Europa exhibe ya divergencias sobre cómo regresar a las sendas de deuda y déficit

Salvador Arroyo BRUSELAS / COLPISA

ECONOMÍA

IGOR KUPLJENIK

Los halcones del norte piden la reducción de los niveles «excesivos»; y el sur, flexibilidad para no ahogar las inversiones

10 sep 2021 . Actualizado a las 18:52 h.

El asunto no estaba en la agenda, pero se daba por hecho que iba a colarse en el debate que los ministros de Economía y Finanzas del Eurogrupo (los diecinueve países que comparten divisa) celebraron este viernes en la capital de Eslovenia. Abrieron el melón de las normas fiscales comunes. Del cuándo (en el 2023) y cómo debe desactivarse la cláusula de escape que, desde el estallido del covid, da barra libre al endeudamiento y el déficit.

De momento, tanteo y primera toma de posiciones. Porque oficialmente no se hincará el diente a este asunto hasta otoño, cuando la Comisión Europea retomará las consultas con los Estados. «Necesitamos calidad y consenso», destacó el responsable económico del Ejecutivo de Bruselas, Paolo Getiloni, mientras que el vicepresidente Valdis Dombrowskis abogó por «una reducción de la deuda que sea realista para todos». Gana terreno la tesis de que los dos umbrales que servían como referencia (que la deuda pública no rebase el 60 % y que el déficit esté en el entorno del 3 %) están ya en otra dimensión. A la fuerza, ahorcan.

Y aquí España vuelve a insistir en que tiene que haber cambios. La vicepresidenta Nadia Calviño pidió «modernizar y simplificar» ese nuevo marco regulatorio para que sea «más acorde con la realidad» y que no coarte las «necesidades de inversión» que condicionarán las economías tras la crisis, con el horizonte de conseguir la transición verde y digital.

Francia sintoniza también con esa visión. Vuelta a las finanzas públicas «saneadas» sí, pero de forma «progresiva» y «sin estrangular el crecimiento», subrayó Bruno Le Maire, responsable galo de Finanzas. Una tesis extendida en el sur que vuelve a despertar recelos en el norte y este de Europa. De momento sin confrontación directa.

Los responsables económicos de los Países Bajos, Austria, Dinamarca, Suecia, Finlandia, Letonia, Eslovaquia y la República Checa han puesto en común sus puntos de vista sobre el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. En una carta conjunta abogan por «unas finanzas públicas saneadas» como «pilar central de la pertenencia a la Unión Europea y una base para la economía y la unión monetaria» y, en esa línea, consideran que «la sostenibilidad fiscal combinada con reformas debe seguir formando la base del marco común».

Reconocen la evidencia: que la deuda pública en la UE se ha disparado dramáticamente -15 puntos en dos años: del 79 % del 2019 al 94 % actual- pero no quieren que en el futuro se esquive esa variable: «La reducción de las ratios de endeudamiento excesivo debe seguir siendo un objetivo común», subrayan. Se abren a la aplicación «coherente y transparente», a «simplificaciones y adaptaciones» que mejoren ese pacto. E incluso a que el debate se alargue en el tiempo. «La calidad es más importante que la velocidad», dicen.