Navantia fija para junio el próximo hito de las fragatas y en siete meses la faena a plena carga

beatriz couce / rocío pita FERROL / LA VOZ

ECONOMÍA

JOSE PARDO

El presidente del Gobierno presenció en Ferrol el arranque de la fabricación de las fragatas

07 abr 2022 . Actualizado a las 04:55 h.

Todas las cifras del programa de las futuras fragatas para la Armada española, las F-110 que ayer comenzaron a fabricarse en Ferrol con la presencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, son abultadas. Es un encargo presupuestado en 4.320 millones que despeja más de 20 millones de horas de trabajo y que generará ocupación para miles de trabajadores, tanto directos como auxiliares. Después de dos años prácticamente en blanco, la actividad regresa a los talleres, después de la ceremonia de corte la primera plancha de acero, pero hacer navegar al astillero a velocidad de crucero aún llevará un tiempo y será a partir de junio cuando la actividad se produzca a ritmo constante y con un crecimiento sostenido en el empleo.

«Estamos muy ilusionados, es el programa que nos da futuro, al negocio y también a Navantia», subrayó Raúl Rico, jefe de Producción del astillero, quien explicó la planificación que seguirá la obra. En las próximas semanas se fabricarán los dos primeros bloques piloto, y en las tareas, que emplearán a una treintena de personas, irán incorporándose también las firmas auxiliares de aceros. En junio se producirá la revisión crítica del diseño y será a partir de entonces cuando la curva de los puestos de trabajo alcance el centenar y ya vaya incrementándose de forma sostenida durante la próxima década.

La vuelta a la actividad en los talleres no solo da alas a la plantilla propia del astillero, sino que también saca del dique seco a las compañías auxiliares. Paralelamente a los preparativos para la construcción del primero de los cinco buques se han ido lanzando las distintas licitaciones para subcontratar todo tipo de tareas, aunque ese proceso aún no ha finalizado. «Hoxe é un día moi importante porque tanto Navantia como a industria auxiliar leva moito tempo agardando esta carga de traballo que tanto necesitabamos», afirmó Emilio Juanatey, presidente del comité de empresa de la factoría ferrolana. «Esperamos que a partir de agora todo vaia igual de ben e que dentro de sete ou oito meses, estea a factoría traballando a plena carga», añadió.

En la ceremonia celebrada ayer en Ferrol fue el propio Raúl Rico el que, al pie de la máquina que cortó la primera plancha de acero bajo el agua, explicó al presidente del Gobierno los pasos que se van a dar en la factoría a partir de ahora. Se llevarán a cabo las tareas de corte y ensamblaje mecánico y eléctrico de las planchas de acero, hasta la puesta de quilla del primer bloque en la grada, dentro de un año y medio.

«Nos hacía mucha falta»

Después de la sequía de ocupación, los trabajadores de Navantia están deseando que la rueda de la actividad vuelva a dar alas a un astillero que, con la anterior generación de fragatas, se hizo un nombre a nivel mundial al lograr encargos de Noruega y de Australia. Por eso, la mayoría de los mensajes de los que participaron en el acto oficial fueron coincidentes. «Esto nos hacía mucha falta, estuvimos mucho tiempo sin trabajo», afirmó Luis de la Muela, el responsable del taller, frente a un grupo de operarios con los que se inmortalizó después el presidente del Gobierno y las distintas autoridades que asistieron al acto, entre ellas la anterior presidenta de Navantia, Belén Gualda, ahora al frente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI).

La travesía del desierto llegó ayer a su fin en la factoría militar, en la que la corporación pública invertirá cien millones de euros en construir un macrotaller para automatizar la producción de los bloques. Los portavoces de la plantilla le pidieron también a Sánchez un nuevo dique cubierto para ser más competitivos.

Sánchez afirma que las F-110 harán del astillero una referencia internacional

Fue la primera vez que un presidente del Gobierno central en ejercicio visita uno de los astilleros de Navantia y participa en una ceremonia del corte de la plancha de acero con la que se inicia la construcción de un buque. Ayer, el «enorme honor» se lo llevó Pedro Sánchez, quien se desplazó a Ferrol acompañado de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, para presidir un acto que da paso al proceso constructivo de las fragatas F-110 para la Armada española, el mayor contrato al que hará frente la antigua Bazán en toda su historia.

El jefe del Ejecutivo aseguró que este encargo va a convertir al astillero ferrolano en «referencia internacional en materia de fragatas» y garantizó el futuro «a corto y medio plazo» de la factoría. Después de calificar de «muy especial e inspirador» el poder asistir a la ceremonia, Sánchez subrayó que el 87 % del sello de los buques es europeo y puso el programa de ejemplo del camino que deben tomar los distintos países comunitarios «hacia la necesaria autonomía estratégica de Europa». Fue una de las dos alusiones que realizó a la invasión rusa de Ucrania.

La segunda, tras manifestar la importancia que el Gobierno quiere dar a la eólica marina y al posicionamiento que logró Navantia en este mercado, con un astillero, el de Fene, que ha sido el principal fabricante de estructuras para parques flotantes europeos. «Si esta guerra de Putin en Ucrania nos sirve para algo es para afianzar aún más la necesidad de una autonomía y una transición energética», aseveró.

Revolución en el mar

El presidente de Navantia, Ricardo Domínguez, incidió en la importancia que tiene el contrato no solo para la comarca, sino para Navantia y el conjunto del país. Afirmó que la construcción de estos buques sostendrá 9.000 empleos en diez años, y contará con la participación de medio millar de empresas españolas. Con un presupuesto de 4.320 millones, las F-110 serán, aseguró, «una revolución que cambiará el futuro del mar».

La Xunta estuvo representada en el acto por el vicepresidente segundo y conselleiro de Economía, Francisco Conde, que dijo que este programa es vital para la comarca y que servirá para «darlle un pulo importante ao sector naval galego e de España». En este sentido, apeló a la colaboración entre el Gobierno autonómico y el central, a un «compromiso conxunto» para que pueda seguir desarrollándose «este reto», en un contexto que «é unha oportunidade». Para ello, reclamó al Ejecutivo de Sánchez su implicación para invertir en las infraestructuras precisas y darle competitividad al astillero ferrolano, citando en concreto el dique seco, y también para impulsar otras áreas como la eólica offshore.

De «tractor, non só para Ferrol e comarca, senón para toda Galicia» calificó Valentín González Formoso, presidente de la Diputación de A Coruña, el «megacontrato» de las nuevas fragatas, que sustituirán a las de la clase Santa María. Calificó de histórico el acto y destacó que «aquí se aglutinará talento, coñecemento e oportunidades laborais» y le dará «alento a un estaleiro e unha cidade que ten tempo para repensar a súa diversificación».

En esa línea se manifestó también el alcalde de Ferrol, Ángel Mato, que, tras destacar la creación de empleo y la estabilidad que supone, con «moitos anos de actividade para o estaleiro», incidió en que «hai que aproveitar o momento para poder diversificar mercados, modernizar o estaleiro, dixitalizar todos os procesos produtivos e arrastrar á industria auxiliar ligada ao naval». Porque, añadió, «entre a construción das fragatas e o desenvolvemento da eólica mariña estamos nun punto de inflexión que vai xerar moita actividade económica para Ferrol e comarca».