La UE ha congelado 30.000 millones de euros en activos a oligarcas y empresas de Rusia

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

JUAN POYATES OLIVER | REUTERS

Las cancillerías han aprobado el quinto paquete de sanciones que incluye el veto al carbón, pero deja vía libre a las compras de petróleo

08 abr 2022 . Actualizado a las 19:54 h.

La Unión Europea (UE) ha dado este viernes el visto bueno al quinto paquete de sanciones contra Rusia tras desatar la guerra en Ucrania y negarse a poner fin al conflicto.

Las atrocidades cometidas en Bucha, que todavía se están documentando, motivaron la autorización de esta nueva ronda de penalizaciones que incluye la prohibición de comprar carbón ruso. Un veto que dejará al Kremlin sin 8.000 millones de euros en ingresos anuales, el doble de lo que había estimado inicialmente la Comisión Europea. Dinero que el régimen de Vladimir Putin utiliza para financiar la guerra. El 25 % de este mineral que exporta Rusia acaba en la UE, según Bruselas. Los Veintisiete tendrán que buscar alternativas, ya que casi el 50 % del carbón que consume proviene del país del este. 

Algunos países, como Alemania, lo necesitan para cubrir casi la mitad de sus necesidades. Ahí radica la negativa del canciller alemán, Olaf Scholz, a aumentar la ambición y alcance de las sanciones. Hoy mismo aplaudió la moratoria de cuatro meses que logró pactar para dar tiempo a las empresas germanas a buscar alternativas.

En algunas cancillerías europeas se está agotando la paciencia, no solo en los países Bálticos. Se multiplican las voces que demandan un castigo ejemplar al Kremlin, sin medias tintas. Y apuntan en una dirección: el petróleo. «Qué preferimos, la paz o tener aire acondicionado?», deslizó esta semana el primer ministro italiano, Mario Draghi. Y no fue el único. El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, admitió que las sanciones energéticas al petróleo y el gas «serán necesarias tarde o temprano». En la misma línea se expresó el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, quien aseguró que «antes o después» habrá veto al crudo. Este mismo lunes está previsto que los ministros de Exteriores de la UE debatan sobre esa posibilidad.

Lo cierto es que los Veintisiete enfilan sus pasos en esa dirección, a pesar del rechazo de Alemania, Austria y Hungría. Muestra de ello es que en el nuevo paquete también se prohíbe la venta de catalizadores y aditivos para el refino de petróleo, necesarios para producir gasolina y diésel.

Lo que sí se ha consensuado es la prohibición de comprar a Rusia otros bienes como el cemento, la madera, alcoholes (incluido el vodka) o mariscos de alto valor como el caviar. El veto dejará al Kremlin sin otros 5.500 millones de euros cada año. 

No solo las compras estarán bien vigiladas. Las ventas están ya desde hace tiempo en el punto de mira de la UE. Ninguna empresa asentada en territorio comunitario podrá vender a Rusia bienes clave para un potencial desarrollo de tecnología militar, especialmente en materiales de los que es muy dependiente como computadoras cuánticas, semiconductores avanzados, maquinaria sensible, transporte y químicos. En su conjunto, estas restricciones comerciales le costarán a las empresas europeas la pérdida de 10.000 millones de euros en ingresos. 

Dentro de este quinto paquete de sanciones que hoy ha recibido luz verde de la UE se incluye la expulsión de los operadores rusos y bielorrusos de transporte terrestre y marítimo del territorio comunitario. Ningún camión ni barco con bandera rusa o bielorrusa podrá recalar en estaciones de servicio o puertos europeos, excepto si es para suministrar medicamentos, comida, energía o por cuestiones humanitarias. 

Por si el Kremlin todavía tenía dudas en torno a la permanencia de sus empresas en los conglomerados europeos, la UE le ha aclarado hoy que ninguna compañía rusa o nacional de ese país podrán participar en contratos públicos, solo se podrán hacer excepciones «cuando no haya una alternativa viable». Tampoco habrá dinero comunitario para proyectos energéticos en los que estén involucradas empresas controladas por Moscú o para programas educativos como el Erasmus+. 

Sanciones financieras

Los Veintisiete también han acordado prohibir cualquier transacción y congelar activos de cuatro bancos rusos, desconectándolos totalmente del mercado, al haberles suspendido también el acceso al sistema de información internacional de transacciones Swift. Estas cuatro entidades representan el 23 % de la cuota de mercado bancario ruso, por lo que la UE espera debilitar todavía más el ya tambaleante sistema financiero del país del este. 

Además, nadie podrá transferir criptoactivos a Rusia y ningún profesional de la UE podrá prestar servicios de asesoramiento fiscal a nacionales rusos para poner a salvo sus patrimonios. 

Nuevos nombres en la lista negra

La UE también ha añadido 217 nuevos individuos y 18 entidades a la lista negra de sancionados. Esta incluye a 179 miembros de los llamados «Gobiernos» y «Parlamentos» títeres y pro rusos de las regiones de Donetsk y Lugansk (este de Ucrania). Con estas nuevas incorporaciones, la UE ha sancionado a un total de 1.091 individuos y 80 entidades desde el 2014, cuando Rusia invadió Crimea. 

A pesar de esta nueva ronda de penalizaciones, hay muchas voces que exigen más contundencia. Una de ellas es la del comisario de Justicia, Didier Reynders, quien este viernes aseguró que «adoptar sanciones no es suficiente», instando a los países a vigilar de forma estrecha a nacionales y entidades rusos en territorio de la UE. 

Según reveló hoy el grupo de expertos comunitarios a cargo de vigilar la efectiva aplicación de las sanciones, la UE ha congelado activos rusos por casi 30.000 millones de euros, incluidos barcos, helicópteros, propiedades inmobiliarias y hasta obras de arte. Además, se han bloqueado alrededor de 196.000 millones de euros en transacciones