El reparto de fondos frena el futuro de la automoción gallega a partir del 2026

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

M.MORALEJO

La exclusión de Stellantis Vigo amenaza la asignación de nuevos modelos

21 sep 2021 . Actualizado a las 21:37 h.

En plena pandemia y con la crisis de los microchips ya encima, Stellantis Vigo terminó el 2020 con una producción de 498.639 unidades, a una media de 2.178 coches por día. Fue la planta líder en España, por delante de Stellantis Zaragoza (391.000 coches fabricados); y de Seat Martorell (350.000 vehículos).

La factoría gallega acaba de invertir 33 millones de euros para lanzar seis nuevos modelos eléctricos. Ya produce el todocamino Peugeot e-2008 (supone el 17 % de los 2.300 coches que salen cada día de la planta), al que en los próximos meses se irán sumando los modelos electrificados de las marcas Peugeot, Citroën y Opel, cada uno de ellos en dos versiones: polivalente (para uso como furgoneta o vehículo de ocio) o puramente comercial.

Junto con la red proveedores gallega, integrada por 120 fabricantes de componentes, y el centro tecnológico CTAG, la multinacional francoitaliana que encabeza el portugués Carlos Tavares diseñó un plan de futuro para afianzar su competitividad valorado en 1.300 millones que a día de hoy está fuera del reparto de los fondos europeos Next Generation, porque el Ministerio de Industria ha vetados su entrada en el PERTE (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica) del vehículo eléctrico y conectado, que es la única vía para acceder al dinero de Europa que administra el departamento de Reyes Maroto.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, aseguró ayer que «aún no está dicha la última palabra», confiando en que el Ministerio de Industria no dé por cerrado el PERTE y dé entrada al proyecto gallego AutoÁncora, encabezado por Stellantis Vigo.

Fuentes ministeriales afirman que el proyecto gallego está excluido porque no cumple los requisitos, al no incluir la producción de baterías para vehículos eléctricos, una exigencia que sí cumple la automoción catalana para quien, según fuentes del sector gallego, el PERTE padece diseñado ad hoc.

Más que baterías

¿Y por qué AutoÁncora no contempla una planta de baterías? La respuesta es que Stellantis Vigo, que es el impulsor del plan de 1.300 millones de inversión, no la necesita, ya que cuenta con tres instalaciones en marcha (Francia, Alemania e Italia) que producirán baterías para todas sus fábricas europeas. Lo que verdaderamente necesita Stellantis Vigo, y es para lo que solicita fondos europeos, son inversiones de mejora de su competitividad frente a las demás plantas del grupo, para optar a la adjudicación de los nuevos modelos que deberán relevar a los actuales en el plazo de cinco años.

Fuentes del sector, que oficialmente evita pronunciarse, explican que AutoÁncora es el plan que garantiza el desarrollo de las líneas de producción de los futuros vehículos eléctricos que Vigo consiga a partir del 2026. Añaden que las decisiones que tomará la multinacional francoitaliana se adoptarán mucho antes de esa fecha, y contando con las ayudas que el grupo reciba en cada país y en cada fábrica.

La amenaza de quedar sin inversiones afecta a todo el motor gallego, que genera el 17 % del PIB, factura 8.000 millones y da empleo a 30.000 trabajadores. De ahí que el presidente Feijoo lleve días apelando a la sensibilidad del Gobierno para que la automoción gallega, con Stellantis al frente, tenga cabida en el PERTE sectorial. Ayer lo hizo de nuevo, tras un acto en las Illas Cíes. «Los 4.000 millones de euros reservados para el PERTE no se pueden destinar exclusivamente a una fábrica de baterías para automóviles», dijo en relación al proyecto catalán que encabeza Volkswagen.

«La puesta en marcha de una planta de baterías es importante y en España se precisa más de una, pero ello requiere circunstancias como que una multinacional quiera comprarlas e invertir en ellas, así como de un período de maduración», explicó.

Feijoo manifestó que es necesario invertir en más proyectos para garantizar la competitividad de empresas que «invierten en Galicia». Recordó que la planta viguesa de Stellantis es la mayor productora de vehículos a nivel nacional, por lo que el proyecto que promueve «necesita un porcentaje razonable» de los fondos europeso consignados para el sector mediante el PERTE.

Stellantis Vigo prescindirá de 600 eventuales desde octubre

La decisión la anunció la semana pasada, y finalmente entrará en vigor el próximo 3 de octubre. Será entonces cuando Stellantis Vigo desactive por tiempo indefinido el turno de trabajo de fin de semana en el sistema 2 de montaje, en el que se producen las furgonetas Peugeot Partner Rifter, Citroën Berlingo, Grand C4 SpaceTourer, Opel Combo y Toyota Proace City; y lo hace para contener el impacto sobre la producción de la falta de componentes electrónicos.

La suspensión del denominado cuarto turno afectará a 750 trabajadores. De ellos, 150 con contrato indefinido se recolocarán en otros turnos o sistemas de producción. La mayor parte del ajuste de empleo recaerá sobre los eventuales. En total serán 600 los trabajadores que irán abandonando sus puestos a medida que vayan venciendo sus contratos, informó ayer la multinacional, tras una reunión mantenida con los representantes sindicales.

Según explicó Stellantis en un comunicado, «esta decisión tiene por objeto lograr una organización de la actividad productiva más adaptada a la actual situación, adecuando la producción a la disponibilidad de componentes electrónicos y permitiendo mantener un calendario de trabajo más regular».

El impacto de la crisis provocada por el desabastecimiento de microchips en la planta viguesa es de cerca de 90.000 coches: los que se han dejado de fabricar en lo que va de año por la falta de semiconductores. La dirección de la factoría no espera una mejoría hasta el 2022.

Los parones de Stellantis en Vigo tienen un inmediato efecto dominó sobre el parque gallego de proveedores (más de 120 fabricantes de componentes).

En total, según estimaciones de los sindicatos del sector, desde enero la automoción gallega ha mandado para casa a más de 20.000 trabajadores, de una plantilla total que supera los 28.000 (incluidos los 7.500 de Stellantis). Todas estas empresas tienen en vigor expedientes de regulación temporal de empleo desde el pasado enero, que en breve tendrán que volver a ser revisados si las paradas de la factoría de Stellantis continúan.