IVA superreducido del 4 % a la luz, ¿solución o problema?

Cristina Porteiro
C. Porteiro REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Ricardo Rubio

Partidos políticos y asociaciones de consumidores reclaman al Gobierno que intervenga para aplacar el precio de la energía

15 ago 2021 . Actualizado a las 17:13 h.

Mañana lunes los españoles podrán tomar algo de aire después de dejar atrás la semana más cara de la historia en lo que al precio de la energía se refiere. El MWh en el mercado mayorista se situará en los 88,92 euros de media. La hora más cara será entre las 22.00 y las 23.00 (109,35 euros), mientras que la más barata se extenderá de las 19.00 a las 20.00 (82,6 euros). Se trata de la tercera bajada consecutiva y la primera vez en lo que va de mes que bajará del umbral de los 100 euros. 

A pesar de esta tregua, coincidiendo en muchos sitios con el puente de agosto -en los hogares se consume menos energía en días festivos y vacaciones-, lo cierto es que sigue reverberando el ruido de fondo de quienes alertan de los problemas estructurales que arrastra el mercado eléctrico desde hace años. Entre ellos, la formación del precio. 

No obstante, algunos partidos políticos y asociaciones de consumidores han preferido poner el foco en las medidas más inmediatas, como es la rebaja del IVA de la luz. El Gobierno redujo este impuesto del 21 % (tipo general) al 10 % (tipo reducido), pero algunas voces insisten en bajarlo hasta el 4 % (superreducido): «Sabiendo que es un coste inevitable y que es de primera necesidad, hay que tomar medidas con carácter de urgencia, no unas que puedan dar frutos en años, sino de un día para otro», reclamó este domingo la coordinadora de Ciudadanos, Begoña Villacís, quien instó al Gobierno central a «tomar conciencia» de que el impacto de los altos precios de la luz está llegando ya «a familias y pequeños comercios». Por eso aboga por una reducción mayor del IVA: «Se necesita un impacto inmediato, no que en el Gobierno discutan sobre la creación de una empresa pública».

Desde el Partido Popular, optan por otra receta: la convocatoria de elecciones. Su líder, Pablo Casado, instó el sábado a Pedro Sánchez a abrir los colegios electorales tras demostrar «su incapacidad para gobernar», pero no deslizó propuestas nuevas, si bien es cierto que hace algunas semanas reclamaron traspasar los costes regulados de la luz a los presupuestos generales del Estado, una factura que acabarían pagando todos los contribuyentes de igual modo. El portavoz adjunto del PSOE en el Congreso, Felipe Sicilia, arremetió este domingo contra los populares a los que acusó de no tener «ni una sola propuesta para bajar el recibo de la luz más allá de la crítica al Gobierno», y después de «siete años en los que desincentivó que el país tuviera un parque de energías renovables y más baratas y boicoteó que se instalaran energías limpias». Sicilia apuntó como responsable al mercado europeo de la energía (único), que «está generando unos precios muy altos», y por eso el Gobierno «ha pedido que este sistema se cambie al suponer unas oscilaciones muy grandes y unas alzas de precios que están llegando a récords», explicó en declaraciones recogidas por Efe. 

¿Qué hay de efectivo en la bajada del IVA? ¿Es una solución eficiente para mantener a raya el precio de la luz? El Gobierno podría rebajar el IVA al 4 % (tramo superreducido). Hay antecedentes en la UE. Bélgica lo bajó en el 2014 del 21 % al 6 %. No obstante, solo puede deberse a causas excepcionales y porque tenga un impacto decisivo en el tejido productivo. La mayor parte de los países de la UE aplican el tipo general, que en España es del 21 % y en Alemania, por ejemplo, es del 19 %. Además, habría que explicar muy bien a la UE por qué el país sigue bajando la presión fiscal de este impuesto, porque Bruselas no ve con buenos ojos que la hostelería y restauración disfrute de un IVA reducido, cuando en el conjunto de la UE se aplica el tramo general.

Falta de progresividad

A la resistencia europea se suma otro factor: la falta de progresividad. Cuando se decreta una bajada del IVA de la luz como la que anunció el Gobierno (con potencia contratada de hasta 10 kWh), se beneficia tanto a hogares ricos como humildes. Se está aliviando la carga a una familia de bajas rentas con hijos y a una pareja de rentas altas que puede utilizar la energía para suministros que no son básicos. Por eso algunos expertos sostienen que jugar con los impuestos para relajar los precios no es el medio más efectivo. Es más, la baja del IVA del 21 % al 10 % tiene otro efecto perjudicial para las finanzas: un agujero fiscal en el Estado de 1.300 millones de euros al año, según la AIReF. Esos desajustes en las cuentas públicas, las pagan todos los ciudadanos en forma de recortes de gasto. Lo que se ahorra por un lado, se acaba pagando por otro. La reducción del IVA de la luz al 4 % solo agravaría la pérdida de ingresos.

Bono social

Por eso Bruselas apunta en otra dirección: los bonos sociales -pueden solicitarlo los consumidores en el mercado regulado, no el libre- o ayudas de urgencia. La bajada de impuestos no discrimina entre rentas altas o bajas, pero esta medida sí. Y puede ser tan precisa como el Gobierno quiera, estipulando umbrales de renta, capacidad contratada o peso de la energía en la factura final de los pequeños negocios si es que estos no pueden desgravar los recibos.