Los expertos aseguran que el estrés que se mantiene en el tiempo lleva a la persona a un estado de agotamiento
10 nov 2021 . Actualizado a las 21:23 h.Supongamos que un camionero -o un taxista o un conductor de ambulancias o un conductor de transporte de viajeros, etcétera- se ha convertido en un trabajador quemado o -lo que es lo mismo- en una persona que sufre burnout. ¿Qué le ocurrirá? El riesgo de accidentes aumenta y por consiguiente usted, yo o su vecino puede sufrir las consecuencias de esa situación. Un dato: durante la pandemia del covid el número de fallecidos en camiones de más de 3.500 kilos se multiplicó por 2,4 respecto a la media de los últimos cinco años. Así lo recoge un estudio elaborado en el 2020 por la Fundación para la Seguridad Vial y la Universitat de Valencia, que a su vez se incluye en un trabajo liderado por Patricia Tàpia, doctora en Psicología y profesora colaboradora de Estudios de Economía y Empresa de la UOC. De acuerdo con esta profesional, el burnout en el entorno laboral implica un desgaste profesional y entre los factores que lo provocan juega un papel fundamental «el estrés que se mantiene en el tiempo y lleva a la persona a un estado de agotamiento».
«Cabe especificar -añade- que hay dos tipos de estrés. En primer lugar el eustrés, que aporta algo positivo para la persona; por ejemplo, cuando percibimos las demandas laborales como un reto. Y en segundo lugar el distrés, que sería el dañino, el que nos perjudica; por ejemplo, cuando percibimos que nuestros recursos son inferiores a lo que nos demanda el trabajo. Y cuando este distrés laboral se prolonga en el tiempo, hablamos de burnout». Lo importante, según la profesional, es poder predecir la situación para corregirla. Los síntomas son: la fatiga laboral (lleva al agotamiento), la falta de motivación (despersonalización) y la estabilidad emocional (falta de realización personal, por ejemplo). Atentos, por lo tanto, a si notamos somnolencia, cansancio, falta de energía o que somos incapaces de gestionar las emociones que pueden generar conflictos y falta de motivación.
Tápia Caballero advierte que hay técnicas para superar esta realidad y las empresas deberían tomar las medidas necesarias. Por ejemplo, las situaciones que requieren autocontrol serán mucho más fáciles de superar entre aquellos profesionales del transporte que tienen una personalidad resiliente, al ser capaces de afrontar ese momento de una forma eficaz y eficiente. Pero el resto de la plantilla, explica la psicóloga, necesitará recursos que le ayuden a superar esas crisis, y las empresas deberían ofrecerlos.
Antonio Llanos lleva jubilado tres años, y hasta ese momento se dedicó a la coordinación de camioneros, trabajo que desarrolló durante 40 años. Asegura que vio a muchos compañeros con el síndrome del trabajador quemado. A su juicio, llegan a esa situación porque «les fuerzan a traspasar la legalidad, obligándolos a realizar más horas de las debidas o a realizar tareas que no les corresponden como la carga y descarga». Dice que en ese malestar personal influyen también los sueldos, «que son muy bajos»: 1.300 euros al mes el base y puede subir hasta los 1.500 a base de extras. Estas cantidades superan los 2.400 euros si hablamos de rutas internacionales. Llanos está convencido de que los sueldos son uno de los motivos de la falta de relevo generacional: «Es una profesión muy sacrificada. Hay que estar fuera de casa, trabajar muchas horas y el rendimiento económico es escaso. Esa situación quema física y mentalmente cuando conduces una hora y otra hora y un día y otro día. Acabas fatal de los músculos y la columna a causa de la postura». Recuerda que los camioneros hoy comen en el vehículo y también duermen, e incluso, en ocasiones se ven obligados a hacer sus necesidades en el habitáculo. Lo raro sería que no estuvieran quemados.