La negociación de la reforma laboral encalla tras prometer Sánchez su derogación

L. Palacios MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

Eduardo Parra | Europa Press

El ambiente en la mesa de diálogo social se enturbia por sus palabras y complica alcanzar un acuerdo a tiempo con los plazos de Bruselas

21 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

«Avanzaremos poniendo punto final a leyes como la reforma laboral del PP». Estas palabras pronunciadas por el presidente Pedro Sánchez el pasado domingo durante la clausura del Congreso del PSOE, que hasta ahora había evitado hablar con claridad de derogar la ley del 2012, han enturbiado el ambiente de la mesa de diálogo social que está negociando el tema. La promesa del presidente ha conseguido paralizar la negociación cuando ya se estaba encaminando hacia la recta final antes de su culminación.

La vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha marcado el mes de noviembre como fecha límite para cerrar un acuerdo, algo que por ahora se antoja difícil.

La crispación entre Gobierno, sindicatos y patronal explotó ayer, provocando que se hicieran más visibles que nunca los escollos que les separan. De hecho, fuentes de la negociación aseguraron que se vivieron algunos momentos de bronca.

Las declaraciones del presidente enfadaron a los empresarios, que sostienen que en ningún momento se ha puesto encima de esta mesa la derogación total de la ley del 2012, mientras que los sindicatos se vinieron arriba. Los interlocutores sociales pidieron al Ejecutivo que les explicara claramente cuál es la intención última del Gobierno y hacia dónde quieren ir. En el encuentro tripartito -muy breve- el protagonismo lo copó CC. OO. Un día antes de que celebre el congreso del sindicato la organización planteó una enmienda casi a la totalidad del documento presentado una semana atrás por Trabajo, que pretende limitar al 15 % la temporalidad e incorporar una nueva legislación para las empresas temporales. Quiere dar carpetazo a la legislación aprobada por el PP, algo que rechaza la patronal.

Nerviosismo

El tiempo se echa encima y provoca nerviosismo en las tres partes por temor a una firma que no colme sus expectativas. Los sindicatos se ven respaldados tras la promesa de Sánchez de derogar la norma actual, pero saben que la CEOE no dará su apoyo y el Gobierno necesita el acuerdo completo, porque así lo pide Bruselas para repartir los fondos.