Con el último dato del IPC, la inflación media acumulada en el 2021 se sitúa ligeramente por encima del 3 %, dejando obsoleta la subida de las pensiones contributivas decretada por el Gobierno (2,5 %) para 8,9 millones de ciudadanos en el 2022. Eso significa que la Seguridad Social tendrá que aumentar el gasto para financiar la última paguilla de estos pensionistas —una compensación que percibirán a finales de enero por la pérdida adquisitiva del 2021—. No obstante, los beneficiarios perderán poder de compra el año que viene. Las pensiones no contributivas y el ingreso mínimo vital (IMV) sí se revalorizarán de forma casi pareja al IPC real (3 %).
Preocupación
Con el dato de diciembre, el IPC interanual encadena su duodécima tasa positiva consecutiva y no parece que la cosa se vaya a quedar ahí. Tanto el Gobierno como el Banco de España y organismos internacionales apuntan a que la presión alcista continuará, como mínimo, en el primer semestre del 2022, mientras persistan los problemas de suministro. Hasta hora no existía una gran preocupación por la inflación al alza, que se consideraba coyuntural, pero el Banco Central Europeo (BCE) tiene los ojos puestos en la creciente inflación subyacente -excluyendo el componente energético y los productos frescos- que en España ya se sitúa en el 2,1 %, una décima por encima de lo deseado.