con Berlín al rechazar un embargo energético a Rusia, admite que ha aceptado la solución rusa de pagar a través del Gazprombank, que convierte los euros en rublos. El 85 % del suministro que necesitan procede del país del este.
Austria no ha sido tan explícita al admitir esta práctica y califica de «propaganda rusa» las informaciones que apuntan a que el país estaría saltándose las sanciones con este truco: « La OMV (la empresa energética austríaca) seguirá, por supuesto, pagando las entregas de gas de Rusia en euros. Austria cumple al pie de la letra las sanciones acordadas conjuntamente por la UE», aseguró el canciller austríaco, Karl Nehammer.
Esta actitud ha sido censurada públicamente por el expresidente del Consejo Europeo y líder del Partido Popular Europeo (PPE), Donald Tusk, quien ha acusado a los tres países de estar en la «rublozona», en lugar de la eurozona, al ceder al chantaje del Kremlin.
Suministro en los países afectados
El Gobierno polaco sostiene que hogares y empresas tienen asegurado el suministro de energía, pero Bulgaria depende en un 90 % del gas ruso. La paralización del suministro ha puesto en guardia a todas las cancillerías europeas. Sus expertos se han reunido este miércoles para trazar una respuesta coordinada y cerrar nuevos acuerdos con socios internacionales para garantizar la seguridad del suministro: «Los europeos pueden confiar en que estaremos unidos y con total solidaridad con los Estados miembro afectados frente a este nuevo desafío. Pueden contar con todo nuestro apoyo», deslizó Von der Leyen.
La alemana acusó al Gobierno de Vladimir Putin de utilizar el gas como «instrumento de chantaje». «Esto es injustificado e inaceptable. Y muestra una vez más la informalidad de Rusia como proveedor de gas. Estamos preparados para este escenario. Hemos estado trabajando para garantizar suministros alternativos y los mejores niveles de almacenamiento posibles en la UE», aseguró Von der Leyen.
El Ejecutivo comunitario asegura que se han puesto en marcha planes de contingencia para un escenario como el actual.
En la misma línea se han expresado los países afectados. El ministro de Energía búlgaro, Alexander Nikolov, ha lamentado que el gas natural se haya convertido en «un arma política y económica» al servicio de Rusia para presionar a quienes han adoptado sanciones. Ha recordado que Bulgaria no ha incumplido ningún contrato y que incluso ha efectuado los pagos correspondientes a abril, aunque lo hizo en dólares, como consta en los contratos. «Bulgaria no mantendrá negociaciones bajo presión y con la cabeza baja», ha advertido, según Bloomberg.
El Gobierno búlgaro ha apelado a la calma y ha señalado que el país tiene suficiente suministro para al menos un mes, gracias a fuentes alternativas. Un mensaje similar al que ha lanzado Polonia. Su principal responsable para asuntos de infraestructura energética, Piotr Naimski, ha afirmado este miércoles que «si no hay un cataclismo (...), el suministro de gas está garantizado», ha declarado, según la agencia PAP. No obstante, la empresa gasista polaca PGNiG ha anunciado que solicitará una indemnización por violación de contrato.
Amenaza de nuevos cortes
Mientras la UE hace parte de daños y prepara su respuesta, el presidente de la Duma del Estado ruso (Cámara de Diputados), Viacheslav Volodin, aplaudió este miércoles el corte de suministro de Gazprom a Bulgaria y Polonia y pidió extender la medida a «otros países inamistosos».
«Gazprom suspendió totalmente los suministros de gas a Bulgaria y Polonia. Es una decisión correcta. Los diputados de la Duma del Estado la respaldan», escribió Volodin en su canal de Telegram, según recoge Efe. Culpó a los Gobiernos polaco y búlgaro de haberse quedado sin gas, alegando que tuvieron la posibilidad de ceder al chantaje ruso y pagar en rublos -lo que violaría los términos de los contratos en vigor y las sanciones de la UE-. «Los dirigentes de esos países no lo quisieron. Pues que ahora expliquen a sus ciudadanos cómo van a salir de esta situación y qué intereses tomaron en cuenta al adoptar esa decisión», deslizó antes de abogar por extender los cortes a otros países del entorno: «Es necesario actuar de la misma manera en relación con otros países inamistosos», con Rusia.
Y parece que la intención del Kremlin es ampliar los cortes de suministro en el mes de mayo si los países europeos no se pasan al nuevo sistema de pago. El portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, aseguró que «conforme se acerque el tiempo de pago y si los consumidores rechazan el nuevo sistema de pago, el decreto presidencial será implementado». El propio Peskov admitió que las empresas deberán hacer lo que han hecho esas cuatro firmas que han pagado: abrir dos nuevas cuentas en el Gazprombank. Una para depositar los euros y otra para hacer el cambio a rublos antes de finalizar el pago.
La Voz
El gran temor a un corte de suministro del gas ruso se hace realidad. Este miércoles Gazprom dejará de alimentar a Polonia con su hidrocarburo, tras la negativa del país a ceder al chantaje del Kremlin y pagar en rublos las compras de gas, según informó hoy la empresa estatal polaca PGNiG en un comunicado recogido por Efe.
Rusia interrumpirá el flujo al país europeo, que el pasado viernes, tras expirar el plazo impuesto por Moscú para abonar el dinero adeudado, rechazó pagar con la divisa rusa. El pasado 31 de marzo, el presidente Vladimir Putin aprobó un decreto para obligar a sus gigantes energéticos a cobrar a los clientes de países «hostiles», como los europeos, en rublos. La maniobra facilitaría al banco central ruso el acceso a la divisa que el Kremlin necesita revalorizar para retomar el control de sus cuentas públicas, mermadas por las sanciones occidentales. Sin esa estabilidad, tendrá problemas para seguir financiando la guerra en Ucrania. No obstante, países como Polonia, Alemania o los Países Bajos ya anunciaron que no cederían a la demanda, que se considera una violación de los contratos.
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