La solución de Bruselas a la escalada del precio de la luz: «Pisar el acelerador» de las renovables

La Voz REDACCIÓN / AGENCIAS

ECONOMÍA

YVES HERMAN

La Comisión Europea advierte de que la transición energética será «sangrantemente dura»

14 sep 2021 . Actualizado a las 11:52 h.

Nunca antes en España la energía había sido tan cara como este lunes. En el mercado mayorista ya se paga a 154,16 euros el megavatio hora. Otro récord que tardará poco en ser rebasado, según el propio sector, que no espera que la factura eléctrica se relaje hasta el segundo semestre del 2022. La luz no conoce techo. 

En medio del clima de inquietud social y empresarial que está generando la subida desorbitada de los precios, que ya se está empezando a trasladar al resto de la economía, la Comisión Europea ha instado este lunes a «pisar el acelerador» de las renovables para reducir la dependencia de las importaciones de combustibles fósiles, al considerar que la escalada de precios energéticos en Europa se debe a la falta de gas en el mercado. 

Lo ha hecho en boca de su vicepresidente y responsable del Pacto Verde, Frans Timmermans. El holandés lamentó el tiempo perdido que se podría haber aprovechado para anticiparse en la transición: «Si hubiéramos actuado hace cinco años no estaríamos en esta situación porque dependeríamos menos de los combustibles fósiles y del gas natural. A lo largo de todos estos años hemos visto que los precios de las renovables se han mantenido bajos y estables», aseguró ante el Parlamento Europeo, según recoge Efe. 

Un 20 % de la subida se debe al precio del CO2

En múltiples ocasiones se han puesto en cuestión las prisas de la UE por lograr los objetivos de descarbonización. El calendario no se adapta a la capacidad real de los países de dar el salto completo para consumir energías alternativas. En momentos de demanda como la actual, comprar derechos de emisión de CO2 para producir la energía que se demanda es muy caro. Eso está pesando en la factura: «Solo un 20 % del aumento del precio de la energía se puede atribuir a los precios del CO2» a través del sistema de comercio de emisiones europeo (ETS), que grava el dióxido de carbono que liberan las industrias intensivas en energía. El precio por tonelada de CO2 en ese mercado europeo empezó a dispararse en marzo del 2020, cuando se pagaba a unos 15 euros. Pero el año 2021 arrancó en el torno de los 33 euros y en septiembre ha llegado a escalar hasta los 62 euros. Un trazado que sigue en ascenso. «El resto es una consecuencia de la elevada demanda en el mercado. Hay falta de energía», aseguró Timmermans, quien insistió en la necesidad de desplegar las políticas necesarias para que la UE reduzca sus emisiones de CO2 en un 55 % en el 2030, respecto a 1990 y avance hacia la neutralidad climática en el 2050.

Transición «sangrantemente dura»

Claro que no todo el mundo está pagando por igual. A pesar de las medidas de alivio, en España son los hogares con menos renta y los negocios más pequeños los que más difícil tienen adaptarse a futuras subidas críticas del precio de la energía, por eso Timmermans ha instado a poner en marcha medidas redistributivas en los países que experimenten más tensiones. «Estas medidas, una por una, tienen un precio y tenemos que garantizar que ese precio no lo pagan los más pobres» para evitar que «la parte social se contraponga a la parte climática», añadió.

«Si no actuamos urgentemente, nuestros hijos no nos van a perdonar», aseguró el socialdemócrata neerlandés, quien, en su intervención final tras escuchar decenas de comentarios de eurodiputados, muchos relacionados con el coste de la transición, reconoció que «va a ser sangrantemente dura y nadie debería de hacerse ilusiones con que va a ser fácil».

El vicepresidente comunitario avisó contra algunas «trampas» del debate climático como «hablar todo el tiempo del coste de la transición y evitar hablar del coste de no hacer la transición, no solo en términos económicos». «Las crisis migratorias que hemos visto hasta ahora serán un juego de niños comparadas con los flujos migratorios si la crisis climática se nos va de las manos», aseguró.