Stellantis Vigo advierte que el PERTE no garantiza el futuro de la fábrica de Vigo

Manoli Sío Dopeso
M. Sío Dopeso VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

Xoán Carlos Gil

Anuncia una planta de baterías en Italia el día en que Seat ubica la suya en Sagunto

24 mar 2022 . Actualizado a las 12:00 h.

Stellantis ya no es PSA. El cuarto mayor fabricante de coches del mundo está crecido y no se anda con rodeos. Emulando el estilo de su consejero delegado, Carlos Tavares, ayer el director de la planta gallega de Stellantis Vigo, Ignacio Bueno, fue contundente al calificar de cicatera la partida de ayudas aprobadas para el PERTE (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica) del vehículo eléctrico y conectado, al que el sector gallego que encabeza ha trasladado una manifestación de interés, el programa AutoAncora, que aspira a movilizar 1.200 millones de euros de inversión. «Tal y como está definido se queda corto para ser la herramienta en la que sustentar la transformación de nuestro futuro como sector», afirmó en su intervención en la asamblea general de Ceaga (Clúster de Empresas de Automoción de Galicia), que estuvo presidida por Alberto Núñez Feijoo.

Blanco explicó que toda Europa está apostando por «proyectos importantes de interés común europeo», a través de los cuales se están asignando ayudas económicas muy relevantes a proyectos asociados a la fabricación de baterías y de semiconductores, mientras que en España no se ha dado prioridad a esas inversiones.

La opinión del director de Stellantis Vigo sobre la transformación del actual tejido industrial de automoción hacia la electrificación completa, que es el objetivo de este PERTE, es de una claridad meridiana: «Las intensidades de ayuda están por debajo de lo necesario, los requisitos son bastante restrictivos y los plazos, tanto en la emisión de los proyectos como en la limitación de las inversiones a junio del 2025, dejan fuera gran parte de las acciones necesarias en esta década», ha manifestado, justo el día en que la multinacional francoitaloamericana confirmó que Stellantis construirá una fábrica de baterías en Italia, en sociedad con Mercedes-Benz y Total Energies, que será la tercera del grupo en Europa, tras las que ya se están construyendo en Francia y Alemania. 

«Una queja amarga»

España se ha quedado fuera de toda opción de acoger una planta de pilas para coches eléctricos, al menos hasta que el Gobierno de España acceda a reunirse con Tavares, según aseguró el propio consejero delegado de Stellantis hace varias semanas, cuando aseguró que el Ejecutivo de Sánchez no accedió a recibirle cuando el grupo buscaba emplazamientos para sus gigafactorías en Europa; y que en ningún momento reciente se ha dirigido a él para abordar el asunto.

No es el único motivo por el que Stellantis se siente agraviado. González Bueno aprovechó su intervención para expresar «una queja amarga», después de que esta semana el Consejo de Ministros, que aprobó la planificación de la Red Eléctrica hasta el año 2026, decidiera excluir la demanda de Stellantis Vigo para conectarse a la red de muy alta tensión. «Tras todos los esfuerzos que hemos realizado, que no se atienda esta demanda tan importante para nuestra actividad, es francamente decepcionante, y una muestra contraria al espíritu de colaboración pública que esperamos para mantener la competitividad de nuestra industria», aseguró Bueno.

A esto se refirió el conselleiro de Economía, Francisco Conde, en su respuesta a una interpelación en el Parlamento gallego en la que acusó al Gobierno de «estar poniendo en riesgo la competitividad de la automoción gallega mientras beneficia a otras comunidades».

Para mayor malestar del sector gallego del automóvil, el presidente del consejo de administración de Seat, Thomas Schmall, confirmó la decisión del grupo Volkswagen, su matriz, de instalar una fábrica de baterías eléctricas en Sagunto (Valencia). La automovilística, que prepara una inversión de 7.000 millones en España, prevé empezar a construir la planta a finales de este año.

El sector que agrupa a Stellantis Vigo y su red de 120 proveedores de componentes con sede en Galicia acaba de presentar un balance del 2021 de récord, en el que alcanzó la mayor facturación de su historia: 11.200 millones de euros, un 7,3 % más que el año anterior.