Los expertos han realizado estas estimaciones en dos escenarios distintos, aplicando una tarifa deflactada al 1,5 % y al 3 % (que se corresponden con subidas salariales de la misma cuantía para neutralizar el cambio de tramo en el IRPF), y añade una actualización de los componentes del impuesto afectados por la inflación, como son el mínimo personal y familiar y los gastos, a los que se aplica una indexación del 6,5 %, en línea con la inflación media que se espera para este año.
El presidente del Consejo General de Economistas, Valentín Pich, recordó que la brusca subida del IPC, que en algunas comunidades ya está en doble dígito, como es el caso de Galicia, con el 10,5 % en marzo. Por ello, frente a la postura que defienden el Gobierno o los sindicatos que de una rebaja del IRPF no sería progresiva o aumentaría aún más la inflación, defendió la necesidad de dar una respuesta a la merma de la capacidad de compra que sufre una parte importante de la ciudadanía.