Card, Angrist e Imbens ganan el Nobel de Economía por sus estudios del mercado laboral

La Voz REDACCIÓN

ECONOMÍA

Card demostró que la subida del salario mínimo no provoca destrucción de empleo

11 oct 2021 . Actualizado a las 19:11 h.

David Card, Joshua D. Angrist y Guido W. Imbens son los nuevos galardonados con el Premio Nobel de Economía en su edición del 2021 por su trabajo en los campos de la economía laboral y el análisis de las relaciones causales. La Real Academia de las Ciencias sueca anunció ayer que eran merecedores del galardón «por sacar conclusiones de experimentos inesperados» y aplicarlos al análisis del mercado laboral.

Card, economista laboral canadiense, profesor de Economía en la Universidad de California en Berkeley, se doctoró en Economía en 1983 en Princeton (EE.UU.). Ha sido seleccionado por el comité sueco como ganador del Nobel «por sus contribuciones empíricas a la economía laboral», que han profundizado en el impacto del salario mínimo, la inmigración y la educación en el mercado.

«Los resultados mostraron, entre otras cosas, que aumentar el salario mínimo no necesariamente conduce a menos puestos de trabajo», explicó la Real Academia de las Ciencias de Suecia.

Salario mínimo y paro

Un argumentario exhibido por parte de diferentes Gobiernos —el español, entre ellos— para impulsar subidas del salario mínimo interprofesional (SMI). Referente en su campo, el trabajo de Card ya había estado en las quinielas del Nobel en otras ocasiones e incluso había recibido otras distinciones como el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Economía otorgado en el 2014.

Por su parte, el norteamericano Angrist (profesor de Economía en el Instituto de Tecnología de Massachusetts ) y el holandés Imbens (docente en la Stanford Graduate School of Business desde el 2012) han sido escogidos «por sus contribuciones metodológicas al análisis de las relaciones causales».

En concreto, los economistas resolvieron el problema para interpretar los resultados de experimentos naturales demostrando cómo se pueden extraer conclusiones precisas sobre causa y efecto a partir de esta clase de prácticas.

Es decir, los investigadores se han centrado en observar el entorno sin introducir algún elemento y verificar los cambios que puede provocar. Algo fundamental para luego tomar decisiones sobre el mismo y que se percibe como un paso de gigante en la materia científica y social.

El jurado considera que los galardonados han demostrado que se pueden responder «muchas de las grandes preguntas de la sociedad».

Salto en investigación empírica

«Su solución es utilizar experimentos naturales, situaciones que surgen en la vida real que se asemejan a experimentos aleatorios. Los galardonados en ciencias económicas del 2021 nos han proporcionado nuevos conocimientos sobre el mercado laboral y han mostrado qué conclusiones sobre causa y efecto se pueden extraer de los experimentos naturales. Su enfoque se ha extendido a otros campos y revolucionado la investigación empírica y ha mejorado significativamente la capacidad de la comunidad investigadora para responder preguntas de gran importancia para todos nosotros», remarcaron los ponentes al explicar la concesión del reconocimiento.

Falso Nobel

El galardón de Economía, que cierra la temporada de premios Nobel que arrancó hace una semana y que en esta edición echó por tierra numerosos pronósticos, fue anunciado este lunes en Estocolmo. En la capital sueca también se entregarán los premios el próximo 10 de diciembre, todos, con la única excepción del de la Paz, que se hace en la capital noruega, Oslo.

Los seleccionados suceden a los estadounidenses especialistas en subastas, Paul Milgrom y Robert Wilson, laureados el año pasado. Como es habitual, en esta ocasión también cuentan con una carrera en el país norteamericano, pese a no ser el de origen de todos ellos.

Calificado a veces como el falso Nobel por haber sido creado en 1969 por el Banco de Suecia, más de 60 años después de los otros cinco (Medicina, Física, Química, Literatura y Paz), el premio de Economía es uno de los reconocimientos mejor valorados. Incluye una dotación de un millón de euros. En esta ocasión, la mitad de dicha cuantía recaerá sobre Card, mientras que el otro 50 % se lo repartirán entre Imbens y Angrist.