Golpe industrial en A Mariña, donde Vestas cerrará y Alcoa parará las cubas desde enero

RAMÓN GONZÁLEZ REY VIVEIRO / LA VOZ

ECONOMÍA

XAIME RAMALLAL

En Cervo dudan de un rearranque de la electrolisis en el 2024, y el cese de actividad de la éolica supone más de 80 despidos

30 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Con 72.000 habitantes, A Mariña Lucense vivirá el próximo 1 de enero uno de los días más funestos de su historia reciente, pues supondrá la confirmación de una catástrofe industrial, materializada en dos fábricas que distan 17 kilómetros: la de Vestas, en Chavín (Viveiro), que la compañía danesa cerrará mañana con unos 80 despidos, y la de aluminio primario de San Cibrao (Cervo), donde Alcoa, otra multinacional, apagará las cubas de electrolisis —por un período de dos años— a partir de Año Nuevo.

Cuando Vestas anunció el pasado mes de septiembre el cierre de la fábrica de Chavín, trabajaban en la planta, dedicada a la elaboración de componentes para parques eólicos, 112 empleados. La firma, que admitió no tener pérdidas, justificó el ERE en la caída de la demanda de uno de los dos productos en cartera, los generadores para la plataforma terrestre de 2 MW. Los sindicatos apelaron a las Administraciones y la Xunta propuso tres fondos de inversión interesados en adquirir las instalaciones, siempre y cuando no cesase la actividad. La propietaria rechazó prorrogarla y la factoría será a partir del 1 de enero un centro de servicios y formación, con 24 operarios.

Alcoa iniciará el apagón de las cubas —que prevé completar en tres semanas— de la única fábrica de aluminio primario que queda en España, país que deja de producir este metal. Detener el corazón del complejo industrial, que incluye una refinería de alúmina, abre una incógnita sobre el futuro de este, con casi 2.000 empleos entre directos e indirectos.

La parada de cubas supone un nuevo escenario tras dos años de conflicto laboral. Alcoa anunció un cierre, que quiso materializar con un ERE que echaron abajo el TSXG, primero; y Tribunal Supremo, después. Los trabajadores iniciaron una huelga indefinida para forzar una venta de las instalaciones. La multinacional presentó —el pasado día 22— una propuesta «final» que se debía firmar este mes. Los empleados respaldaron la oferta en referendo, con un 70% de los votos a favor.

A cambio de parar la maquinaria dos años y de paz social, la empresa se compromete a no tocar el empleo hasta el 2026, mantener tres años los contratos a las empresas auxiliares afectadas por el cese productivo y a invertir 90 millones para reiniciar la actividad en el 2024. La clave es la incerteza sobre el rearranque de las cubas. Alcoa incluye 31 millones para este proceso, pero el comité no ve garantías, pese a la constitución de una mesa de seguimiento mensual, ni de que este punto se cumpla ni de que se materialicen mejoras.

Los sindicatos advirtieron de que «en plena crisis» de materias primas, no producir aluminio primario en España «es una hecatombe». Criticaron que las Administraciones no hayan facilitado una solución a corto plazo para evitar parar la totalidad de las cubas, y pronosticaron que los trabajadores vivirán «los peores momentos de sus vidas» con el apagado de la electrolisis.

El Gobierno apoyó ayer el acuerdo porque «garantiza empleo e inversiones necesarias para la viabilidad de la planta». Coincidió con Alcoa en «celebrar» un pacto que se firmará hoy en Santiago con la presencia de Reyes Maroto. La ministra de Industria ve «un futuro esperanzador» en A Mariña, donde no obstante comerán las uvas con más dudas que certezas.