La huelga del transporte se recrudece y provoca importantes incidencias en los puertos y polígonos gallegos

La Voz REDACCIÓN

ECONOMÍA

CESAR QUIAN

Las lonjas han tenido que reducir considerablemente su actividad y las granjas gallegas ya temen que no llegue cereal para sus animales. Las protestas y piquetes se repiten en diversos puntos y se han registrado algunos daños materiales

16 mar 2022 . Actualizado a las 09:28 h.

Tras una primera jornada con un escaso seguimiento y algunos problemas aislados, la huelga del transporte se recrudeció este martes al registrarse importantes incidencias en algunas zonas tanto del territorio nacional como en el gallego. En Madrid, un transportista de 33 años resultó herido en el abdomen por un arma de fuego. El incidente se produjo en la localidad de San Fernando de Henares, durante un forcejeo con un agente de paisano que estaba trabajando en el lugar durante el piquete informativo de trabajadores. 

En principio, no se han registrado más daños personales, pero los deterioros de materiales y los problemas de suministro en la industria y en el sector primario empiezan a dejar importantes pérdidas para el tejido productivo. La factoría de Opel en Zaragoza, anunció este martes que pararía la línea 1 —donde se fabrica el Citroën C3 Aircross y el Opel Crossland— por problemas de suministro por la huelga del transporte. Y en Mercamadrid, el principal centro de distribución alimentario del país, recibió este martes solo la mitad de la mercancía habitual debido al paro indefinido. Según recogen en Efe, las hortalizas y las frutas han sido el segmento de alimentación más afectado, ya que han recibido un 60 % de producto en comparación con el mismo día de la semana pasada.

Un poco más tranquila fue la jornada en A Coruña, aunque sí que se registraron incidentes en algunas zonas. Los polígonos industriales amanecieron este martes con muy poco tránsito de vehículos pesados y, aunque se anunciaba la presencia de piquetes en la mayoría de las zonas empresariales y en punta Langosteira, tan solo se hizo notar un grupo en el Centro Logístico de Transportes de Culleredo, ubicado en la localidad de Ledoño. En el resto de la ciudad herculina, la distribución de alimentos y mercancías se desarrolló con relativa normalidad. Eso sí, varios profesionales del sector confirmaron que durante la noche del lunes al martes, aparecieron varios camiones con las ruedas pinchadas y algunos desperfectos.

Las cosas pintaban un poco peor en la lonja de A Coruña, donde su presidente, Juan Carlos Corrás, confirmó que la coyuntura económica actual es «muy delicada y complicada»: «Los precios de los combustibles están disparadísimos y coincide con un paro en el transporte», asegura. Una situación que les afecta de lleno. Así, durante la mañana del martes se registraron muy pocos movimientos de mercancía en la lonja coruñesa, puesto que los compradores ya no enviaron grandes camiones para la carga de pescado: «Por lo que no se pudieron mandar capturas fuera del puerto hacia mercados nacionales. Es decir, no ha salido pescado con destinos nacionales o internacionales. Pero no es algo que solo suceda aquí, sino que ocurre algo similar en el resto de puertos de Galicia y de España por el paro en el transporte que sufrimos desde el lunes», resumió.

En el polígono de O Campiño, el parque industrial más importante de la ciudad de Pontevedra, la segunda jornada de huelga amaneció con ánimos tensos. Desde las ocho de la mañana, un piquete formado por algo más de una decena de personas trata de impedir que los camiones y demás vehículos dedicados al transporte puedan cargar o descargar en empresas del parque o que circulen por las carreteras próximas. Según algunos miembros del piquete, solamente se les está «invitando amablemente a parar». Pero, a pie de polígono la realidad es otra historia. Sobre las nueve, varios camioneros permanecían parados y atrapados en una de las zonas de estacionamiento del parque industrial. Habían llegado al recinto para cargar o descargar en varias empresas, sobre todo en Harinas Reyes. Pero no pudieron hacer esa maniobra porque los piquetes les atravesaron coches delante y les señalaron que si realizan ese trabajo e intentan salir o entrar van a tener repercusiones. 

Allí estaba Juan Cata, que es trabajador de Valle de Hoja, una empresa de transportes de La Rioja, y que llegó hasta el polígono pontevedrés con un camión cargado de trigo. Él mismo contó lo que le ocurrió: «Cuando he llegado aquí al polígono, en la zona de la báscula, el piquete me ha dicho que como descargue me destrozan el camión y que de aquí no voy a salir. Tengo miedo a descargar. La fábrica me descarga, pero cuando salga afuera tengo miedo de que me rompan el camión».

