Antonio Garamendi: «No sé si las empresas estamos ya en una situación de ERTE o de cierre»

lucía palacios MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

Antonio Garamendi, presidente de la CEOE
Antonio Garamendi, presidente de la CEOE Cézaro De Luca | Europa Press

El líder de la patronal acusa al Gobierno de no conocer la economía ni el mercado al cambiar de golpe las reglas de la reforma laboral y los despidos

11 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El líder de la CEOE, Antonio Garamendi, se muestra preocupado, muy preocupado, por la nueva crisis generada por el alza de los costes de la energía y la guerra en Ucrania, que está poniendo contra las cuerdas la economía de las familias y también la viabilidad de muchos negocios. Sin embargo, no duda de que las empresas españolas están preparadas para este nuevo golpe. Eso sí, advierte al Gobierno que debe actuar con rapidez, contundencia y rigor para afrontar esta ola inflacionista y evitar que se convierta en estructural.

—Vamos de crisis en crisis, de una pandemia a un volcán y ahora, una guerra. ¿España está preparada para resistir tantos golpes?

—Tenemos que estar preparados, la realidad es la que manda. Estamos en un momento complicado, pero las empresas españolas están preparadas, aunque muchas, muchísimas, lo están pasando mal, especialmente las pequeñas y medianas.

—En la pandemia parecía haber cierta conexión con el Gobierno. ¿Se ha terminado ese idilio?

—No es ni idilio ni desamor. Nosotros decimos en cada momento lo que tenemos que decir, lo que toque. Hemos tenido que negociar muchísimos acuerdos, hemos negociado muy duro. Cuando podemos pactar, pactamos. Y cuando pensamos que no es bueno para el país, lógicamente hay que decir que no. Y es cierto que en estos momentos ha habido algunas cosas que han pasado que no nos han gustado y lo hemos dicho abiertamente.

—En un duro comunicado reclamaron al Gobierno «acciones rápidas, concretas y efectivas» frente a esta crisis. ¿Les sirven las que ha tomado?

—Hay una serie de decisiones que se tenían que haber tomado antes. Echamos de menos una acción mucho más rápida. Y luego hay temas que no podemos compartir. No tiene mucho sentido que se haya aprobado la reforma laboral con un acuerdo social y, unos días antes de que entre en vigor, la señora ministra cambie todo lo que se ha negociado respecto a los ERTE. En la reforma laboral se negoció que en los ERTE, en caso de despido, se devuelva la exención por cada persona. No entendemos cómo de golpe y porrazo, de forma unilateral y sin avisar, te plantean esto o te plantean que el despido objetivo ha desaparecido por una causa. Y tampoco podemos compartir la intromisión en el tema de los alquileres, porque pensamos que va contra la propiedad privada. Tampoco podemos entender cómo a las gasolineras, especialmente a las pequeñas, se les ha asfixiado al tener que adelantar temas que son del Estado.

—¿Estos requisitos pueden hacer que muchas empresas no se acojan a estas ayudas?

—Sí. Estamos avisando. Queremos que sepan lo que significa. Pero no podemos compartir que la reforma laboral, un día antes de entrar en vigor, se cambie por real decreto. Porque luego te dicen que hay que tener empatía.

—Tiene cierto resentimiento por ese comentario de la vicepresidenta Díaz sobre, precisamente, su falta de empatía.

—No es que me moleste, pero la empatía la tenemos nosotros creando empleo. Esa es la empatía de verdad. Y sacando adelante la empresa. Esto de decir ‘no, esto es así’, es no conocer el mercado ni conocer la economía.

—El Banco de España ha recortado de nuevo la previsión del crecimiento y elevado la inflación. ¿Estamos aún bajo la amenaza de una gran crisis económica y social, como advirtieron?

—Coincidimos en el diagnóstico sobre la ralentización de la actividad económica. Ahora bien, estas previsiones se cumplirán si las cosas se hacen bien. En este escenario de deterioro de la actividad, tenemos que tener mucho cuidado para ver cómo somos capaces de reducir la inflación. Y es por esto que los costes laborales no pueden seguir esa senda de inflación, porque entonces conseguiríamos que lo que puede ser coyuntural se convierta en estructural.

—¿Teme que en las próximas semanas pueda haber un repunte de los ERTE?

—Pues vamos a verlo, porque yo no sé si estamos ya en una situación de ERTE o de cierre. Lo que sí es cierto es que hay empresas que están pasándolo muy mal en estos momentos. Pero un ERTE que igual tenía sentido en la covid, igual ahora ya no.

—¿Ve posible el pacto de rentas que quiere el Gobierno?

—Nos lo tienen que explicar. Políticamente suena muy bien, pero nosotros estamos para gestionar lo nuestro: el acuerdo de negociación colectiva.

—Han rechazado la última propuesta de subida salarial de los sindicatos. ¿Ve factible un acuerdo?

—Desde el principio llevamos diciendo que indexar los salarios a la inflación sería un error. Pero hemos hecho una propuesta alternativa, que confiamos en que pueda ser objeto de acuerdo.

«Revalorizar todas las pensiones de golpe un 7,5 % nos arruinaría»

Garamendi pone el foco en la necesidad de cambiar la política fiscal, bajando impuestos.

—¿Cuáles son las recetas que plantea la CEOE?

—Hay unos márgenes de eficiencia del Estado de unos 60.000 millones. También hay otros 50.000 o 60.000 millones con respecto a lo que supondría combatir la economía sumergida. Y cambiaríamos la política impositiva. Todo lo que sea el planteamiento de más impuestos sería un error; otra medida clarísima es una bajada de impuestos. Y toda la parte administrativa de trámites. Hay que dejar que las empresas fluyan y trabajen.

—El empleo se está comportando de forma más sólida de lo esperado en esta crisis. ¿Estamos ante un cambio de paradigma?

—A mí no me gusta decir que todo va fatal ni que todo va fenomenal. Venimos del covid, tenemos los efectos de la reforma laboral inmediata. Hay que ser prudentes para decir cómo están las cosas. En unos dos o tres meses sí vamos a ver realmente esa evolución. No digo que esté yendo mal, pero si no lo hacemos bien puede ir peor.

—¿Y que hay que hacer para hacerlo bien?

—Rigor presupuestario, ortodoxia económica, eficiencia. Lo que hacemos en las empresas intentar hacerlo en el Estado.

—La contratación indefinida se ha disparado. ¿Puede decirse que la reforma laboral es un éxito?

—Creo que es buena, primero porque está pactada, y porque mantiene la esencia de lo que era la reforma laboral de 2012.

—El Ejecutivo promete revalorizar las pensiones con la inflación, sea cual sea. ¿Lo comparte?

—Nos lo tendrán que explicar. Igual son las pensiones mínimas. Porque si son todas, de golpe, al 7,5 %, el agujero son 12.000 millones más. ¿Pretenden que las empresas paguen eso? Entonces nos arruinan a todas. Las empresas en España pagan ya un 30 % más de Seguridad Social que el resto de Europa. Porque si no, es más deuda.