El consumo de los mayores de 50 años impulsa la economía aportando casi un tercio del PIB

zigor aldama MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

Xoán Carlos Gil

El consumidor senior tiene mayor poder adquisitivo que destina a ocio, cuidado del cuerpo y bienestar general

18 oct 2021 . Actualizado a las 10:54 h.

Las previsiones sobre el impacto económico combinado del envejecimiento y la caída de la natalidad en la demografía son implacables. En el 2025, los mayores de 50 años en los países del G20 representarán el 40 % de la población activa, once puntos más que en el 2018. Pero, además, a mediados de este siglo, España contará con 23,3 millones de habitantes sénior y una media de 77 jubilados por cada 100 personas en edad de trabajar.

La reacción natural ante este nuevo escenario es de preocupación por la sostenibilidad de la sociedad del bienestar. Sin embargo, Massimo Cermelli, profesor de Economía en la Deusto Bu-siness School, es optimista y señala la contradicción de que «vivir más y mejor se vea como un lastre para la sociedad, algo que solo tiene sentido si se analiza con lógica mercantilista».

Aunque Cermelli nació recién acabada la generación del baby boom, que amenaza con poner el sistema de pensiones patas arriba, él no teme por la suya. «La economía se reajustará y buscará un nuevo equilibrio», vaticina. Y, en esa transformación, cada vez son más los expertos que ven jugosas oportunidades en lo que se conoce como la economía de la longevidad. «Porque los mayores de 50 de hoy no son como nuestros abuelos. Tienen un elevado poder adquisitivo y un patrón de consumo cada vez más joven. Destinan mucho dinero al ocio, al cuidado del cuerpo y al bienestar general», afirma.

Economía de la longevidad

Juan Martín, coordinador del Centro Internacional sobre el Envejecimiento (CNIE), es de la misma opinión y encuentra argumentos de peso en la historia. «Las anteriores reducciones de la mortalidad y las mejoras en la salud condujeron a importantes ganancias en la esperanza de vida que se tradujeron en réditos económicos, ya que una mayor proporción de trabajadores sanos y educados impulsó la economía», recuerda. En su opinión, la coyuntura actual no tiene por qué ser diferente. «Lograr un dividendo de longevidad garantizará que el mismo impulso económico surja de las mejoras en la mortalidad y la salud también a edades más avanzadas», sentencia.

Un estudio realizado por Oxford Economics y la Universidad de Salamanca publicado a finales de septiembre por el CNIE, cuantifica el impacto económico que tienen en España los 18,6 millones de residentes mayores de 50 años: 325.303 millones de euros, casi un tercio del PIB nacional. De esta suma, 170.505 corresponden al gasto que realizan de forma directa, y el resto es un impacto indirecto calculado a través de las actividades de adquisición de empresas que les suministran bienes y servicios y de los salarios que pagan a sus trabajadores. A todo ello hay que sumar los 35.660 millones de euros del impacto que tienen los turistas sénior del extranjero.