Shein, el misterioso gigante chino que acecha a los grandes del textil

Sara Cabrero
Sara Cabrero REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Dado Ruvic | REUTERS

Tras otra ronda de financiación, la empresa está valorada en 100.000 millones de dólares, más que Inditex y H&M juntas

23 abr 2022 . Actualizado a las 10:14 h.

Shein ha logrado firmar un nuevo hito en su ya exitosa carrera. El gigante textil chino cerró hace unos días una ronda de financiación que ha permitido valorar la empresa en unos 100.000 millones de dólares. Y no es esta una cifra menor. Sobre todo si se analiza cómo se mueve el mercado en la actualidad y se echa un vistazo a las cifras de su competencia. Porque Shein ya vale más que la suma de las capitalizaciones bursátiles de sus principales rivales, Inditex (valorada en 65.700 millones de euros) y H&M (18.900 millones de euros). El de Shein es un registro del que también puede presumir la textil gallega, cuya capitalización bursátil ya logró en septiembre del año pasado superar los 100.000 millones de euros.

Pero existe una gran diferencia entre Shein y sus competidores. Porque mientras que Inditex y H&M, como empresas cotizadas, realizan un ejercicio de transparencia constante ante inversores y autoridades financieras, Shein goza de un secretismo vedado a las grandes.

La última ronda de financiación, tal y como recoge CB Insights, permite a la china convertirse en la tercera startup más valiosa del mundo, después de ByteDance (propietaria de TikTok) y SpaceX (la empresa fundada por Elon Musk). No en vano, la firma está poniendo en un aprieto a algunos de los grandes de su sector, como Primark que, a pesar de su histórica negativa a entrar en el comercio online, ha decidido cambiar su estrategia para tratar de pararle los pies a su rival chino. Y a pesar de lo llamativo de los datos, poco se sabe de Shein. Tal y como recoge su web, esta firma de comercio exclusivamente electrónico vende ropa a precios muy bajos en 150 países de todo el mundo. Lo hace desde China. Pero sin ser profeta en su tierra. Porque en ese catálogo de naciones a las que llegan sus vestidos y camisetas, el vasto territorio chino no aparece.

El alma máter de Shein es Xu Yangtian (nacido en el 1984), conocido a este lado del mundo como Chris Xu o directamente Sky. El fundador de este gigante de la producción y distribución de ropa low cost parece haber aprendido algunas claves de éxito empresarial de Amancio Ortega. Porque, como el fundador del imperio textil gallego, Chris Xu es casi un desconocido para la opinión pública. No concede entrevistas y su vida privada nunca copa portadas en la prensa. Hay quien asegura que este magnate nació en Estados Unidos. Otros que lo hizo en la costa este de China. Los datos publicados sobre su formación también tienen cierto halo de misterio. Se dice que estudió en la Universidad de Washington y que es experto en márketing digital y posicionamiento en buscadores (el conocido como SEO). Y a la vista de los resultados que ha conseguido su criatura Shein, parece que de esto sabe un rato.

De vestidos de novia al éxito

El camino de Xu arrancó en la consultora Nanjing Aodao, especializada en exportaciones. Pero pocos años después, en el 2008, decidió continuar su camino en solitario y se lanzó a crear ZZKKO, una tienda online de vestidos de novia cuya sede estaba situada en una ciudad a 300 kilómetros de Shanghái.

Este fue el germen del gigante de hoy en día. Poco tiempo después de lanzarse al emprendimiento, Chris Xu amplió su catálogo dando cabida a todo tipo de prendas de ropa de mujer. Para darle más notoriedad a su empresa, decidió buscar un nombre algo más sencillo de recordar y la bautizó como Sheinside. Ya entonces, el funcionamiento se parecía bastante al actual. La firma compraba artículos en el mercado de ropa al por mayor de Guangzhou y los vendía y distribuía a todo el mundo. El germen no paró de crecer y en el 2015 volvió a dar un paso más en la simplificación. Se cambió el nombre al actual Shein y creó una red propia de socios para el diseño y la producción de prendas de ropa. Con altas exigencias. Porque entre las reclamaciones que pone sobre la mesa a sus proveedores destaca que los artículos se fabriquen a menos de cinco horas en coche de su sede y que se diseñen y produzcan en tan solo diez días. También su fórmula de venta tiene algunas características llamativas. Sus bajos precios le hacen centrar el tiro en un público objetivo que conforman, básicamente, adolescentes. De hecho, uno de sus principales retos es conseguir fidelizar a sus clientes a medida que se van haciendo mayores y su capacidad adquisitiva les permite llenar el armario con ropa algo más cara.

Otra de las cuestiones que ha llamado la atención de los analistas es que sus pedidos tienen un límite en el número de artículos. ¿La razón? Tratar de evitar las devoluciones, tan engorrosas de gestionar. Además, la especialidad del jefe (el análisis de datos) ayudan a Shein predecir antes que nadie las tendencias de ventas. Eso, unido a su gran equipo de diseñadores dispersos por todo el mundo, le permiten adaptar su catálogo rápidamente.