El piso más comprado en Galicia: tres habitaciones y menos de cien mil euros

Sara Cabrero
Sara Cabrero REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

MARCOS MÍGUEZ

El perfil de propietario es el de un matrimonio en gananciales de 35 a 40 años

17 ene 2022 . Actualizado a las 17:34 h.

A la hora de buscar una nueva casa para asentarse y comenzar un proyecto vital, los gallegos parecen tener bastante claras cuáles son sus líneas rojas. Esas características a las que no están dispuestos a renunciar y que, en cierto modo, se han visto afectadas por la pandemia. Y es que, después de que millones de personas se vieran abocadas a encerrarse entre cuatro paredes durante buena parte del año 2020, aquellos que deciden convertirse en nuevos propietarios de vivienda llegan a las inmobiliarias de la comunidad con un requisito bien claro: la importancia de que su próxima casa cuente con una terraza o un jardín: «El cambio de tendencia en cuanto a las características demandadas por los compradores en búsqueda activa de viviendas, ha pasado de anécdota a carácter definitivo en lo que respecta a valores como jardín, balcón o patios. Encadenando así valores en alza desde el final del confinamiento severo de coronavirus», señalan desde la Asociación Galega de Inmobiliarias (Agalin), que recientemente ha publicado su Barómetro Inmobiliario de Galicia referente al cuarto trimestre del 2021.

La necesidad de contar con espacios que permitan respirar algo de aire fresco ha dejado de ser una cuestión transitoria. Y desde las inmobiliarias señalan que ya se trata de una tendencia que ha venido para quedarse.

Pero no es esta la única exigencia que los gallegos ponen sobre la mesa cuando deciden hacer las maletas y mudarse a una nueva casa o dejar atrás su vida como inquilinos para dar un paso adelante y convertirse en propietarios. Según los datos que manejan en Agalin, la vivienda con más éxito en el mercado de Galicia es, sin duda, aquella que tiene entre dos y tres habitaciones. Son un 47,6 % aquellos que prefieren un inmueble con dos estancias, porcentaje exactamente igual al de los que deciden hacerse con uno de tres. El grupo de aquellos que se conforman con solo un cuarto es residual, mientras que los que deciden aumentar el espacio y comprar inmuebles con cuatro habitaciones copan tan solo un 4,8 % de las transacciones.

La maltrecha situación económica que arrastran muchas familias tampoco permite hacer grandes dispendios en materia de vivienda. Por eso, la mayor parte de las compras —casi cuatro de cada diez— se situaron en una horquilla de entre 50.000 y 100.000 euros. Poco más del 30 % optaron por rascarse un poco más el bolsillo y hacerse con un inmueble de entre 100.000 y 150.000 euros.

Ese porcentaje va menguando a medida que se va encareciendo el producto. Así, solo un 19 % de los consumidores optaron por un piso de entre 150.000 y 200.000 euros; mientras que los que se mudaron a uno de entre 250.000 y 300.000 y los que lo hicieron a uno todavía más caro representan menos del 5 %, respectivamente.

Y si se atiende a la superficie, las preferencias están mucho más claras todavía. Casi ocho de cada diez gallegos adquieren pisos de entre 50 y 100 metros cuadrados. Mientras que un 19 % pueden dar un salto más allá y hacerse con viviendas de hasta 150 metros cuadrados, y solo un 5 % se lanzan a los que pasan esta barrera y llegan hasta los 200 metros cuadrados.

 Según los datos que manejan las inmobiliarias gallegas, el perfil de comprador que más visita sus oficinas es el de un matrimonio en régimen de gananciales de entre 35 y 40 años (esta franja de edad copa el 38,1 % de las transacciones). Pero tampoco se quedan atrás los gallegos de entre 40 y 45 años, que protagonizan el 23,8 %. Algo más exiguos son los porcentajes de los que tienen entre 30 y 35 y de aquellos con entre 45 y 50 años (que en ambos casos protagonizan algo más del 14 % de las adquisiciones de vivienda).

Y si se analiza algo más la situación civil de los compradores, se puede ver que, aunque el matrimonio en gananciales es el que destaca de forma realmente llamativa, también representan un importante porcentaje el comprador soltero (el 14,3 %) y el matrimonio con separación de bienes (casi el 24 %).

Tal y como explican desde Agalin, el destino de los inmuebles vendidos por sus asociados es mayoritariamente primera vivienda y en segundo lugar las destinadas a segunda residencia o vacacional. «Debemos resaltar el importante descenso que han experimentado las compras de vivienda como inversión destinada al alquiler. Y esto únicamente puede interpretarse como una reacción de los inversores a la anunciada nueva ley de vivienda», resumen. Y es que desde el sector vaticinan que esta normativa «no solucionará prácticamente nada del actual problema del alquiler