Amancio Ortega diseñó la sucesión y contó con la complicidad y compromiso de Pablo Isla

Sofía Vázquez
Sofía Vázquez REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

ANGEL MANSO

Hace tres años comenzó a perfilarse la operación que llevará a la hija del fundador a la presidencia de Inditex

06 dic 2021 . Actualizado a las 00:11 h.

«Amancio Ortega y Flora Pérez han hecho una buena labor en preparar a su hija Marta para esta nueva etapa. Estaba claro que era su heredera natural. No se sabía cuándo se iba a producir el ascenso, pero se conocía que iba a tener lugar». Quien así habla es José María Castellano, mano derecha del fundador desde 1984 hasta el 2005 y predecesor de Pablo Isla, que seguirá como presidente de la compañía hasta el 31 de marzo. El 1 de abril Marta Ortega cogerá el testigo. Las miradas de medio mundo recaerán con más peso sobre ella.

¿Cómo se fraguaron los cambios?

Todo comenzó tres años antes. Las fechas se emborronan en esta intrahistoria. Vienen de muy atrás. «Ortega —dicen sus próximos— lleva pensando en esto (la sucesión en la compañía) desde los años 80», porque el asunto le preocupaba. Por la continuidad de la empresa aceptó que Inditex saliera a Bolsa, y por este mismo motivo buscó al que sigue siendo el primer ejecutivo. Hace tres años —quizá dos y medio— Ortega e Isla comenzaron a perfilar los planes que esta semana se concretaron. Los dos estaban de acuerdo en el fondo y en la forma del plan. Ambos están en sintonía para la salida de Isla y la llegada de Marta. El diseño de la operación lo ha marcado el fundador, y para su ejecución cuenta con la complicidad y compromiso del primer ejecutivo. La entrevista de la futura presidenta en el The Wall Street Journal Magazine (WSJ) en el mes de septiembre formaba parte de uno de los proyectos vitales más importantes del primer accionista de Inditex. En WSJ Marta Ortega declaró: «Siempre estaré donde la empresa más me necesite».

Lunes, 29 de noviembre

Carreras y la responsabilidad de ser una empresa cotizada. El plan de sucesión estaba trazado y cerrado. La idea era darlo a conocer «para estas fechas». Hay una que era clave: 15 de diciembre, día de presentación de resultados, nada mejor porque todo apunta a que las cifras serán positivas. Sin embargo, el anuncio se hizo el día 30 de noviembre. ¿Qué ocurrió? Isla da la explicación: «La abordamos ahora porque creemos que es el momento idóneo. La compañía tiene mucha solidez, estrategia bien definida, tiene equipos fantásticos. Esa combinación de juventud y experiencia... Llevamos tiempo preparando esta transición, de manera discreta, como solemos hacer las cosas en Inditex».

Lo cierto es que el día 28 se apuraron tiempos sobre la estrategia marcada. Inditex, empresa cotizada y con responsabilidad ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), consideró que tenía que actuar y que debía ser extremadamente cuidadosa en la comunicación de la decisión. Como es preceptivo en sus estatutos, convocó a la comisión de nombramientos y, seguidamente, al consejo de administración de ese momento, que se reunió en la sala habitual, localizada en la parte noble del edificio corporativo. Estaban presentes —física o telemáticamente— todos los miembros (Amancio Ortega, Flora Pérez, Pablo Isla, Carlos Crespo, José Arnau Sierra, José Luis Durán, Rodrigo Echenique, Denise Patricia Kingsmill, Anne Lange, Pilar López Álvarez y Emilio Saracho), y también Marta Ortega, que había llegado esa tarde de Madrid. La reunión concluyó pasadas las diez de la noche. Se pactó el texto que al día siguiente, a las 7.36 de la mañana, se remitiría a la CNMV.

