Víctimas de ciberestafas de toda Galicia se alían para tratar de recuperar el dinero perdido

Marta López CARBALLO / LA VOZ

ECONOMÍA

ANA GARCIA

Cerca de una veintena de personas se han sumado ya a una iniciativa impulsada por una vecina de Coristanco

18 sep 2021 . Actualizado a las 16:28 h.

Desde que el lunes denunció su caso en La Voz de Galicia, el teléfono de Andrea no ha parado de sonar. Ya son «16 ou 17» las víctimas de ciberestafas que integran un grupo de Whatsapp creado para hacer un frente común y, previsiblemente, presentar una demanda colectiva ya no solo contra quienes han robado su dinero, sino contra la entidad bancaria que no ha querido asumir lo que consideran es su parte de responsabilidad.

Andrea Reborido, de Agualada (Coristanco), es solo una de las decenas de personas que en las últimas semanas han visto saqueadas sus cuentas por medio de una estafa electrónica. Su dinero, 9.000 euros, viajó hasta Lituania después de que suplantasen tanto su identidad como la de su banco.

«Despois de contalo recibín moitísimas chamadas e creamos un grupo de Whatsapp no que xa estamos dezaseis ou dezasete persoas ás que nos pasou exactamente o mesmo caso», contaba ayer Andrea. En un primer momento valoraron contratar a un único abogado para abordar el caso desde una perspectiva conjunta, pero dado que en el grupo hay personas de diferentes puntos de Galicia, finalmente optarán por contratar a uno por provincia. La idea es presentar una demanda colectiva. «Tras falar cunha avogada da Coruña experta en delitos informáticos foi o que nos recomendou, porque así faremos máis presión», añadió.

Andrea, más esperanzada que hace unos días, confía en que haciendo un frente común puedan al menos recuperar parte de su dinero. «Penseino moito: e se gasto o pouco que me quedou nun avogado para ao final non conseguir nada? Pero creo que isto non pode quedar así, non podemos tirar a toalla», resalta.

Una de las principales reclamaciones de este grupo de afectados es que la entidad donde tienen sus cuentas, la misma en todos los casos, se haga cargo de las pérdidas. «Esas persoas [que nos estafaron] suplantaron a identidade do propio banco. As mensaxes chegáronnos pola súa canle, chamáronnos dende o seu número, déronnos o seu mesmo discurso e ata nos falaron en galego, o cal non che fai desconfiar. Eu non dei ningún dato persoal meu, só un código dun só uso que me chegou por mensaxe, como cando fas unha compra electrónica», relata la joven.

A ella la timaron a finales del mes de agosto, pero en estos días ha conocido casos que se remontan al mes de mayo. Cree que en este tiempo la entidad debería haber tomado alguna medida o, al menos, informado a sus clientes de lo que estaba sucediendo. «Está claro que a súa seguridade non funciona», considera.

Idéntico proceder

Los estafadores tenían muy claro qué hacer, qué enseñar y qué decir para que el proceso pareciese lo más veraz posible. Andrea, asombrada por tal pericia, advierte que «calquera pode caer na trampa, por moi coidadoso que se sexa», dijo.

Todo empezó con un mensaje en el que su banco le advertía que alguien no autorizado trataba de acceder a su cuenta. El texto se acompañaba de un enlace y, al abrirlo, le apareció en pantalla una página web que simulaba a la perfección ser la de su banco. Ahí introdujo sus datos de acceso y, pasados unos minutos, recibió una llamada de teléfono desde una supuesta sucursal de A Coruña. Al otro lado del aparato, «unha rapaza, en galego, dime que están intentando facer unha transferencia coa miña conta por valor de mil euros e que se son eu solucionamos nese momento», relata.

Ella lo niega y la supuesta gestora le envía un mensaje de texto con un código que ella le debe decir para supuestamente cancelar la operación. Una vez Andrea le da ese código, termina la llamada y la estafa ya ha sido completada. Al entrar a su banca electrónica ya solo le quedaban diez céntimos de sus ahorros.

«Saben perfectamente o que dicir, o texto que a rapaza le ao falar contigo é exactamente igual ca o que che di a túa xestora, polo que non consegues diferenciar», señala la coristanquesa, que espera, conjuntamente con otros afectados de todo el territorio gallego, conseguir respuestas y que la Justicia les devuelva lo que se les han quitado.