La huelga también empieza a contagiar a las lonjas gallegas. Solo 24 horas después del inicio del paro, las de Celeiro y Burela empiezan ya a notar las consecuencias. Según informaban desde la dirección del Puerto de Celeiro, ambas empresas tuvieron que suspender las subastas de pescado previstas para la pasada madrugada: «En torno a las doce de la noche nos llegaron varios comunicados de transportistas anunciando que no iban a hacer el transporte porque en las grandes ciudades sobre todo está habiendo altercados», señalaron las mismas fuentes, que indicaron que entre ambas lonjas mariñanas tenían previsto subastar cerca de 47 toneladas de pescado. La mayoría, merluza do pincho destinada a abastecer supermercados y pescaderías de capitales como Madrid, Barcelona o Bilbao, entre otros puntos del país. Los pescaderos mariñanos pudieron comprar con normalidad el pescado, por lo que en la zona no hay por ahora problemas de desabastecimiento.

En el caso de Burela, la situación se agravaría especialmente el jueves, cuando tiene prevista la subasta de seis barcos de altura, según confirman desde Armadores de Burela, S.A. «Hai que pensar na incertidume que teñen esas empresas. Son barcos que levan entre sete e 15 días en alta mar, pescando, e que ó chegar a terra non podan comercializar o peixe supón un colapso xeneralizado. Un impacto moi importante sobre as empresas, os mariñeiros...», indican desde la asociación de armadores burelense. Y añaden: «A frota xa estaba ao límite e esta é a estocada definitiva».

El sector de los frigoríficos también se muestra muy preocupado por la posibilidad de perder la campaña de la caballa. La Asociación de Frigoríficos de Pesca Extractiva en Galicia (Afripex), alertó este martes de que los vehículos que no han secundado el paro temen acercarse hasta las zonas de descarga por la posibilidad de sufrir daños por parte de los piquetes: «Les rompen los camiones, les pinchan las ruedas y no les dejan salir», advierten.

Y con todos estos problemas, los asociados de los frigoríficos temen pasar una semana entera sin trabajar en plena época de la recogida de la caballa (una campaña que empezó el pasado 11 de marzo y dura en torno a dos semanas): «Cada día que no tengamos suministro de pescado supone unas pérdidas de incluso 20.000 euros», advierten.

Sonora protesta

En Ferrol se vivió una de las protestas más sonoras donde se juntaron transportistas, empresas y autónomos del sector agroganadero y forestal del área. La manifestación, en la que participaron más de un centenar de vehículos entre camiones, furgones y tractores, partió este mediodía del polígono industrial Río do Pozo, en Narón, con dirección a la Estrada de Castela, para continuar hacia el puente de As Cabras, avenida Nicasio Pérez, vial de la Trinchera y avenida de Esteiro, hasta llegar al puerto de Ferrol. Las bocinas no dejan de sonar durante el recorrido.

El sector primario también está padeciendo las consecuencias del paro del transporte, que está dejando en una delicada situación al suministro de cereal y piensos para las granjas del interior de Galicia. Y es que, buena parte del grano que se utiliza para la alimentación de los animales de las explotaciones ganaderas entra por vía marítima, especialmente por Marín y Vilagarcía, y en estas radas la actividad está bajo mínimos.

Una de las principales empresas del puerto de Marín es Nogar, que gestiona la terminal de graneles agroalimentarios del puerto, una de las principales de Galicia. Este tráfico supone cerca de la mitad del movimiento de mercancías del puerto marinense. Sin embargo, como consecuencia de la huelga del transporte, la terminal está casi paralizada. Según señalaron fuentes de la empresa, este martes solo estaba trabajando al 5 % de su capacidad normal, mientras que en A Coruña y Vilagarcía estaba totalmente paralizada la descarga de grano de esta compañía. A este porcentaje se le pueden poner datos más precisos. Cada día suelen entrar en la terminal de cereales de Marín entre cien y 120 camiones. Al mediodía de este martes solo lo habían hecho unos cinco o seis.

