El Gobierno tiene un margen ajustado para modular los impuestos energéticos
J. M. C. Madrid / Colpisa
El margen de actuación que tiene el Gobierno para rebajar impuestos es muy distinto si de la factura eléctrica o los combustibles se trata. En el caso de la luz, están reducidos desde septiembre, cuando comenzó la escalada de precios, y al menos seguirán así hasta el 30 de junio, entre ellos, la bajada del IVA del 21 % al 10 %, o la minoración de los cargos fijos del recibo hasta en un 80% para todo el año.
La escalada de la luz se ha comido, sin embargo, su efecto, pese a que las medidas tienen un impacto de 12.000 millones de euros al año en las arcas públicas. Ahora el Ejecutivo tiene en mente topar el impacto del precio del gas en el recibo eléctrico o modificar el bono social que perciben los más vulnerables.
En el caso de los combustibles, aproximadamente la mitad de lo que los conductores pagan por cada litro de gasolina o diésel (50 % y 46 % respectivamente) va destinado a pagar impuestos, entre el IVA y el especial sobre hidrocarburos. Es ahí donde Hacienda tiene margen para actuar, si cuenta con los permisos comunitarios.