La concentración bancaria dificulta el acceso al efectivo a 250.000 gallegos

Ana Balseiro
A. BALSEIRO MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

Según el Banco de España, 38 concellos no tienen ni oficinas ni cajeros

04 ago 2021 . Actualizado a las 21:06 h.

Sacar dinero en efectivo, ya sea en el cajero automático de la esquina o directamente en la sucursal del banco de dos calles más abajo, es misión imposible para 1,3 millones de españoles (el 3 % de la población), 250.000 de ellos en Galicia. La paulatina pero constante concentración bancaria, iniciada con la crisis del 2008 y acelerada con la digitalización, se ha llevado por delante la mitad de la red de oficinas y el 20 % de los cajeros, de modo que un cuarto de millón de gallegos se ven obligados a desplazarse una media de tres kilómetros para poder disponer de dinero contante y sonante.

Esa es una de las conclusiones de un informe analítico publicado ayer por el Banco de España sobre las infraestructuras del efectivo y la vulnerabilidad en el acceso él, que sitúa a la comunidad a la cabeza del país —solo por detrás de Castilla y León— en este tipo de déficit financiero. En concreto, son las provincias de Lugo, A Coruña y Ourense las que concentran el mayor número de afectados: residentes en localidades pequeñas, de 1.700 habitantes de media; con un 35 % de vecinos mayores de 60 años y con ingresos inferiores a la media nacional. El cajero o el banco más próximo están en un radio de tres kilómetros, lo que —según el estudio— los coloca en una situación de vulnerabilidad media.

La situación es especialmente grave en 38 ayuntamientos gallegos que carecen de infraestructuras financieras básicas, tanto sucursal como cajero: 26 en Ourense, que suman 25.870 vecinos; ocho en A Coruña (14.409), tres en Lugo (2.072) y uno más en Pontevedra (1.073). Lo que se traduce en que una horquilla de entre el 8,4 % de la población ourensana y el 0,1 % de la pontevedresa no tiene puntos de acceso al efectivo y se ven obligada a desplazarse a otra localidad para conseguirlo.

Idéntica situación es extensiva a un millón de españoles y para alrededor de 340.000 incluso es más difícil, ya que sufren una vulnerabilidad severa, que se traduce en que deben recorrer una distancia media de casi 9,5 kilómetros para ir al banco. El territorio más afectado es Castilla y León y, dentro de él, las provincias de León, Salamanca y Zamora. Municipios pequeños (de 400 habitantes de media), más del 40 % de la población mayor de 60 años y poca renta componen el retrato robot de los más vulnerables a esta exclusión.

Correos como alternativa

El Banco de España destaca la notable desigualdad entre provincias en la reducción de la red de oficinas y cajeros, que ha profundizado aún más la brecha de los territorios que, como Galicia o Castilla y León, ya tenían históricamente menor cobertura financiera, debido a factores como su baja densidad de población o la orografía.

Tras alertar de que es previsible que la concentración bancaria siga jibarizando los puntos de acceso al efectivo, el supervisor plantea la posibilidad de incentivar el uso de la red de Correos (además de las oficinas móviles o la retirada de dinero en tiendas), una fórmula aquí incipiente pero muy extendida en zonas rurales de otros países, como Irlanda, el Reino Unido o Australia.

La Xunta subvencionará la instalación de cajeros en 36 municipios para acabar con la exclusión financiera

Un total de 36 concellos que no disponen de cajero automático se han adherido ya al convenio firmado por la Xunta y la Fegamp mediante el cual la Consellería de Facenda financiará la instalación de expendedores de efectivo para acabar con la exclusión financiera que padecen las zonas rurales y que sus ciudadanos puedan acceder a los servicios bancarios en su lugar de residencia.

Según explicaron fuentes de Facenda, la iniciativa consiste, además de instalar cajeros automáticos en dependencias municipales, en la prestación de un servicio de asistencia financiera que permita, «de xeito semellante a unha oficina bancaria convencional, solucionar presencialmente as dúbidas dos clientes». Se completará también con oferta de formación financiera y digital para los clientes, para facilitarles el acceso a la banca electrónica.

La Xunta concederá «un incentivo» a una entidad financiera —elegida por convocatoria pública— para que preste los servicios bancarios básicos en los municipios que se adhieran al protocolo firmado con la Fegamp y firmen el convenio correspondiente. Facenda señaló que el proceso de contratación «culminará en breve», sin concretar fecha. Su puesta en marcha en 36 concellos pondría fin a la exclusión financiera, ya que —según el Banco de España— son 38 los que carecen de cajero o de sucursal bancaria.