Los niveles de agua en los embalses de As Portas y Cenza rozan sus mínimos legales

Cristina Porteiro
C. Porteiro REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

La Confederación Hidrográfica Miño-Sil acusa a Iberdrola y Naturgy de crear «alarma social» con el vaciado y les pide «responsabilidad»

20 ago 2021 . Actualizado a las 21:12 h.

El agua embalsada en la cuenca del Miño-Sil sigue menguando. Ya se encuentra a menos de la mitad de su capacidad (49 %), cuando hace solo un año estaba al 71,75 % de sus reservas. Y parte de la culpa la tiene el vaciado estival de cuatro de sus embalses. 

El de As Portas (Vilariño de Conso, Ourense), explotado por Iberdrola, está casi seco. A estas alturas del año 2020 estaba al 76,31 % de su capacidad. Hoy apenas le queda el 15,13 %, un volumen insuficiente para poder garantizar las actividades acuáticas en la zona o para preservar el valor paisajístico del parque natural, según denunció a este medio su alcaldesa, Melisa Macía, quien aseguró que nunca antes habían visto un vaciado tan pronunciado. El secado es de tal magnitud que ha quedado al desnudo el esqueleto del antiguo pueblo que hay bajo sus aguas. En otros de la zona, como el de Bao, hay pantalanes inutilizados porque no hay suficiente agua para desplazarse por el pantano. Lo mismo le ocurre al embalse de Cenza, ubicado en esa misma localidad ourensana y explotado también por Iberdrola. Sus reservas hídricas hace un año alcanzaban el 55 %, algo menos que la media de los últimos diez años (63,75 %). A estas alturas de agosto solo le queda el 15 %.

La historia se repite con otros dos embalses explotados por la eléctrica Naturgy. El de Salas (Muiños, Ourense) conserva el 27,33 % de su caudal total, un volumen sensiblemente inferior al de hace solo un año (50,57 %). Otro de los pantanos que ha visto cómo se vaciaban sus reservas a toda velocidad es el de Belesar (Chantada, Lugo), que alimenta a la segunda mayor planta hidráulica de Galicia. Ha pasado de estar al 62,14 % de su capacidad en el 2020 al 30,18 % en la actualidad. La situación, aunque no tan crítica como la de los embalses gestionados por Iberdrola, es preocupante porque se trata de una gran reserva de agua apta para el baño, para la navegación y de la que viven negocios hosteleros. 

Los vaciados de los pantanos coincidieron con las semanas de mayor presión sobre los precios de la electricidad, alcanzando máximos históricos durante varios días consecutivos. Las compañías, a las que el Ministerio para la Transición Ecológica investiga por si han infringido los acuerdos de explotación -tienen concesiones para explotar sus plantas hidráulicas en estos embalses- los justifican asegurando que lo han hecho para desplazar en el mercado eléctrico a otras fuentes de energía más caras que la hidráulica, como el gas. Pero lo cierto es que se han pagado precios parejos, engordando los beneficios de las eléctricas, que no tienen que pagar derechos de CO2 para producir y cuyos costes de operación son más baratos. El sector no lo niega, pero alega también que los bajos niveles de agua registrados fueron precedidos por la primavera más seca de los últimos 15 años. En otras palabras: la sequía en otras zonas de España se está compensando con las reservas hídricas de Galicia, aunque la factura a pagar sea la misma. Este viernes el precio de la luz en el mercado mayorista alcanzó de nuevo el segundo precio más alto de la historia (117,14 MWh), aunque la presión descenderá este sábado hasta los 110,14 euros el MWh. Lejos quedan los precios del primer sábado de agosto, cuando la luz apenas se pagaba a 65,64 euros/MWh. 

¿Es legal? 

La gran pregunta es si este vaciado indiscriminado se ajusta a la ley. Y lo cierto es que lo es, aunque en algunos embalses se estaría rozando el mínimo legal. El título de concesión del embalse de As Portas marca un umbral del 12 %. En Cenza, Iberdrola no podrá reducir el caudal por debajo del 11 %. En cuanto a Naturgy, saltarán las alarmas si no conserva el 10 % del agua en el embalse de Salas y el 10 % en el de Belesar. «Hay que aclarar que las empresas hidroeléctricas, a día de hoy, están actuando dentro de los parámetros de las normas de explotación», admitió este viernes el presidente de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil, José Antonio Quiroga, quien previamente había denunciado el «excesivo turbinaje» en la cuenca. Los umbrales parecen insuficientes a todas luces para poder garantizar todos los usos de los embalses, por eso instó a «reconducir todo esto» presentando alegaciones a los planes hidrológicos, en exposición pública hasta el próximo 31 de diciembre. ¿Qué hay de la revisión de las concesiones a las empresas que sobreexploten los embalses? Quiroga se pronunció en la misma línea que el Secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán: «Muy probablemente hay que introducir nuevos elementos y variables en el manejo de masas de agua ante el escenario de cambio climático», incidió antes de acusar a Iberdrola y Naturgy de generar «alarma social» con los vaciados: «No es razonable lo que están haciendo estas empresas en sus embalses porque una empresa tiene que ser responsable social y medioambientalmente, más allá del criterio estrictamente económico».

