La subida del salario mínimo llegará a 83.000 gallegos

Sara Cabrero
Sara Cabrero REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Eduardo Parra | Europa Press

El Gobierno alcanza un acuerdo con los sindicatos y, pese al rechazo de la patronal, subirá 15 euros el SMI, un aumento que será efectivo desde el 1 de septiembre

16 sep 2021 . Actualizado a las 21:39 h.

Gobierno y sindicatos anunciaron este jueves la fumata blanca para aplicar la tan anunciada alza en el salario mínimo interprofesional (SMI), una subida que alcanzaría los 15 euros mensuales en el 2021. Calculadora en mano, aquellos trabajadores afectados por el sueldo más bajo verían sus nóminas incrementarse hasta los 965 euros (en catorce pagas). Este pacto no contará con la firma de la patronal. La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) mostró desde el primer momento su rechazo a una subida que cree que llega en un momento inadecuado, con una recuperación económica todavía en ciernes. Y así se mantuvo hasta el último momento. Los empresarios siguen enrocados en su postura y descartaron sumarse al acuerdo social.

En un comunicado conjunto, Gobierno y sindicatos aseguraron que se comprometen al cumplimiento del objetivo de situar el SMI en el 60 % del salario medio, mediante su progresiva revisión en el 2022 y el 2023. El acuerdo llegó a última hora del jueves, a pesar de que Nadia Calviño había enfriado un poco las expectativas durante su visita de este jueves a Vigo, donde aseguró que todavía no había ningún acuerdo cerrado y que en los «próximos días» se tomaría la decisión

Al arranque de las conversaciones, tanto UGT como CC. OO. exigían al Ejecutivo un alza del SMI de entre 25 y 30 euros para este año, una cantidad bastante alejada de la primera propuesta -15 euros- que puso sobre la mesa el equipo de Yolanda Díaz. Por aquel entonces, abría el Ministerio de Trabajo un poco la mano y se mostraba dispuesto a manejar una franja que oscilaba entre los 12 y los 19 euros, la horquilla que precisamente había recomendado hace unos meses el comité de expertos consultado por el equipo de Díaz.

La cantidad finalmente fijada se quedará en los 15 euros inicialmente propuestos por el Gobierno. Eso sí, con una condición. Porque en los últimos coletazos de la negociación, los sindicatos llegaron a mostrarse predispuestos a rebajar su petición para este año, siempre y cuando el salario mínimo ascendiera en el mes de enero del 2022 a los 1.000 euros mensuales y en el 2023 escalara hasta quedar fijado en una cantidad equiparable al 60 % del salario medio.

Y aquí es precisamente donde las negociaciones parecían haber encallado este jueves. El Gobierno se mostraba dispuesto a reflejar en el texto su compromiso de situar el SMI en el 2023 en ese 60 % del salario medio que exigían los sindicatos. Pero los representantes de los trabajadores no estaban dispuestos a aferrarse a las vaguedades y pedían poner blanco sobre negro los números para los dos próximos años. Este resquicio fue el que este jueves logró salvarse. Porque el compromiso del Gobierno se mantiene firme en revisar en el 2022 y el 2023 la cantidad para situarla en ese 60 % comprometido. Eso sí, por ahora sin necesidad de poner números.

Dos millones de personas

Dos millones y medio de trabajadores permanecen estos días atentos a cualquier noticia que sale desde el Ministerio de Trabajo. Pendientes de saber si sus ingresos subirán después de año y medio congelados en los 950 euros mensuales. Son el colectivo de ocupados más precario del mercado laboral español, un grupo que, según los datos del Ministerio de Trabajo conforman entre un millón y 1,5 millones de trabajadores. CC. OO. va un paso más allá y lo eleva hasta los dos millones, una cifra en la que se incluye a los empleados a tiempo parcial.

En Galicia, son más de 83.000 trabajadores los que, según las cifras del sindicato, reciben el sueldo más bajo permitido en nuestro país y que, por tanto, en las próximas semanas verían incrementada su retribución mensual.

La nómina de trabajadores gallegos que reciben a final de mes los salarios más exiguos no es la más abultada de todo el territorio nacional. Galicia es, de hecho, la quinta comunidad en la que más empleados reciben el SMI. Los primeros puestos los ocupan Andalucía, en la que más de 364.000 personas conforman este grupo y Madrid (con 236.000 empleados).

