C. Porteiro
La factura de la luz, la gasolina del coche, la comida o alguna emergencia casera que requiere la ayuda de un fontanero son algunos de los gastos que afronta un hogar medio en Galicia casi sin darse cuenta. Aunque hay quien revisa los recibos de forma escrupulosa para controlar el gasto, la mayoría esperan a final de mes para ver cuánto queda en la hucha.
En noviembre, el IPC arrebató a los gallegos un 0,5 % de su poder adquisitivo por la subida generalizada de los productos y servicios. Parece poco, pero la cesta de la compra en Galicia ya es un 5,9 % más cara que hace un año. Solo la de los castellano-manchegos, castellano-leoneses y aragoneses se ha encarecido más. Extremeños y riojanos están a la par.