Las empresas gallegas del metal pararán por desabastecimiento

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

Oscar Vázquez

Anuncian ERTE, ante las dificultades que están por venir

12 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Galicia tiene 3.700 empresas del metal, en sectores como la automoción, la construcción naval, las estructuras metálicas o la aeronáutica, y todas ellas utilizan materias primas que se están viendo afectadas por el impacto del conflicto bélico ruso ucraniano. Estas compañías emplean a más de 57.000 trabajadores que en las próximas semanas se pueden ver afectados por medidas de regulación de empleo, si el desabastecimiento de ciertos materiales obliga a parar las fábricas «porque las consecuencias peores están por venir», advirtió ayer en Vigo Enrique Mallón, secretario general de Asime, la patronal gallega de las firmas el metal.

De momento, la industria del automóvil es la más afectada. Las dos semanas de parada del grupo Stellantis Vigo por falta de microchips, pero también por otros componentes que necesitan el cableado procedente de Ucrania, está teniendo un efecto dominó sobre el parque de proveedores.

Empresas fabricantes de maquinaria industrial, construcciones y estructuras metálicas han puesto en marcha planes de contingencia para afrontar las próximas semanas, con medidas en las que se incluyen la apertura de negociaciones para el planteamiento de expedientes de regulación temporal de Empleo, que atenúen el impacto económico de las posibles paradas sobre las empresas.

Llueve sobre mojado, porque el sector ya venía arrastrando las consecuencias de la subida del precio de la energía, en especial las empresas electrointensivas, pero la situación se agrava por momentos, con el mayor coste energético pero también de materiales. Según Mallón, por ahora no hay desabastecimiento de aluminio ni de acero, pero los precios se han disparado. «Todo el mundo pensaba sobre el acero que el equilibrio entre la demanda y la oferta iba a permitir ajustar su precio, y parece que eso no va a ser una realidad al menos en el año 2022», advirtió.

Contratos afectados

Otra consecuencia de la situación de incertidumbre generada por el conflicto bélico es el sobrecoste de la carga de trabajo contratada que tienen que asumir las compañías. «Hay muchos proyectos afectados, en los que se va a tener que hacer una actualización de precios por la subida de materiales y del coste de energía. El problema al que se pueden ver enfrentadas las empresas —no solo las gallegas—, ya no es tanto perder margen de beneficios, sino entrar en pérdidas», explicó el responsable de la patronal gallega del metal.

A esto hay que añadir, según Mallón, que la guerra va a tener influencia en la toma de decisión de nuevas inversiones, aunque no tienen cuantificado su impacto en la cartera de pedidos. «Se va a establecer, no obstante, un plan de acción que minimice todos estos riesgos», afirmó.

Mallón aprovechó para hacer balance del pasado ejercicio, en el que las empresas gallegas del metal cerraron con una facturación conjunta de 12.639 millones de euros, lo que supone un 5 % más que en el 2020, aunque hay que apuntar una pérdida del 0,5 % del empleo.

El sector se apuntó el 41,2 % del total de las exportaciones totales gallegas por una suma de 10.558 millones de euros, y un crecimiento del 13,4 % respecto al 2020, lo que sitúa a Galicia como la cuarta comunidad autónoma que más envía fuera productos del metal, solo por detrás de Cataluña, el País Vasco y Madrid.