Bruselas permitirá a España y Portugal abaratar la luz limitando el precio del gas

J. Carballo / F. Fernández LA VOZ

ECONOMÍA

El Consejo Europeo reconoce la «excepción ibérica» para que ambos países apliquen sus propias recetas energéticas

26 mar 2022 . Actualizado a las 14:32 h.

Tras más de siete horas de debate en el seno del Consejo Europeo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha conseguido arrancar, al menos para España y Portugal, una solución temporal para rebajar la factura de la luz de los consumidores ante el resto de los líderes europeos. Una medida que permitirá contener los precios eléctricos, aunque no los del gas, en la península Ibérica poniendo un límite a las ofertas que realizan los ciclos combinados, que usan el hidrocarburo para producir, pero sin especificar quién va a pagar la compensación que recibirán esas plantas para evitar que entren en pérdidas.

Un Consejo Europeo intenso en el que Sánchez logró el apoyo explícito de países como Italia, Bélgica, Grecia, Rumanía, Eslovaquia y, por supuesto, Portugal, y que detractores como el canciller Olaf Scholz, que se presentaban como el principal escollo desde un principio y que al final cedió, destacó que Sánchez «ha defendido con éxito los intereses de su país».

España y Portugal tendrán un «tratamiento especial para gestionar los precios de la energía», resaltó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, al término del Consejo Europeo, que finalmente permitirá a los dos países poner en marcha sus propios planes para limitar el encarecimiento del mercado eléctrico topando las ofertas que realizan cada días las centrales de ciclo combinado. No es exactamente desligar los precios de ambos productos, como ambicionaba España, pero sí aplicar un mecanismo para mitigar el efecto contagio del gas sobre la electricidad. Y es que el hidrocarburo marca el paso de las cotizaciones diarias de la luz en el mercado mayorista, pues este aplica un sistema de casación de precios que hace que la tecnología más cara (los ciclos) fije lo que cobren todas las demás.

No se actuará sobre el precio de la materia prima en el mercado —como preferían las grandes compañías del sector—, sino sobre las ofertas que realizan los ciclos combinados. Estas no podrán superar un umbral, que está por definir, y que estará por debajo de sus costes de producción. Estos son actualmente de unos 250 euros por megavatio hora, similar a la cotización del mercado diario de electricidad.

Pedro Sánchez compareció «satisfecho», tras el Consejo, en compañía del primer ministro de Portugal, Antonio Costa, para celebrar la «excepción ibérica». Ambos países presentarán «medidas excepcionales, acotadas en el tiempo para reducir los precios de la electricidad», que tendrán que confirmar todavía la Comisión Europea «de forma urgente», resaltó Sánchez. Según fuentes de la Moncloa, el beneplácito final podría ser efectivo en cuestión de semanas si los trámites burocráticos siguen su curso para que se note en los hogares de los ciudadanos.

El martes, Consejo de Ministros

Por tanto, la medida no se podrá aprobar en el Consejo de Ministros del martes, en el que el Gobierno prevé lanzar una batería de nuevas medidas para reducir los precios de la electricidad, el gas y los carburantes, y que actuarán sobre los mercados minoristas.

El presidente destacó que limitar las ofertas del gas «nos va a permitir rebajar los precios de la energía», pero «no supone subvencionar el gas», no van a ser «ayudas públicas a las empresas», insistió, al tiempo que destacó que tampoco distorsionará los objetivos de implantación de renovables ni el mercado europeo de la electricidad, ni afectará a los flujos con el resto del continente, ya que la capacidad de las interconexiones con Francia es limitada.

La cumbre de jefes de Estado estuvo cargada de tensión. Sánchez llegó incluso en un momento de la tarde a abandonar la sala de reuniones molesto por un tuit de un periodista de France24, en el que se señalaba que el presidente español estaba amenazando con vetar las conclusiones si no conseguía el apoyo de sus socios, algo que negaron tanto Sánchez como Costa.