José Manuel Vilasuso: «Al año producimos tableros que cubren la distancia de Betanzos a Nueva Zelanda»

Sofía Vázquez
Sofía Vázquez REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA INNOVA

MARCOS MÍGUEZ

El director general de Betanzos HB defiende que el eucalipto es clave para la economía de Galicia

25 oct 2021 . Actualizado a las 14:08 h.

Marino mercante de formación, director de fábrica de profesión, deportista en sus ratos libres (baloncesto con amigos de siempre, senderismo o pesca) y padre de un pequeño para el que hace todas las horas extras que hagan falta. José Manuel Vilasuso Pita (Xermade, 1974) es director general de Betanzos HB.

—Esta empresa tiene historia.... Fue constituida el 11 de diciembre del 2014. Pero eso en teoría.

—Nació en 1975, de la mano de Tafisa. A finales de los 90 se hizo Sonae con ella, y en el 2014 nuestros dos accionistas franceses (HB Consult y Holding HTP) le compraron su participación. El grupo portugués estaba intentando desprenderse de este activo industrial. Estaba abandonado. Nuestros socios galos tienen otras fábricas del mismo producto en Francia y conocían esta. La valoraron por su eficiencia, situación y porque complementaba las suyas de Francia (ellos utilizan castaño y pino para fabricar el tablero y nosotros, eucalipto) Estos señores conocen el mercado desde hace más de 40 años. La adquirieron con el compromiso de que siguiera siendo una pyme gallega, mantener la plantilla y que ellos se encargaban de llenarla de pedidos y de realizar las inversiones necesarias para ganar competitividad y eficiencia.

—¿Cómo se reparte el capital?

—Los holdings franceses tienen el 80 % del capital y desde el 2021 participamos otras dos personas: yo como director general y Paulo Malho, agente comercial, que dispone de otro 10 %. Consideramos que el proyecto tiene sentido y futuro. El cambio de ciclo de la economía mundial nos está haciendo ver las cosas más verdes. Y nuestro producto encaja en esta mentalidad. Hay una veintena de instalaciones en el mundo que fabrican tablero de alta densidad. Y muchas están cerrando por la falta de inversión y adecuación para cumplir la normativa medioambiental. La fabricación de tablero tiene un 2 % de nicho de mercado, y esa demanda crecerá. Otros fabricantes de tablero, que son grandes y vecinos nuestros, como Finsa, fabrican un tablero diferente: de partículas, de media densidad... Nosotros para fabricar una tonelada de tablero necesitamos 2,5 de madera. El 50 % es agua. Nosotros al día gestionamos 300 o 400 metros cúbicos de agua. Tenemos que tener unas plantas de evaporación y tratamiento muy considerables. 

—¿De dónde sacan el agua?

—De la propia madera. Nuestra fabricación solo utiliza madera. No añadimos ninguna cola artificial para hacer que el tablero se forme. Somos 100 % ecológicos: material sostenible y reciclable, y no emite formaldehídos, unas sustancias cancerígenas que están prohibidas en muchos países. Estamos convencidos de que esta fábrica tiene futuro. Hablamos de 20 instalaciones similares en Europa, pero de tableros de eucalipto solo hay tres más en el mundo: Tailandia, Argentina y Brasil.

—¿Qué diferencia hay entre un tablero elaborado con eucalipto y otro de una madera más robusta?

—Siempre se consideró que en Galicia las maderas nobles eran el roble, el castaño, el pino (aunque no tanto)... Y el eucalipto era considerado como madera que no pertenecía a nuestro entorno. Lo que mucha gente no sabe es que su madera es de las más resistentes. Permite elaborar el tablero de mayor densidad del mercado. Un metro cúbico de nuestro tablero siempre pesa más de mil kilos, y uno de la competencia puede estar en 600. Trabajamos para infinidad de sectores: muebles, automóviles, componentes, tacones de zapatos, separadores en el sector de alimentación. Nuestro principal cliente en Sudáfrica es un embotellador. Llegamos al mercado australiano, al de Nueva Zelanda, y a EE.UU., países en los que estamos creciendo porque no quieren formaldehídos.

—Sus exportaciones llegan a...

—El 80 % de nuestra facturación se corresponde con exportaciones. Solo el 20 % se queda en Iberia (España y Portugal), y Europa representa el 10 %. Cubrimos África de norte a sur, Israel, América del sur y central. Tenemos presencia a nivel global.

—¿Y el transporte?

—En camión y barco.

—Pero ahora hay graves problemas con los fletes.

—Sí, muy serios. Desde final del año pasado los precios se dispararon un 200 %. Hay que reservar contenedores con previsión de meses, y adaptamos la fábrica a esas necesidades. Pese a todo, los clientes siguen manteniendo su volumen de negocio. Saben que la coyuntura nos condiciona a todos.

—Hablemos de su plan de inversiones y de crecimiento.

—Sí, tenemos en marcha una inversión de 8,5 millones de euros en una caldera con la que podremos sustituir a las dos que tenemos ahora y al quemador. Nos permitirá ganar muchas horas de fabricación. El siguiente paso será la renovación completa de la prensa -el corazón de la fábrica-, que supondrá 1,5 millones de euros de inversión. Llegaremos al 2025 con una facturación de 30 millones, ganando eficiencia y competitividad.

—¿Cuál es el nivel de producción?

—Fabricamos al año entre 60.000 y 70.000 metros cúbicos de tablero.

—Equivalente a...

—Unos 21.000 kilómetros lineales de tablero al año, que sería como cubrir la distancia entre Betanzos y Nueva Zelanda, donde están nuestros clientes más lejanos o cuatro veces la distancia entre Betanzos y Nueva York. En superficie, la equivalente a 4.000 campos de fútbol.

—El eucalipto es una especie mala, invasora, devastadora...

—Este recurso bien gestionado es compatible con las especies autóctonas. Galicia es una de las pocas zonas verdes que quedan en España. Portugal es un gran demandante de madera gallega. Tiene importantes papeleras que se llevan entre un 40 y un 50 % de la materia prima gallega. Ence es gran compradora. Finsa también tiene su madera. El eucalipto es una especie necesaria y muy importante para la economía gallega y lo que hay que hacer es regularlo y gestionarlo bien. Hay fábricas que utilizan madera para generar energía y eso sí que no lo veo lógico. Tampoco que se utilice este importante recurso forestal para que el valor añadido se lo lleven otros países.