María Peña: «Ese mito de que España no se sabe vender es algo que hay que eliminar»

Cristina Porteiro
c. porteiro REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Ángel Manso

La consejera delegada del ICEX defiende competir con innovación, no en el terreno de los bajos salarios

26 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Innovación e internacionalización. Son los dos ingredientes básicos con los que debe contar una empresa para competir en los próximos años. La receta la dio la consejera delegada del Instituto Español de Comercio Exterior (Icex), María Peña, durante el I Foro de Competitividad del Noroeste de APD celebrado este año en A Coruña.

-Los gigantes del textil y el automóvil sostienen las exportaciones gallegas. ¿Qué inconvenientes puede acarrear esta dependencia en época de crisis?

-Cuantos más huevos pongamos en distintas cestas, mucho mejor. Una particularidad que tiene el sector exportador gallego es que se concentra en empresas muy grandes. Casi el 50 % de la exportación la realizan las cinco primeras grandes compañías. Y el 80 % de las exportaciones gallegas se realizan en Europa. Eso siempre es un riesgo porque si se ven afectadas por una crisis, el impacto es mayor.

-Se dispara el precio de la energía, el transporte, tenemos escasez de contenedores y componentes electrónicos. ¿Aguantarán las empresas?

-Ya hemos recuperado el ritmo de exportación previo a la pandemia. Entre enero a junio de este año, el valor de nuestras exportaciones ha aumentado un 23 %. Aun mejor evolucionan las exportaciones gallegas, con un crecimiento del 31 %, la segunda mejor prestación exportadora por comunidades autónomas. Pero la pandemia no ha terminado. Los mercados todavía están profundamente distorsionados. Se está generando un aumento de los precios porque cuando la oferta es rígida y la demanda crece exponencialmente, el único ajuste que se puede producir es en los precios. Se irá mitigando a lo largo del tiempo.

-El sector del automóvil prevé problemas de suministro hasta el 2022. ¿Puede lastrar la balanza comercial gallega?

- El sector del automóvil gallego creció un 20 % el año pasado, creo que hay que tocar madera cuando ves esa cifra. Al resto del mundo no le está pasando eso. Los mercados no son perfectos. En el sector de componentes electrónicos hay distorsiones. Los productores desviaron su producción hacia la electrónica de consumo. Hay una industria muy oligopolizada, con muy pocos productores, y está sujeta a controles extraordinarios ahora que hablamos de autoabastecimiento estratégico. Quizá no se puedan alcanzar las expectativas de crecimiento del sector. Es importante que haya más inversión productiva para garantizar el suministro.

-¿Qué debilidades detectan en las empresas gallegas para competir en el exterior?

-No diría debilidades sino vulnerabilidades. Hay excesiva concentración y pocos emprendedores, aunque los hay. Tenemos que trabajar más en abrir el camino en países más complejos y entender que las empresas no compiten una contra otra. Es necesario un cambio generacional en las empresas y solventar la excesiva fragmentación del sistema productivo gallego. Puede que sea el momento de impulsar el desarrollo de proyectos conjuntos, las fusiones y ganar tamaño para competir. El futuro de la estructura productiva es la empresa mediana. Hay que intentar romper las barreras a la internacionalización, que a veces se producen por desconocimiento. Por eso las asesoramos, tanto en los primeros años, los más arriesgados, como en su expansión.

-Se suele decir que tenemos buenos productos, pero no los sabemos vender como Francia o Italia. ¿Está de acuerdo?

-No. El año pasado las exportaciones de conservas de pescado gallegas a Estados Unidos aumentaron un 20 % a pesar de los aranceles. Ese mito de que España no se sabe vender, de que vamos a precio, que los italianos envasan la materia prima y la venden con el 500 % de beneficio es algo que tenemos que eliminar de nuestro discurso. El sector exportador español es altamente competitivo.

-Bruselas sitúa a las empresas españolas entre las menos sofisticadas. ¿Por qué nos llevan tanta ventaja en la UE?

-La innovación en los procesos productivos es uno de los grandes retos que tenemos que abordar. Es verdad que vamos con cierto retraso con respecto a países de nuestro entorno. La digitalización no es una opción, tiene que estar en la estrategia integral de las empresas. La crisis ha demostrado que las que han podido mantener la relación con el cliente han sobrevivido.

-¿Cuáles son los mercados más atractivos para las empresas españolas?

-Todos y ninguno. Depende de la empresa. Si no tiene ningún tipo de experiencia y quiere ir a China, le diría que no. Cuanto más complejo es el mercado, más importante es el contacto presencial. Le diría que empiece en el entorno europeo. Casi el 90 % de las filiales de empresas españolas están en América y Europa. Eso significa que en Asia y el norte de África, donde tenemos muchísimas, no se han creado relaciones con presencia estable y cada vez es más importante.

-Se ha acordado una nueva subida salario mínimo (SMI). ¿Puede afectar a la competitividad?

-La competitividad hoy se mide en innovación, diseño, en adaptación a nuevos procesos productivos, en estar muy cerca del consumidor, en generar marca. Tenemos que medirla con otros muchos parámetros. Cuanta más diferenciación y capacidad de innovar, menor será la incidencia de potenciales incrementos del salario mínimo interprofesional.

 

«El proceso de ajuste al ‘‘brexit'' todavía no ha terminado»

—¿Podría una nueva crisis diplomática con Marruecos perjudicar a las empresas asentadas allí?

Marruecos es uno de los países con el que más vínculos económicos tenemos fuera de la UE. No está a 14 km del estrecho de Gibraltar, está a un muro. Somos su primer exportador y tenemos relaciones muy fuertes de inversión. Hay una integración muy potente de las cadenas de valor en el ámbito del sector automovilístico, textil, energético... Vivimos una situación política complicada, pero no es la primera ni la última. ¿Que determinadas circunstancias políticas puedan tener impacto en la actividad de las empresas? No puedo decir que no lo puedan tener potencialmente, pero esa fortísima presencia de medianas empresas en Marruecos, insertadas en su tejido productivo, es una relación estable y permanente a largo plazo.

—Desde el referendo del «brexit» la balanza comercial con el Reino Unido ha mermado. ¿Quién está sufriendo más sus consecuencias?

—Es una situación donde no hay ganadores por la gran integración de las cadenas de valor y porque el Reino Unido es de los primeros proveedores en servicios financieros y turismo. Es pronto para analizar el impacto incluso a corto plazo. Las exportaciones han caído. De enero a abril las exportaciones españolas han crecido un 17 %. Al Reino Unido solo un 2,8 % (4 % en el caso gallego). Son los primeros meses con barrera física. Recordemos que tenemos que estar preparados porque el proceso de ajuste todavía no ha terminado. Hasta octubre del 2021 y enero del 2022, no empezarán a exigir certificados sanitarios y fitosanitarios.