¿Hasta cuándo?

Fuentes del sector aseguran que la previsión para las próximas semanas es la de reducir el ritmo de producción hidroeléctrica y recuperar el volumen que tenían los embalses en años anteriores, pero las llamadas a la calma no han apaciguado los ánimos. Tampoco los de la Xunta de Galicia, que este viernes ha pedido «responsabilidade estatal» al Gobierno para evitar estas situaciones «preocupantes» de tensión hídrica y «descenso moi acusado» de los volúmes de agua en el Miño-Sil, una cuenca que no es competencia autonómica: «A Xunta manifesta a necesidade de que o Goberno central, responsable dos aproveitamentos hidroeléctricos máis potentes na comunidade, exerza un control eficaz sobre a actuación das empresas titulares das concesións para garantir en todo momento as reservas de auga necesarias para o abastecemento da poboación e os valores ambientais», delizó el Ejecutivo autonómico en un comunicado. 

Lo que sí es competencia de la Administración autonómica es la vigilancia de los embalses de la demarcación hidrográfica de Galicia-Costa, donde algunos pantanos -muchos de ellos con plantas minihidráulicas- han acusado también un descenso del volumen de agua.

Aunque la situación está lejos de parecerse a la de la cuenca Miño-Sil, donde se ubican las gigantescas turbinas de Iberdrola y Naturgy, en la fachada atlántica también hay embalses que han visto mermado su volumen de agua. El de Barrié de la Maza (Negreira) ha bajado 10 puntos con respecto al 2020, del 41,94 % al 32,26 % de su capacidad total. El de Fervenza (Dumbría) estaba al 53,40 % el año pasado. Hoy está al 42,72 %. Portodemouros (Arzúa), alimentado por el río Ulla, suele estar al 71,11 %, pero a estas alturas de agosto el embalse se sitúa en el umbral del 64,31 %. 

La Xunta esgrime la misma defensa que el Gobierno central: «As motivacións que levan ás concesionarias a operar nos encoros dunha u outra maneira son da súa responsabilidade, sempre que cumpran coas condicións da explotación e respecten as normas establecidas». Y, en este sentido, al menos por el momento, están lejos de llegar a los niveles de estrés hídrico del Miño-Sil: «Os concesionarios teñen a obriga de avisar con antelación dunha operación que implique unha baixada da ocupación do 20 %. En Galicia-Costa non se ten recibido aviso neste sentido de ningunha explotación», señalan desde la Consellería de Infraestructuras. 

Ante el revuelo que ha generado la explotación de las plantas hidroeléctricas en Galicia, la Xunta aclara que Augas de Galicia valorará la posible recuperación de las explotaciones en un futuro tras evaluar si pasan a manos de la Administración o son demolidas por la concesionaria, pero se resiste a poner fechas: «A Xunta garantirá e primará sempre o interese público. Para isto, estase a avanzar na tramitación dos expedientes de caducidade das concesións hidroeléctricas, defendendo o interese xeral e atendendo en cada caso a rendibilidade social, patrimonial e natural», desliza. Tampoco precisan si el modelo será público o privado. 

Sanciones

Desde la Xunta sostienen que están vigilando de cerca la evolución del caudal de los embalses y que las inspecciones rutinarias sobre el terreno continúan, así que no puede descartarse la adopción de medidas si los técnicos certifican que ha habido impacto medioambiental a causa del vaciado de pantanos. El BNG ha ido más lejos y ha exigido «sancionar ás empresas responsables do baleirado dos encoros galegos [Iberdrola y Naturgy] que aumentaron a súa produción hidroeléctrica co fin de vendela nun mercado que está a experimentar precios diarios históricos». Ateniéndose a la letra del plan hidrográfico, eso no sería posible, a menos que se demuestre que no se han tenido en cuenta las consecuencias directas de su sobreexplotación. En este sentido, el diputado nacinalista, Iago Tabarés, recordó este viernes que «hai que sumar importantísimas consecuencias sociais e medioambientais no territorio e na economía da zona como no encoro das Conchas, obrigado a prohibir o baño dado o nivel de contaminación por cianobacterias, debido á drástica redución do nivel de auga».