Juan Capeáns
Ya se intuía en las consultas en las notarías y en los despachos especializados en tributos, y se ha confirmado con el balance de herencias en vida activadas por las familias gallegas en el 2021. Fueron un total de 42.100, lo que supone un incremento del 39 % respecto al 2020.
La interpretación de la notable subida tiene que ser necesariamente doble. Por un lado, se recuperan los pactos sucesorios que se quedaron embalsados durante los meses de confinamiento, que redujeron todas las transacciones y operaciones patrimoniales, pasando de las 33.405 herencias en vida del 2019 a las 30.154 del año en el que comenzó la pandemia. Pero la parte más sustancial del salto adelante solo se puede entender por el cambio impulsado por el Gobierno de España a mediados del año pasado y que entraría en vigor en el presente, limitando los beneficios fiscales de las familias que se acogen a esta figura incluida en el derecho civil de Galicia.