La producción de Stellantis Vigo se desploma, con 110.000 coches menos, y seguirá bajando

ECONOMÍA

M.MORALEJO

La planta negocia un segundo ERTE de 90 días para todo el 2022 que afectará a 3.721 trabajadores de un total de 7.000

02 dic 2022 . Actualizado a las 18:36 h.

El 2021 podría haber sido un año de récord de producción para Stellantis Vigo. Pero el grupo cerrará el ejercicio con alrededor de 450.000 unidades producidas, porque el desabastecimiento de componentes electrónicos ha impedido la fabricación de 110.000 unidades que, de no ser por la crisis de los microchips, habrían situado a la planta gallega en la élite productiva de la multinacional francoitaliana, por encima de los 550.000 coches en un año.

Es una cifra nunca vista en Vigo y muy difícil de alcanzar en años venideros, porque según expuso ayer la dirección de Stellantis al comité de empresa, los problemas de abastecimiento van a seguir hasta bien avanzado el 2022, sin descartar que se prolonguen hasta la entrada del 2023. El escenario planteado a los trabajadores no deja lugar al optimismo. El contexto en el que desarrollará su actividad la planta gallega estará marcado por una previsión del retraso en la recuperación económica hasta el 2023, una fuerte inestabilidad de los mercados y tensiones en los sectores productivos, que van desde dificultades de aprovisionamiento de materias primas a problemas en la cadena logística, descenso de demanda en los mercados y desabastecimiento de microchips. «Las interrupciones de producción por falta de semiconductores pueden prolongarse hasta la segunda mitad del 2022 o incluso hasta principios del 2023. Continuarán los problemas logísticos, principalmente con retrasos en el transporte, y se reducen las expectativas de recuperación de la demanda», explicó la dirección de la empresa, en el marco de la reunión de negociación de un nuevo expediente de regulación temporal de empleo (ERTE), el segundo desencadenado por la crisis de los microchips, con vigencia del 1 de enero al 31 de diciembre del 2022; y una duración de 90 jornadas laborables a título individual, para 3.721 trabajadores afectados, de los más de 7.000 que integran la plantilla.

Proveedores

El balance del impacto de las tensiones en el desabastecimiento de Stellantis Vigo a lo largo del 2021 ha sido demoledor. Según los datos facilitados, además de la pérdida de producción de 110.000 vehículos, un total de 24 proveedores de primer nivel de la planta de Vigo han sufrido impacto en la actividad. Hasta 11 componentes diferentes han provocado paradas de producción este año, en el que se canceló la actividad de 296 turnos de trabajo en la planta gallega.

En España, las 17 factorías existentes, incluida la gallega Stellantis Vigo y la red de proveedores con los que opera en síncrono, han recurrido a este tipo de ajustes para encarar el 2021. Pero los días de regulación aprobados (una media de 60 jornadas) se agotan y a duras penas llegarán para cubrir las paradas previstas hasta diciembre, incluso adelantando las vacaciones de Navidad. El agotamiento de los ERTE que están en vigor, y la certeza de que el aprovisionamiento de microchips seguirá siendo problemático al menos durante la primer mitad del 2022 hacen necesaria la activación de una segunda ola de regulaciones a partir de enero. Los datos a día de hoy cifran en más de 1.500 los trabajadores de la automoción gallega que están acogidos a un ERTE, de los 24.000 que integran esta industria. El mayor de los ajustes es el que está aplicando Stellantis Vigo, que abarca a un colectivo de 3.749 trabajadores, de los más de 7.000 que tiene la planta, y está aprobado por causas organizativas y de producción.

De su red de proveedores también tienen regulaciones en vigor Faurecia Asientos y Lear, que trabajan en síncrono con la factoría viguesa. A estas plantas se suman Faurecia Escapes, Benteler, Akwell (mandos y mecanismos de apertura); la japonesa Denso (climatización) o la británica GKN, también en Vigo. Mientras el sector gallego se prepara para la segunda oleada de ERTE, otras fábricas españolas ya los han puesto en marcha, como es el caso de Seat, cuyo comité de empresa acaba de refrendar una segunda regulación temporal hasta junio del 2022 que afectará a entre 482 y 1.276 empleados.

Según declaraba José Vicente de los Mozos, presidente de la patronal Anfac : «Es una crisis profunda y durará hasta el 2023». El resultado es una caída de la oferta que ha vaciado los concesionarios, incluidos los coches de segunda mano, que han disparado sus ventas ante los elevados plazos de entrega de los nuevos. «Nunca habíamos tenido una cartera de pedidos tan llena sin poder dar una fecha concreta de producción», ha asegurado.