Información

Primero a García Maceiras, después a Crespo. Los cambios ya eran conocidos. A Óscar García Maceiras, nuevo consejero delegado —que llegó a la compañía en marzo— , se le informó «mucho» tiempo atrás; posteriormente se le notificó a Carlos Crespo, que acordó mantenerse al frente de los contenidos más estratégicos (sostenibilidad y tecnología), de nuevo con el cargo de director general de Operaciones —de este área es responsable desde el 2018—, y dejar de ser número dos de la multinacional. La estructura de la cúpula cambia radicalmente: estará una persona que represente a la propiedad, Marta Ortega, y a su lado un consejero delegado como primer ejecutivo, «que se concluyó es la persona idónea para asumir los nuevos cometidos». La designación de García Maceiras —dijo Pablo Isla el día del anuncio— ya se anticipaba desde su incorporación a la empresa, por su capacidad y cualidades.

Tras confirmarse su nombramiento, la nueva presidenta declaró: «He vivido esta empresa desde mi infancia y he aprendido de todos los grandes profesionales con los que he trabajado durante los últimos 15 años. Siempre he dicho que dedicaría mi vida a desarrollar el legado de mis padres, mirando al futuro, pero aprendiendo del pasado y estando al servicio de la compañía, nuestros accionistas y nuestros clientes, en el lugar donde se considere que soy más necesaria. Me siento profundamente honrada y comprometida por la confianza que se ha depositado en mí y enormemente ilusionada por el futuro que entre todos vamos a acometer».

La nueva estructura

Vuelta a los orígenes. La nueva organización de la compañía parece tener un reflejo en el tándem que desde mediados de los ochenta se visualizaba en Ortega y Castellano. Las labores de cada uno estaban definidas y diferenciadas. Una cosa es el corazón del negocio y otra la parte financiera y de control de gasto. Aunque hoy Inditex no tiene nada que ver con la compañía que se desarrolló a partir de aquella tienda de Zara en la calle Juan Flórez de A Coruña (1975) —y en ese desarrollo mucho tiene que ver la gestión de Isla—, da la sensación de una vuelta a los orígenes. Marta Ortega tendrá a García Maceiras, y ambos contarán con un comité de dirección en el que estarán los pesos pesados de las cadenas, con especial relevancia de Zara, buque insignia de la multinacional. Analizando la nueva estructura, todo hace prever que las decisiones principales pasarán por el tamiz de la discusión y el consenso. También puede esperarse que los servicios centrales se vuelquen todavía más al servicio de las cadenas, con el objetivo de que estas funcionen con la agilidad exigida por la competitividad del sector y sin sometimientos a máximas financieras.

Rueda de prensa

Marta no estaba conectada, Torretta sí. La compañía convocó una rueda de prensa el mismo día 30. La expectación era máxima. Los movimientos de la acción, la estrategia de negocio, el futuro de Isla, el cómo y el cuándo dar a conocer la decisión marcaron una rueda de prensa relativamente breve para la importancia de la información. El encuentro fue telemático, por la aplicación Zoom. Dos cámaras enfocaban de manera individual a Pablo Isla y a Óscar García. Fondo azul, y ellos vestidos de traje también azul (estéticamente lo que más destacaba era la camisa blanca del que ya ese día era consejero delegado). Próximos, los miembros del equipo técnico y de comunicación.

Carlos Torretta, esposo de Marta, estuvo conectado; ella, no (al menos de manera directa). No trascendió dónde se encontraba. Su sitio habitual de trabajo no es un despacho (aseguran en la compañía que no tiene), sino una mesa en un espacio compartido con otras personas en la zona de Zara Woman. Su padre tampoco tiene despacho y se ubica en una zona similar. Comparte la mesa con su secretaria de toda la vida. Cada uno dispone de la mitad. Ahí lee los periódicos y tiene su iPad, en el que, dicen, cuando lo enciende salen mensajes de The boss, The boss, The boss (el jefe, en inglés), una gracia de un informático del departamento de sistemas.

Marta Ortega será presidenta en abril. Podría tener en ese momento su primera comparecencia ante los medios.

