Los números desaparecen en las nuevas tarjetas de crédito

Sara Cabrero
S. Cabrero REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Philippe Wojazer | Reuters

Están pensadas, sobre todo, para hacer compras digitales

19 dic 2021 . Actualizado a las 12:54 h.

Ni números, ni fecha de caducidad, ni tampoco el famoso CVV (el código de tres cifras que suele estar impreso en el reverso). Algunas entidades han comenzado a ofrecer tarjetas en las que la información brilla, precisamente, por su ausencia. Un nuevo agente ha entrado en el mercado de los medios de pago: las tarjetas sin número. Estos plásticos pueden ser utilizados como cualquiera de los otros que habitan en las carteras de prácticamente toda la población. Pero algunas cuestiones referentes a su funcionamiento las hacen completamente distintas a las tarjetas más tradicionales.

¿Qué es una tarjeta de crédito sin números?

Es una nueva versión de las tarjetas de pago. Pero en este caso, los usuarios solo encontrarán impreso en el plástico su nombre y la fecha de vencimiento. Los números desaparecen por completo, por lo que, en caso de pérdida o de robo, nadie podrá conocer ni el número de tarjeta, ni el código de seguridad. De esta forma, los ladrones que pretendan aprovecharse de ellas para realizar cualquier tipo de compra digital, no podrán utilizarlas al no tener la información necesaria para hacerlo. «Las tarjetas sin números evitan que el cliente lleve información sensible encima y le protegen en caso de que pierda o le roben la tarjeta, ya que, al no tener la información de pago impresa sobre su superficie, no se puede usar para realizar pagos online no autorizados», explican los expertos de HelpMyCash.

Eso sí, en caso de que se produzca la sustracción, los expertos recuerdan que sí será necesario cancelarla. Y es que, aunque la tarjeta no tenga los números impresos, sí que funciona tal y como lo hacen las tradicionales a la hora de realizar compras en comercios físicos. Con el conocido como pago contactless (que no requiere ni firmas ni facilitar un número pin) se puede realizar cualquier adquisición con estos métodos de pago sin problema.

¿Cómo funciona?

En tiendas físicas se podrá pagar como se hace habitualmente. Tan solo hace falta pasar la tarjeta por el terminal punto de venta (TPV) y, en caso de que nos lo soliciten, teclear la clave o pin.

La diferencia radica en las compras digitales. Para poder consultar los datos completos de la tarjeta, y así introducirlos en las páginas web en las que deseemos realizar una determinada transacción hay que recurrir a la aplicación del banco. Algunos de estos plásticos traen impreso un código QR en su parte posterior, de tal forma que solo el dueño de la misma podrá visualizar la información. ¿Cómo? Al entrar dentro de la aplicación del banco y escanear el código, esta imagen y el número de cliente deben coincidir para poder consultar los datos.

¿Qué es el CVV dinámico?

Algunos bancos ofrecen un extra de seguridad. Sus tarjetas son virtuales y tienen un código de seguridad dinámico exclusivo para pagos en tiendas en línea o a través de billeteras digitales. Este código CVV (el que habitualmente viene en la parte posterior de la tarjeta) cambia con cada compra digital, generando así un número diferente que solo estará activo durante cinco minutos. Esta tecnología dificulta —y mucho— el trabajo de los ciberdelincuentes.

¿Qué bancos lo ofrecen?

México es uno de los países en los que más se ha implantado este sistema. No en vano, el estado azteca arrastra consigo uno de los índices de cibercriminalidad más altos del mundo. Según un estudio de Mastercard, México es líder mundial en fraudes bancarios.

Pero en España, cada vez son más los bancos que incluyen en su cartera este producto. Uno de ellos es el BBVA. La entidad presidida por Carlos Torres, sacó al mercado a finales del 2020 su línea de tarjetas (de crédito, débito y prepago) Aqua, impresas sin numeración y con el CVV dinámico. No son los únicos. Entre el catálogo de plásticos del Deutsche Bank se incluye Calma, una tarjeta de crédito cuya clave reside también en el CVV, que cambia de manera automática cada 4 horas. Lo sorprendente es la tecnología utilizada. Porque en el espacio en el que tradicionalmente aparecen escritas las tres cifras de este código, la tarjeta de Deutsche Bank incorpora una pantalla extraplana en la que se muestran los números cambiantes: «Esta cifra se modificará mediante un algoritmo que solo conoce la entidad emisora del producto», explican desde el banco.

Una de las que puede presumir de haber sido pionera es Orange Bank —banca móvil del operador Orange y de la aseguradora francesa Groupama—. En julio del año pasado, esta entidad sacó al mercado la primera tarjeta de débito sin números en España. Su plástico es 100 % móvil y funciona básicamente a través de la aplicación de la entidad.

A este carro también se quiso sumar el neobanco teutón VividMoney, que se estrenó en España también ofreciendo uno de estos productos. En su caso, es el propio usuario el que puede actualizar los datos. Así, los clientes pueden renovar los números de sus medios de pago a través de la aplicación y eliminar los anteriores si tienen la mínima sospecha de que estos han sido comprometidos.

Los clientes considerados prime pueden solicitar datos nuevos hasta diez veces al mes de forma gratuita, mientras que el resto pueden hacerlo hasta cinco veces.