Funcionarios de la UE entran en las oficinas de Gazprom y Alemania llama a ciudadanos a racionar el consumo
30 mar 2022 . Actualizado a las 23:49 h.El precio del gas en España se ha multiplicado por cinco en el último año. Desde el inicio de la guerra en Ucrania se ha encarecido un 25 %, a pesar de que el país importa la mayor parte del hidrocarburo de Argelia y, desde el 2022, de Estados Unidos. Es el sobreprecio que tiene que asumir en los mercados, donde compite con otros países vecinos como Alemania, desesperada por encontrar nuevos proveedores alternativos a Rusia. ¿Por qué, si no se ha decretado un embargo a las compras procedentes del país del este?
Berlín quiere reducir en un 30 % su dependencia del gigante gasístico Gazprom este mismo año. Y no solo por voluntad propia, también forzada por las circunstancias. Se acerca la fecha de pago de las facturas y el presidente ruso, Vladimir Putin, ha exigido que se revisen los contratos para forzar a los países europeos a pagar en rublos, no en euros ni en dólares. Una medida con la que el dirigente pretende recuperar el control de sus cuentas públicas, golpeadas por las sanciones occidentales.
El Gobierno alemán ya ha manifestado su negativa, como lo hicieron ayer por unanimidad la Unión Europea (UE), y el G7. Bruselas insiste: los contratos hay que respetarlos y no se cederá a las coacciones de Moscú.
La situación es tremendamente compleja porque mañana expira el plazo para abonar facturas. Está previsto que Putin se reúna con miembros del Gobierno, del banco central y Gazprom para hacer efectiva la orden de cobrar el gas en rublos. Si no se facilita la operación por parte de lo que considera «países hostiles», podría haber un corte en el suministro.
Alerta temprana
Eso es lo que temen las autoridades alemanas, que han activado este miércoles por primera vez el nivel de «alerta temprana» en el marco del plan de emergencia energética. Esta medida, que se encuadra en la primera de las tres fases del plan de emergencia, se toma cuando existe el riesgo potencial de un corte del gas, según explicó esta mañana el ministro alemán de Economía, Robert Habeck, quien aclaró que «la seguridad del suministro sigue estando garantizada».
No obstante, ha admitido que la cancillería sigue los acontecimientos con preocupación, así que ha instado a prepararse ante una posible escalada con Rusia. Las reservas de gas alemanas apenas están al 25 % de su capacidad, así que se ha sugerido a empresas y ciudadanos que racionen el consumo de gas «tanto como sea posible».
Si las cosas se complican, el Gobierno de Olaf Scholz podría verse obligado a activar el segundo nivel de alerta o, directamente, el tercero, que supondría declarar la situación de emergencia energética. En ese escenario, el Estado intervendría en el mercado para proteger a hogares vulnerables, empresas sociales y hospitales.
No es el primer país que declara el nivel de alerta temprana. Según apunta Efe, Italia ya lo hizo el pasado 26 de febrero. Letonia el 9 de marzo y Grecia podría seguir los mismos pasos. Su ministro de Energía, Konstantinos Skrekas, ha convocado este miércoles una reunión de emergencia para estudiar la posibilidad de pagar el gas ruso en rublos o buscar alternativas a un posible corte de gas.
Colapso de la industria europea
Aunque el impacto directo dejaría una huella profunda en los países más dependientes de Rusia, como Alemania, lo cierto es que también impulsaría al alza el precio del hidrocarburo en los mercados internacionales, por cuanto se recortaría la oferta disponible y los países se verían obligadas a buscar proveedores alternativos. Eso significa precios más altos también en España.
Los sindicatos alemanes también han lanzado la voz de alerta ante las devastadoras consecuencias que podría tener el cierre del gas sobre la industria y el empleo. Sus portavoces han advertido de que conllevaría riesgos de cierres y despidos masivos en el país, además del «colapso» de las cadenas de producción industriales en Europa y en todo el mundo.
En vista de los problemas que se avecinan, han pedido al Gobierno de Olaf Scholz que extienda medidas de liquidez a las empresas, para evitar que la subida de precios energéticos empuje a las compañías a la quiebra, además de rebajas temporales en el IVA del gas y la electricidad y la posibilidad de aplicar fórmulas de empleo parcial si las circunstancias obligan a recortar la producción en las fábricas.
Investigación a Gazprom
Mientras la Unión Europea mantiene el pulso a Putin, las autoridades de Competencia siguen con sus pesquisas sobre la posible manipulación del mercado a manos del gigante ruso Gazprom, al que se le acusa de haber inflado los precios del hidrocarburo bombeando menos de lo habitual.
Según fuentes comunitarias consultadas por Bloomberg, funcionarios de la UE habrían entrado en las oficinas de Gazprom Germania GmbH y Wingas GmbH (Alemania), que suministran el 20 % de gas que consume el mercado alemán. Lo habrían hecho para recabar pruebas en el marco de la investigación, que comenzó antes de la guerra en Ucrania.