Los sindicatos se encuentran ahora entre la espada de esa amenaza y la pared del enfado de los trabajadores que se han adherido al acuerdo y que ven peligrar sus indemnizaciones, que llegan en algún caso hasta rozar el medio millón de euros (son 80 millones en total). De salir adelante el plan como está diseñado, los trabajadores serían incluidos en un ERE por la administración concursal de Alu Ibérica, que se haría cargo de la indemnización por despido objetivo (20 días por año trabajado con tope de doce mensualidades) mientras que Alcoa desembolsaría el resto del importe acordado a cambio de dar carpetazo a las demandas.
¿Hay solución para el embrollo? La representación legal de los extrabajadores dicen que, conscientes de su situación, aceptarían pactar con la multinacional una indemnización de menor cuantía, aunque no creen que la empresa esté por esa solución. La otra salida sería que los sindicatos no atiendan a la presión y sigan adelante con la firma del acuerdo.