Caos y guerra de céntimos en las gasolineras

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

MARCOS MÍGUEZ

El colapso en el cobro cerró estaciones de servicio, mientras Repsol y Cepsa amplían descuentos

01 abr 2022 . Actualizado a las 21:12 h.

El primer día de rebajas en las gasolineras gallegas no provocó aglomeraciones como las de cualquier 7 de enero a las puertas de los grandes almacenes, pero sí colas y retenciones en los accesos de numerosas estaciones de servicio de la comunidad, por un aumento de la afluencia de clientes, pero sobre todo, por el colapso que sufrió el sistema de cobro que había de reflejar la bonificación de 20 céntimos por litro.

Tanto es así, que establecimientos de distintos puntos de la comunidad se vieron obligados a cerrar, según confirmó Benigno Redondo, presidente de la asociación de estaciones de servicio de Pontevedra. Su propio negocio «fue tirando durante toda la mañana», pero por la tarde se vio obligado a cerrar por los problemas con el sistema de cobros de Repsol. «Ahora reclamaremos a la compañía y como responsable subsidiario al Estado», afirmó.

 A trancas y barrancas

Otras gasolineras reconocían ir «a trancas y barrancas». «Les dicen que están trabajando en solucionarlo, pero algunas solo pueden cobrar en efectivo», aseguró el empresario pontevedrés.

«Tenemos un error del sistema en toda España Y eso hace que no podamos aplicar la bonificación», explicaba el responsable de la gasolinera O Carqueixo, ubicada en uno de los principales accesos a la ciudad de Lugo. Acudió al establecimiento al conocer el error del programa. «Podemos echar combustible, claro, pero nadie va a querer repostar sin el descuento, así que preferimos cerrar hasta que se arregle», explicaba. Los empleados deben pasar por el ordenador cualquier pago, tanto con tarjeta como en efectivo, ya que solo así se puede aplicar el descuento. El fallo informático, por lo tanto, impedía aplicar esa rebaja de 20 céntimos por litro.

A este caos en las estaciones de servicio se sumó el gran enfado y la impotencia de los pequeños negocios, obligados a adelantar la bonificación de sus propios bolsillos. Así lo reconocían las dos trabajadoras que atendían la estación de Bértoa, en Carballo.

¿Cuándo se nos va a pagar?

El propietario del negocio, Javier Ferreiro, lamentaba la incertidumbre en la que viven por no saber cuándo se les va a pagar el dinero adelantado, cantidad que, en su caso, cifró en 1.000 euros al día. «Tanto es así que, algunos clientes, sabedores de su situación, pidieron que no se les aplicara ese descuento», aseguró. Ferreiro teme que haya cierres y despidos y ya ha consultado al banco para pedir un préstamo ICO. «Lo ideal es bajar impuestos, controlar a las tres grandes petroleras, o ambos», afirma, en la línea que mantiene el presidente de la Federación Gallega de Estaciones de Servicio, Julio López, quien alerta de que la norma forzará el cierre de algunas gasolineras de la comunidad, porque se quedarán sin liquidez para comprar combustible si las obligan a adelantar la bonificación de los carburantes durante muchos días.

El presidente de la patronal gallega (CEG), Juan Vieites, no tardó en cargar contra la medida adoptada por el Gobierno, y hacer piña con las pequeñas gasolineras alertando de posibles quiebras. Sostiene que la rebaja «no sirve para mucho», pues «es cortoplacista y pequeña y, mientras, el combustible sigue subiendo porque no se ataja la raíz».

 Repsol y Cepsa, a la ofensiva

En medio del caos informático y el lío sobre quién y cuándo cargará con el coste de los descuentos Repsol y Cepsa desataron una guerra total de precios en las gasolineras al anunciar ayer mismo la aplicación de un descuento adicional de 5 céntimos para todos los conductores y de 10 céntimos para los clientes adheridos a programas corporativos de fidelización, que se sumarían a los 20 que aporta el Gobierno. Con ello, la rebaja final de la que se beneficiarían los conductores asciende a entre 25 y 30 céntimos dependiendo de si pertenecen o no a los programas de fidelización de las compañías.

Otra piedra en el zapato

Otra losa más para las pequeñas gasolineras, que, además de no poder adaptarse tan rápidamente a la bonificación aprobada por el Consejo de Ministros este mismo martes, no pueden seguir la estela de unos descuentos tan agresivos. Cierto es que no tienen que asumir el coste de la rebaja, pero sí tienen que adelantar el dinero y luego solicitarle a Hacienda que se lo devuelva. Ayer no pudieron hacerlo, la web no funcionaba con normalidad.

En todo caso, si alguien sale favorecido de momento en esta guerra de céntimos son los consumidores. Son muchos los que llevaban tiempo esperando a que empezase aplicarse la rebaja de 20 céntimos. «Se nota el descuento y la verdad es que estaba pendiente de que entrara en vigor para echar gasolina. Ahora, a ver cuánto dura», aseguraba un conductor ourensano.

 «Esto parece Venezuela»

Otro cliente, Rubén Rey Maceira, aguardó unos cinco minutos en la cola de la gasolinera de Costa Vella en Santiago, a la que acude con frecuencia para llenar el depósito del vehículo que utiliza para trabajar: «Estuve esperando para venir hoy a llenarlo. Siempre lleno el depósito, y al mes suelo gastar dos de 70 litros. Ahora me dará para más kilómetros». En su opinión, el ahorro en combustible «estará bien, pero no durará mucho».

Helder Ruiz, otro usuario compostelano que aguardaba en la cola se mostró más crítico: «Esto me recuerda a Venezuela, y no me parece muy correcta la intervención del Estado con bonificaciones. Creo que era mejor una bajada de impuestos, porque las bonificaciones afectan a toda la cadena logística», afirmaba. 

Una Información de Ana Gerpe, Nieves D. Amil, Rocío Pérez, Rosa Estévez, Rubén Novoa, Carmela López, Santiago Garrido, André Siso, M. Sío Dopeso