Calviño: «Vienen tiempos difíciles»

La Voz REDACCIÓN

ECONOMÍA

Rodrigo Jimenez | Efe

Asume que «la guerra de Putin» ralentizará el crecimiento. Los sindicatos advierten que la respuesta a la crisis no puede pasar por rebajar el poder adquisitivo de los trabajadores

07 mar 2022 . Actualizado a las 19:13 h.

La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y para la Transformación Digital, Nadia Calviño, ha reconocido este lunes que la invasión rusa de Ucrania «puede suponer una ralentización» de la recuperación en España, y ha asumido que su impacto se reflejará en el cuadro macroeconómico que se presentará en abril. Pese a asumir el desgaste, Calviño dio por hecho que el PIB seguirá creciendo y que se seguirá creando empleo, aunque «toda esta recuperación se puede ver ralentizada como consecuencia de la guerra de Putin».

«Es una lástima porque nuestra economía estaba ya logrando esa velocidad de crucero, teníamos una recuperación fuerte y las perspectivas eran muy positivas (...) y evidentemente este conflicto, sobre todo por su impacto de los precios de la energía, va a tener también un impacto sobre la actividad económica», ha señalado la vicepresidenta en declaraciones a TVE recogidas por Europa Press.

Aunque España no depende del gas ruso y sus lazos comerciales con las economías rusa y ucraniana son mucho menores que las de otras grandes potencias de la UE, Calviño ha advertido de que «vienen tiempos difíciles», porque el impacto de la guerra «más directo» en España se notará en los precios de la energía. «Tenemos que hacernos a la idea de que esto es lo que viene, un alza de los precios de la energía que tiene un impacto sobre la inflación», ha apuntado.

En este sentido, ha asegurado que el Gobierno está tratando de «amortiguar» este impacto sobre las familias y las empresas y abordando con los agentes sociales cómo se puede hacer frente a esta situación impulsando un pacto de rentas para evitar una espiral inflacionista.

Calviño ha advertido de que los precios de la energía se trasladan automáticamente al IPC, por lo que hay que prepararse para tener una inflación «más persistente» de lo que se esperaba. «La guerra cambia totalmente el escenario económico y va a llevar a una inflación más importante y tenemos que trabajar con los agentes sociales para que esto no inicie una espiral inflacionista que pueda tener unas consecuencias más negativas sobre la economía española», ha subrayado.

Se trataría, según Calviño, de asegurar que la evolución de los salarios y de las rentas empresariales es «adecuada» y «no desencadena» un impacto más negativo al generar una espiral de subida de precios «más persistente y estructural».

En todo caso, la vicepresidenta ha afirmado que el Gobierno ya está trabajando en medidas a corto plazo para amortiguar la subida de los precios derivada del mayor coste de la energía. En este sentido, ha recordado que se está trabajando con Bruselas para ver cómo se puede topar el precio de la energía. Así, ha explicado que el precio de la electricidad lo marca el gas y que lo que pretende España, y en eso trabaja con la Comisión Europea, es que la normativa europea permita topar el precio del gas para ser «independiente y no depender de lo que haga Putin».

«Llevamos muchos meses señalándolo. España ha sido el primer país en dar la señal de alarma. (...) Pero sé que hay países reticentes porque nuestra situación no es la misma que en otros países, porque sus decisiones y prioridades pueden ser diferentes. Yo espero que en las próximas semanas haya un creciente número de líderes que se pongan de nuestro lado», ha afirmado.

Reticencias de los sindicatos

Tras las constantes peticiones del Gobierno para limitar las subidas salariales y evitar así alimentar una espiral inflacionista, el líder de UGT, Pepe Álvarez, remarcó este lunes que el pacto de rentas que reclama el Ejecutivo no puede limitarse a rebajar el poder adquisitivo de los trabajadores y sus familias.

En declaraciones en un acto antes de la reunión convocada en la Moncloa, Álvarez ha señalado que esperan que en esa mesa de diálogo social se aborden cuestiones tanto o más acuciantes, como son los precios de la energía o los dividendos empresariales, de un «conjunto de elementos que sumados den equilibrio».

«Esperamos a ver qué quiere el Gobierno, qué entiende por un pacto de rentas (...) que nadie pretenda que sea para rebajar poder adquisitivo de las familias, de los trabajadores», ha advertido Álvarez, que ha valorado la voluntad del Gobierno de debatir y buscar acuerdos en el contexto actual de la guerra en Ucrania.

En cuanto a las negociaciones entre patronal y sindicatos en aras de cerrar un nuevo marco para la negociación colectiva, Álvarez ha incidido en que en ese acuerdo hay elementos «tan importantes como el propio salario» y ha señalado a las cláusulas de revisión o salvaguarda, que permiten que los sueldos se revisen al alza cada año en función de la inflación.

«En salarios no estamos en posición de llegar a un acuerdo mañana», ha apuntado el líder de UGT, que ha subrayado que en un pacto a varios años se deben encontrar fórmulas para no perder poder adquisitivo. «Las perspectivas de inflación no son favorables (...) por eso tienen importancia los salarios y las cláusulas de salvaguarda», ha añadido.