España pide en Bruselas limitar los precios de las plantas de gas

Jesús Carballo BRUSELAS / E. LA VOZ

ECONOMÍA

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Compensaría a las eléctricas, pero no a costa de los Presupuestos

09 abr 2023 . Actualizado a las 19:12 h.

Con las protestas de los transportistas reverberando en las calles por culpa de los precios de los carburantes, el presidente Pedro Sánchez aterriza hoy en Bruselas con la esperanza de pactar una fórmula en la Unión Europea (UE) que permita blindar la factura eléctrica frente a las subidas del gas, la tecnología que marca el precio al ser habitualmente la última a la que se recurre para abastecer al sistema y, por tanto, la más cara.

Tras desecharse el propósito de la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, de topar el precio de la electricidad a 180 euros por megavatio hora, la opción que coge más fuerza es la de limitar el precio al que ofertan las centrales de ciclos combinados de gas a cambio de una compensación para que cubran los costes de producción. Una medida en la que habrían trabajado de forma conjunta España y Portugal, según el diario Expresso.

La diferencia entre el coste que asumen las eléctricas al comprar gas para producir y el precio al que podrán vender la energía es el que se les dará a las compañías generadoras para conseguir rebajar la tarifa regulada, vinculada al mercado mayorista. Un punto, el de fijar un tope al gas, que la Comisión Europea puso sobre la mesa y que se engloba dentro de la propuesta que presentó esta semana para que los Estados miembros debatan durante una cumbre en la que no se esperan grandes acuerdos, a pesar de que en muchos hogares de países como España la factura de la electricidad se ha triplicado. 

Solo hay una incógnita en torno : ¿Quién pagaría esa compensación? La financiación no vendría de los Presupuestos Generales del Estado, según fuentes gubernamentales. Debería encontrarse un pagador antes del próximo 29 de marzo, cuando el Consejo de Ministros prevé aprobar el paquete de medidas para paliar la crisis energética. 

Apoyos

Limitar los precios cuenta con el apoyo de Francia. Fuentes del Elíseo aseguran que se trataría de «una situación excepcional y temporal» y que «hay varias posibilidades técnicas» para actuar en los precios de la energía. Comulgan con los vecinos del sur, «que están muy a favor de una intervención en el mercado», añadían desde el Ejecutivo galo.

El primer ministro de Italia, Mario Draghi, instó a «tomar decisiones ambiciosas que puedan ser operativas rápidamente», en sintonía con España. Unos apoyos que Sánchez también ha recibido por parte de otros países como Grecia o Bélgica.

Detractores

Alemania, los Países Bajos y los países nórdicos siguen resistiéndose, y en los pasillos comunitarios han comenzado a apodar a Sánchez como Don Quijote por su defensa numantina de la intervención del mercado. Su homólogo belga, Alexander de Croo, como Sancho Panza. En cuanto a la posición del canciller alemán, Olaf Scholz rechaza cualquier intervención alegando que «el mercado interno del gas y de la electricidad ha sido construido de forma gradual en las últimas décadas», y que «contribuye a la innovación, a la seguridad del abastecimiento y es clave para la transición energética».

El gas licuado de EE.UU.

La cumbre contará con la presencia extraodinaria este jueves del presidente estadounidense, Joe Biden, quien también acudirá a una cita de la OTAN y el G7, en las que tratará de coordinar acciones con sus socios europeos tras el estallido de la guerra en Ucrania. El asesor de seguridad nacional de Biden, Jake Sullivan, aseguró que Estados Unidos «buscará formas de aumentar los suministros de gas natural licuado a Europa, no solo en cuestión de años, sino también de meses».

Una oferta que en Alemania no suena bien, por cuanto se intepreta como una presión para sumarse al embargo de petróleo y gas rusos que ya aplica Washington. La Confederación de la Industria Alemana advirtió ayer de que «La UE no está preparada para un embargo energético general y a corto plazo» y que un corte de suministro voluntario «puede conllevar paros en la producción con consecuencias incalculables para cadenas de suministro, ocupación y también la capacidad de actuación política de nuestro país», sostuvieron sus responsables. 

Tanto es así que, aún sin haber vetado las compras de petróleo o gas rusos, los hidrocarburos siguieron subiendo de precio desde el estallido de la guerra. El suministro de crudo también preocupa porque, aún sin cortar el flujo desde Rusia, la oferta escasea y los países productores, aglutinados en la OPEP, se niegan a aumentar el bombeo. 

Las consecuencias se notan ya en el bolsillo de los ciudadanos, que pagan más de 100 euros de media por llenar un depósito de 55 litros. El barril de brent, ayer en el umbral de los 120 dólares, podría seguir subiendo en los próximos meses, según la Agencia Internacional de la Energía, impulsando al alza el precio de los carburantes para los consumidores finales. 

La presión sobre el presupuesto de las familias y el margen de beneficio de transportistas, pescadores y ganaderos ha precipitado protestas y huelgas en España.