Transportistas pontevedreses contra la huelga: «Nuestros clientes están aceptando pagarnos más, hacer este paro es de locos»

Dicen que quienes convocan la protesta «no son representativos del sector» y piden que se respete que quieran seguir trabajando, ya que hoy les pararon algunos camiones

María Hermida

Un piquete durante la primera jornada de huelga.
Un piquete durante la primera jornada de huelga. Miguel Villar

La huelga que vive el transporte que desde primera hora de la mañana ha provocado tensión en algunos puertos y polígonos industriales gallegos, como el de O Campiño, donde algunos camioneros se quedaron atrapados esta mañana porque un piquete no les dejaba mover sus vehículos, está convocada por un colectivo minoritario en el sector. Se trata de la Plataforma en Defensa del Sector del Transporte de Mercancías por Carretera Nacional e Internacional. Su discurso, escuchado a pie de piquete, se centra en que la subida del gasoil y los combustibles «está arruinando a muchísimos autónomos y empresas de transportes». Empresarios del sector del transporte de la provincia de Pontevedra, si bien reconocen y critican duramente que los combustibles están desbocados y que «nadie sabe en qué acabará esto», creen que la huelga en marcha no tiene sentido. Señalan con una misma voz que «las empresas para las que trabajamos, los clientes, están asumiendo la subida del gasoil y nos están pagando más por el transporte». De ahí que no consideren oportuno parar y que no secunden la protesta. 

Así lo defiende Ramón Alonso, presidente de la Asociación de Empresarios de Transporte y Excavaciones de Pontevedra (Asetranspo) y responsable también de una empresa del sector. Y también lo dicen los portavoces de dos firmas de transporte ubicadas en la comarca de Pontevedra. 

Desde el municipio de Pontevedra, un empresario que tiene una flota de 44 camiones cuenta que tanto hoy como ayer intentó todos ellos pudiesen circular y cargar y descargar mercancía. Dice que los piquetes le paralizaron dos, uno en Lalín y otro en Verín. Y tiene muy claro por qué no se suma a la huelga convocada: «Este paro no tiene sentido, es cosa de cuatro que no representan al sector. Las empresas para las que trabajamos, la mayoría, están aceptando la subida de las tarifas, es decir, pagarnos más. Yo, concretamente, puedo decir que a mis clientes les subí las tarifas en noviembre, a principios de año y ahora otra vez. ¿Por qué no hace todo el mundo lo mismo? Los que están parados lo que tienen que hacer es exigir esas subidas a sus clientes y dejarse de historias. Estoy seguro de que en algún caso ni siquiera lo hicieron». Luego, se pregunta retóricamente que con qué argumento va a dejar de trabajar para un cliente «que acepta la subida que se le pide».

Reconoce que le gustaría que los precios que se pagan por el transporte fuesen mejores, que están muy ajustados, pero cree que «estamos en un momento muy crítico para todo el mundo, y hay que ir poco a poco». Señala también que el encarecimiento del combustible es una queja lógica, «pero en todo caso tendría que ser una huelga general, porque le afecta a todo el mundo, no solo al transporte». 

Muy crítico con quienes están ejerciendo de piquetes para que se note el efecto de la huelga, indica: «No logran explicar los motivos por los que paran y estoy seguro de que ni siquiera sabrían decir cuánto creen que se debe pagar por un porte». Él, que lleva treinta años con la empresa y tiene clientes tanto del sector del aluminio como de la alimentación, indica: «Recuerdo muchas peleas con los clientes para subirles los precios. Ahora mismo están aceptando las subidas mucho mejor que antes». 

Desde un municipio de la comarca de Pontevedra, un empresario que cuenta con otros veinticinco camiones explica que su empresa tampoco secunda la huelga. Pero, en realidad, no están logrando trabajar: «Paráronnos uns vinte camións tanto nos portos como en polígonos, en Galicia e tamén en distintos sitios de España, e supoño que nolos acabarán parando todos», indica. Cree que el paro no es razonable porque «non só afecta ás empresas que non queren pagarnos máis, senón ás que si o fan». Y señala que en su caso había logrado el compromiso para que sus clientes abonasen más por el transporte «dado o encarecemento do combustible e do resto de suministros». De ahí que no le vea sentido a protestar contra unos clientes que respondieron positivamente a la subida propuesta. 

Una reacción similar tiene Ramón Alonso, que preside el colectivo Asetranspo. Su primera frase sobre lo que opina de la huelga es elocuente: «¿Estamos locos? Los clientes están aceptando pagarnos más, hacer esta huelga es de locos. No tiene ningún sentido», afirma con contundencia. Su empresa, que tiene una flota de más de veinte camiones que transportan pescado y alimentación, no la secundó. Pero esta mañana le pararon un camión en el polígono pontevedrés de A Reigosa: «Un piquete no dejó mover el camión y ahí se quedó parado, cargado de pescado congelado. Al chófer lo tuvimos que ir a buscar para que pudiese volver». Insiste que, en el caso de hacer paros, deberían ser selectivos contra aquellas empresas que no aceptan pagar más por el transporte, «no contra todas». 

Información elaborada por E. Silveira, M. Hermida, S. Cabrero, L. Rey. M. Cuadrado, A. Pascual, C. López y M. Gago