Altri negocia la entrada de Greenalia y Finsa en su bioplanta de fibras textiles

Manoli Sío Dopeso
M. Sío Dopeso REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

VÍTOR MEJUTO

El grupo portugués sumará una veintena de socios gallegos a su proyecto

21 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El grupo portugués Altri quiere tejer una red de inversores que amarre fuerte a Galicia su futura biofábrica de fibras textiles en A Mariña lucense.

La papelera lusa busca integrar en su proyecto a toda la cadena de valor del sector forestal, desde productores a transformadores, pero también a socios vinculados a las energías renovables o de la industria textil, tanto española como portuguesa. Así lo avanzó ya el pasado mes de octubre a sus inversores, a través de la Comissão do Mercado de Valores Mobiliários (la CNMV lusa), cuando anunció la firma del memorando de entendimiento (o MOU, por sus siglas en inglés: Memorandum of Understanding) para la constitución de la alianza en la que participará en calidad de socio industrial del consorcio gallego Impulsa Galicia, integrado por la Xunta, Abanca, Reganosa y Sogama. Y en los meses transcurridos desde esa comunicación a sus inversores hasta ahora, las gestiones de Altri para sacar adelante un proyecto que requerirá una inversión de 800 millones de euros, y al que pone fecha de arranque en el segundo semestre del 2022, se han centrado en avanzar negociaciones a múltiples bandas para consolidar alianzas. «Altri lleva meses hablando con todo el sector», confirman fuentes cercanas al inversor luso, que aclaran que, hasta el momento «no se han cerrado acuerdos».

Entre los socios que el grupo portugués está interesado en sumar a su plan está la coruñesa Greenalia, una compañía energética de renovables con cuatro tecnologías (eólica terrestre y marina, fotovoltaica, solar y biomasa), con la que ya mantiene vínculos comerciales a través de su filial Celbi (Figueira da Foz) como proveedor de pasta de papel procedente del monte gallego.

Pero lo que está sobre la mesa es una participación en el novedoso negocio de la producción de fibras textiles procedentes de la madera que quiere abanderar Galicia, y en el que Altri será siempre el socio mayoritario, con una participación superior al 50 %, según el acuerdo firmado con la sociedad Impulsa, que recuerda que la búsqueda de alianzas es una premisa establecida desde el minuto uno cuando se presentó como «un proyecto inclusivo, abierto en su desarrollo a la colaboración de todo el sector forestal gallego, pensando especialmente en las pymes y en toda la cadena de valor».

Un sector aliado

Otro de los socios que entran en el círculo de negociaciones abierto por Altri es Fincorporativa, la matriz de Finsa, el primer grupo maderero gallego, según explican fuentes cercanas al proyecto de Altri que cifran en más de una veintena las posibles alianzas que la papelera lusa tiene en proyecto establecer con empresas gallegas, a través de diferentes fórmulas, no necesariamente con la entrada directa en el capital de la biofábrica de fibras textiles, sino como socios comerciales y otras formas de colaboración que se están planteando.

Pero, ¿en qué estado de desarrollo se encuentra el proyecto? Estas fuentes explican que en estos momentos se trabaja en cerrar el emplazamiento de la planta. El pasado mes de noviembre, el propio presidente Feijoo anunció que la biofábrica se implantará en A Mariña, y se dan por favoritas algunas localizaciones como Cervo o Ribadeo, pero según explicó recientemente Altri a sus inversores en el balance de las cuentas trimestrales del 2021, «se sigue trabajando el los estudios de impacto medioambiental que permitan determinar la sede del proyecto», algo que, según los plazos que maneja la Xunta, podría desvelarse en el plazo de dos o tres semanas.

El paso siguiente será la presentación de la inversión y el plan de negocio al sector forestal gallego, una industria integrada por más de 3.000 empresas, que genera un volumen de negocio superior a los 2.000 millones de euros. No hay que olvidar que Galicia es la novena potencia forestal europea, y líder del sector en España. El 50 % de la madera que se corta en todo el país procede de los montes gallegos y la industria maderera de la comunidad representa el 1,8% del PIB de la autonomía (según datos del IGE), que atribuye al sector el 12 % del empleo industrial en Galicia.

La tercera acción prevista en la hoja de ruta marcada por los responsables de Altri e Impulsa es la formalización de las alianzas con las empresas gallegas con las que el grupo portugués mantiene abiertas negociaciones en estos momentos.

Un proyecto aún sin PERTE, pero viable por sí mismo

Con esta innovadora propuesta industrial que abandera Altri, y que opta a los fondos europeos Next Generation, Galicia aspira a convertirse en uno de los líderes mundiales en la producción de viscosas, las fibras de celulosa más populares en el mercado junto con las denominadas modal y lyocell, que se producen a partir de distintos tipos de procesos.

La biofábrica de fibras textiles figura en la lista corta de proyectos prioritarios que la ministra Nadia Calviño solicitó a la Xunta de Galicia para su entrada en el reparto de los fondos europeos.

El problema es que el sistema de adjudicación de ayudas diseñado por el Ejecutivo exige que los proyectos estén incluidos en algún Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación económica (PERTE), y hasta el momento no está aprobado ningún PERTE en el que tenga cabida la planta de Altri, a pesar de los esfuerzos del textil por hacer llegar al Gobierno la necesidad de crear un plan estratégico para este sector.

En todo caso, fuentes cercanas al grupo luso aseguran que el proyecto, tal y como está planteado, es viable con o sin las ayudas de los Next Generation, y que su ejecución no dependerá de la adjudicación de fondos europeos, aunque confían en que tarde o temprano llegarán. Su confianza en el éxito se basa en la tecnología industrial que conlleva el proyecto. «Los procesos de extracción son cada vez más sostenibles, por lo que son una alternativa más limpia a otras fibras sintéticas derivadas del petróleo y también al algodón», explican los impulsores.

El mercado de este tipo de tejidos ya está alcanzando un volumen considerable: se producen 5,6 millones de toneladas de fibra de viscosa discontinua al año, concentrándose el 62 % del mercado global en Asia, fundamentalmente en China y la India.

El podio de los grandes consumidores de fibra celulósica sostenible lo ocupan C&A, Inditex y H&M. El gigante gallego, además, es el mayor consumidor de lyocell, junto con H&M y Marks&Spencer. Entre los mayores proveedores se encuentran la austríaca Lenzing y la india Birla Cellulose, aunque la mayoría de los productores están en China.