Hasta 130.000 empleos podrían estar en peligro si se sube hasta los 1.000 euros, según Cepyme

Uno de los grandes fantasmas que persiguen al alza del salario mínimo son las turbulencias que esto pueda provocar en el maltrecho mercado laboral. El primero en dar la voz de alarma fue el Banco de España, que hace unos meses publicó un estudio en el que estimaba que el incremento del 22 % que experimentó el SMI en el 2019 provocó una pérdida de empleo neto de entre 94.200 y 173.000 puestos de trabajo. Incluso dentro del seno del Gobierno se llegó a admitir que decisiones de este calado podían tener consecuencias. Fue el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, quien, quitando hierro el asunto, aseguró que en caso de acometer una nueva subida, el impacto que tendría en el empleo sería «pequeño» y «moderado».

Una versión bastante diferente es la que defienden Randstad Research y Cepyme. Según un estudio elaborado por sus expertos, si se incrementara el SMI un 2 % este año (hasta los 1.000 euros) y un 5,3 % en el 2022, entre 60.000 y 130.000 puestos de trabajo correrían peligro. En estas cifras incluyen los expertos de Cepyme tanto los empleos destruidos como aquellos que no se crearían como consecuencia del encarecimiento salarial. Y dicen que las consecuencias se cebarían de manera especial con los jóvenes y con los trabajadores de menor cualificación, para los que sería mucho más difícil encontrar empleo o conservar el que tienen.

Yolanda Díaz gana la batalla

En línea con los vaticinios de algunos organismos, la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, mostró en más de una ocasión sus reticencias al alza, una negativa que supuso un nuevo choque de trenes en el seno del Gobierno. De un lado, Yolanda Díaz, que se mostraba partidaria de aumentar el sueldo más bajo desde el mes de septiembre. Al otro, Calviño, que confiaba la mejora a la recuperación de la economía. Parece que el primer acercamiento entre ambas llegó a principios de verano, cuando Calviño se mostraba partidaria de un incremento en vista de los buenos datos económicos. Pero, cautelosa, su propuesta pasaba por hacerlo efectivo a partir del mes de octubre, una postura que de hecho seguía defendiendo hasta la semana pasada. Parece que la balanza se ha decantado esta vez a favor de Díaz. La ministra de Trabajo cumplirá con la promesa que le hizo a los sindicatos y empezará a aplicarse ya desde el 1 de septiembre.

«Esta subida é de grande importancia para as pensións de Galicia»

Tal y como explican desde CC. OO., la subida del salario mínimo tendrá importantes consecuencias en partidas como las pensiones. «Dado que a contía da pensión de xubilación está directamente relacionada coas cotizacións durante a vida laboral, a suba do SMI é de grande importancia en Galicia, xa que na nosa comunidade temos unhas das pensións máis baixas do Estado», resume Maica Bouza, secretaria de Emprego, Política Social e Políticas Públicas de Protección de CC.OO. de Galicia. Según sus datos, las prestaciones de jubilación en Galicia son las segundas más bajas de todo el Estado.

Escrivá advierte que la nueva prórroga de los ERTE tendrá que poner el énfasis en la formación

L. Palacios

Ana Escobar

La nueva prórroga de los ERTE a partir de octubre ni será igual que la actual -tal y como anticipó recientemente la vicepresidenta Nadia Calviño- ni será automática, como sí lo fueron las dos últimas. Así se lo confirmó el Gobierno a sindicatos y patronal en la primera reunión mantenida este jueves para negociar las condiciones para este otoño, según manifestaron fuentes del diálogo social. Así, a partir del 1 de octubre las empresas que mantienen aún a 250.000 trabajadores en ERTE tendrán que solicitar una nueva suspensión de empleo, aunque el mecanismo para hacerlo aún tendrán que establecerlo en la mesa, al igual que queda por definir por cuánto tiempo más se ampliarán.

La gran prioridad de los nuevos ERTE será la formación de esos 250.000 empleados para que puedan reactivarse en las mejores condiciones, tal y como avanzó en rueda de prensa el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá. «En este momento, con un número de trabajadores reducido y muy acotado sectorialmente, el énfasis lo tenemos que poner en la formación», apuntó el ministro, que reconoció que «algunos de ellos tendrán que reajustarse dentro de la empresa o hacia otras empresas y sectores».

Significa esto que el Gobierno considera que probablemente el número de personas en ERTE está cerca de su mínimo y que las que quedan en este momento quizá no vuelvan ya a sus puestos de trabajo.

Reactivación ralentizada

De hecho, Escrivá admitió que el ritmo de reactivación de estos trabajadores se ha ralentizado y no espera que en septiembre haya una nueva reducción. Por ello, dejó entrever que las fuertes exoneraciones a la Seguridad Social con que se premia ahora la reactivación no son, como sí lo han sido este verano, primordiales. «El énfasis que hemos puesto en incentivos a la activación creo que en este caso no es un elemento central en la negociación», explicó Escrivá, que puso el foco en «formarles bien durante el tiempo que continúen en ERTE para que su reincorporación se haga con unas cualificaciones distintas».