Por supuesto, la inflación no ha impactado en todas las capas sociales por igual. «El poder de compra de los hogares de bajos ingresos ya ha bajado un 40 % más que el de los ricos», aseguran Natalia Collado y Ángel Martínez en un informe reciente de Esade. Esto se debe a que las familias más humildes «destinan un porcentaje mayor de su cesta de la compra a los grupos de bienes que más se han encarecido durante el 2021: la electricidad y el gas y, en menor medida, los alimentos», señalan. Eso significa que este año, las rentas más bajas deberán hacer un mayor esfuerzo financiero para conseguir lo mismo que los hogares acomodados, lo que se traduce en una mayor desigualdad.
Comparar precios
Para sobrevivir a la cuesta de enero más empinada de los últimos 30 años, la mejor receta es comparar precios. Los gallegos pueden acabar pagando entre 264 y 385,44 euros más al año si llenan el depósito dos veces al mes en las estaciones más caras de la comunidad, según los precios extraídos de GeoPortal. La diferencia es más acusada en el caso de los supermercados, a donde acudimos con mucha más frecuencia. De hecho, el 18 % del gasto medio anual de un hogar gallego acaba en la caja registradora. Según la OCU la diferencia alcanza los 1.073 euros anuales en el conjunto de España.
Los pensionistas pierden más de 37 euros al mes y los trabajadores hasta 97 euros
No hay ninguna actividad ni colectivo que escape a la subida del IPC. Cada uno de los 769.000 pensionistas gallegos a los que el Gobierno prometió garantizar su poder adquisitivo en el 2022, están perdiendo 37 euros cada mes. La inflación les ha dejado un agujero de 59,38 euros mensuales en sus bolsillos —cobran 886,3 euros de media—, una merma que el Ejecutivo central ha compensado de forma parcial al revalorizar las pensiones un 2,5 % (22,16 euros). No es que haya incumplido su compromiso sino que la actualización de las pensiones se hace tomando como referencia el IPC acumulado hasta el mes de noviembre, sin tener en cuenta, por tanto, la subida del 1 % que se anotó Galicia en diciembre.
Dentro de este colectivo, los jubilados —482.600 en Galicia—, ingresan cada mes en sus cuentas una pensión media de 1.011,38 euros, la segunda más baja de España tras Extremadura (994 euros). En su caso, la inflación —compensada por la revalorización de las pensiones— les hace perder al mes casi 68 euros.
Aunque se podría pensar que la gente mayor, retirada del mercado laboral, es la más vulnerable a la subida de precios, lo cierto es que son los trabajadores con salario mínimo (965 euros) los que tendrán más problemas para capear una cuesta de enero que se alargará hasta bien entrada la segunda mitad del año. Además de ingresar menos que un jubilado y gastar más en partidas como el transporte, la inflación se ha comido 64,66 euros de sus sueldos. Y a ellos nadie les compensa la caída, a menos que estén cubiertos por algún convenio.
Revisión salarial
¿Qué hay del resto de trabajadores? Un gallego cobra de media 1.942 euros brutos. Según los datos proporcionados por el Consello Galego de Relaciones Laborales a Comisiones Obreras, los salarios cubiertos por convenio subieron de media —hasta septiembre— un 1,68 %. Con el IPC escalando un 6,7 %, eso supondría una pérdida adquisitiva de 97 euros al mes por empleado. Además, solo 3 de cada 10 convenios en Galicia incluyen cláusulas de revisión salarial. «Este dato tiene mucho impacto en este momento. Los que no tengan cláusula perderán mucho poder adquisitivo», apuntan desde el sindicato.