Poner la lavadora en la hora más barata ya es un 35 % más caro que en junio

Cristina Porteiro
c. porteiro REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

cedida

El precio de la energía se ha disparado, inflando la factura unos 17 euros

10 sep 2021 . Actualizado a las 10:52 h.

Este viernes el precio de la electricidad vuelve a romper todos sus registros. Alcanza ya los 152,32 euros el MWh en el mercado mayorista, cuando hace poco más de tres meses no superaba los 87 euros. Y se sitúa bien lejos de los 46 que se pagaban hace exactamente un año, según los datos de Red Eléctrica de España (REE).

Como no podría ser de otro modo, estas subidas también repercuten en las facturas de los consumidores, los del mercado regulado -de forma directa- y los del mercado libre -de forma indirecta en la renovación de los contratos con las eléctricas-. En el día a día es más difícil percibir los cambios, pero a final de mes llegará la sorpresa. Y, según apuntó esta semana la organización de consumidores Facua, será mayúscula, porque solo en los siete primeros días de septiembre el recibo de un hogar medio ya se ha disparado hasta los 105 euros mensuales. Cada vez que alguien pone una lavadora, un lavavajillas o el aire acondicionado en casa está pagando un 35 % más por la energía que consumen en una hora respecto al 1 de junio -cuando entró en vigor la nueva tarifa eléctrica-.

No hay escapatoria. Quien ayer optó por poner la lavadora entre las cuatro y las cinco de la madrugada, la hora más barata del día, pagó 0,28 euros por una hora de consumo de energía -excluidos los impuestos y cargos-. Es un 37,6 % más de lo que se pagaba a principios del mes de junio. Las horas más baratas se han encarecido más que las horas punta -que se han inflado un 31 % desde junio-, pero siguen siendo mucho más económicas. De hecho, si se prefiere obviar las recomendaciones de Competencia y poner la lavadora entre las 20.00 y las 21.00 horas, cuando hay más demanda, habrá que pagar 0,45 euros por un programa de una hora, un 60,71 % más que de madrugada.

Vuelco en el recibo de la luz

En términos absolutos, la energía ha ido ganando peso a lo largo de los últimos tres meses en el total del recibo de la luz, pasando del 24 % a casi el 50 % del importe total. Si hoy hubiese que hacer la autopsia a la factura media estimada por Facua para el mes de septiembre -105 euros-, se vería que 2,6 euros corresponderían al alquiler de equipos de control y el margen comercial, otros 14,04 euros a impuestos -con el IVA reducido al 10 %-, unos 39,52 euros en peajes y cargos y hasta 47,84 euros estarían asociados al consumo real de energía. Son 16,74 euros más que hace tres meses.

Estos datos ponen de relieve que los consumidores españoles no solo pagan más que sus vecinos europeos porque la parte regulada por el Estado en la factura -impuestos, cargos y peajes-, es más gravosa, sino que el encarecimiento de la energía en el mercado también está horadando sus bolsillos. De ahí que la bajada del IVA de la luz del 21 al 10 % o la congelación del impuesto a la generación de energía (7 %), apenas hayan logrado amortiguar los fuertes repuntes del precio en el mercado mayorista.

¿Podría una nueva rebaja fiscal abaratar el precio, como sugieren las eléctricas? A corto plazo, sí. No obstante, tendría efectos desiguales. Una nueva reducción del IVA del 10 al 4 % beneficiaría a rentas altas y bajas por igual, algo difícil de justificar ante las autoridades europeas. Sin embargo, la ampliación de la cobertura del bono social permitiría focalizar mejor las ayudas que, a la postre, acabará asumiendo el Estado en su conjunto.

De pagar 67 euros desentendiéndose del reloj a abonar 105 euros con la nueva tarifa

El consumidor medio español - tiene una potencia contratada de 4,4 kWh, la misma en horario punta y valle, con un consumo de 366 kWh mensuales-pagaba hace un año alrededor de 66,78 euros mensuales de media, según Facua. Por entonces, apenas vivía pendiente del reloj y de la evolución diaria del precio voluntario para el pequeño consumidor (PVPC). Un año más tarde paga 38 euros más, a pesar de las medidas de alivio introducidas por el Ministerio para la Transición Ecológica.

Las estadísticas dan buena cuenta de lo importante que sigue siendo trasladar una parte del consumo a los fines de semana y las franjas horarias más baratas del día, no solo para evitar los gravosos peajes de entrada en las horas de más demanda, también porque el precio de la electricidad es más barato. Un hogar en el que sus miembros tengan el hábito de lunes a viernes de llegar a casa y poner la lavadora a las ocho de la tarde, al tiempo que encienden el horno y la vitrocerámica para cocinar la cena, con el televisor funcionando de fondo -la nevera enchufada normalmente- y las luces encendidas, pagaría a final de año 508,6 euros por esa hora de consumo diario.

Trasladar consumo

Solo con trasladar la hora de la lavadora de las ocho o nueve a las doce de la noche, ese mismo hogar podría ahorrar 74,4 euros de la cuantía. Por eso Competencia recomendó antes de la entrada en vigor de la nueva tarifa evitar el encendido simultáneo de los electrodomésticos que más consumen. El ahorro, estimaba entonces, podría alcanzar una horquilla de entre 200 y 300 euros al año.