Pablo Isla seguirá en el patronato de la Fundación Amancio Ortega

MARCOS MIGUEZ

El ejecutivo se lleva de Inditex una «tarjeta de visita» que le posiciona como uno de los profesionales líderes de ámbito internacional

Que Pablo Isla deje la presidencia de Inditex no significa que se desligue de la familia Ortega-Pérez. De hecho, continuará como miembro del patronato de la Fundación Amancio Ortega, a través de la cual el empresario ha llevado a cabo acciones como la implantación de la protonterapia en el sistema público de salud en España, el programa de apoyo a la oncología, el de becas internacionales para estudiantes de Bachillerato y el apoyo a la tercera edad a través de la construcción de centros y residencias de mayores. En el patronato de la fundación, Isla compartirá mesa con Amancio Ortega, Flora Pérez, José Arnau, Marta Ortega, Roberto Cibeira y Antonio Abril. Por lo tanto, el de primavera no será un adiós definitivo. Desde su creación en el 2001, la inversión total ejecutada y comprometida por la fundación supera los mil millones.

Tarjeta de visita

Ventas, expansión y presencia en el mundo. De sus 17 años en Inditex, Pablo Isla se lleva más de un reconocimiento. El primero: el de una tierra que le dio la suficiente tranquilidad como para «no distraerse», así lo declaró en alguna ocasión para este periódico. El segundo: una «tarjeta de visita» que le abrirá puertas profesionales y de reconocimiento internacional. Estando en Inditex fue considerado el mejor directivo del mundo por la Harvard Business Review, reconocimiento por llevar a la compañía a ser líder mundial de la moda con unas ventas de casi 20.500 millones de euros, la de mayor capitalización (tiene un valor en bolsa de 87.000 millones, tras una subida del 900 % durante su mandato), y a superar los efectos de una pandemia que, pese a los nervios de acero que Isla parece tener, le obligó a doblar esfuerzos para impulsar las ventas en el canal online. Lo logró. No es mala tarjeta de visita. Se la dio Ortega cuando llegó en el 2005, y él la puso todavía más en valor. El ejecutivo ha reconocido en círculos próximos que se encuentra satisfecho con el trabajo realizado.

Uno de los pocos asuntos que le quedan pendientes de cerrar es su indemnización. En principio será equivalente a dos retribuciones anuales brutas fijas. En total, 6,5 millones de euros (si en abril del 2022 se mantiene el salario fijo de 3,25 millones que mantuvo en los últimos dos años), a los que se suman 9,05 millones de pensión acumulada, que ha mantenido congelada en los últimos seis años. No podrá trabajar en otra empresa del sector durante dos años.

satisfacción de Ortega

Contento y desahogado. Una vez que se supo la noticia, Amancio Ortega habló con personas muy próximas a su familia. Les contó en primera persona el plan que se había puesto en marcha y se mostró «muy contento y desahogado». Los pasos seguidos por el fundador hacen pensar que el futuro de la compañía, que a finales del año pasado contaba con una plantilla de 144.000 empleados, quedará en años próximos en manos de una presidenta que será ejecutiva. Hasta entonces, Marta Ortega estará apoyada por el consejero delegado y por los miembros del comité de dirección, en el que se encuentran personas próximas y de máxima confianza como Beatriz Padín, directora de mujer de Zara; y sus tíos Jorge y Óscar Pérez Marcote, directores generales de Massimo Dutti y de Zara, respectivamente.

La figura de José Arnau

Mano derecha del fundador. La estructura de Inditex no es sencilla. Sus ramificaciones llegan a los cinco continentes a través de las 6.829 tiendas, su canal online y sus 1.800 proveedores. Frente a este entramado, que aporta el 2,4 % del PIB de Galicia (informe de PwC del 2014), Marta Ortega también contará con el apoyo incondicional de José Arnau, un hombre de máxima confianza de la familia y responsable del desarrollo e inversiones de Pontegadea, el grupo que gestiona la fortuna del empresario. Arnau, licenciado en Derecho e inspector de Hacienda del Estado, es desde el 2001 el primer ejecutivo de Pontegadea, y desde el 2012, vicepresidente de Inditex, como consejero externo dominical en representación de Ortega. El nivel de confianza alcanzado entre ambos queda plasmado con estos datos.