Grandes firmas de la moda se apuntan al «pop-up» para revitalizar las ventas

i. t. MADRID / EFE

ECONOMÍA

JEAN-GABRIEL BARTHELEMY

Las tiendas efímeras quieren acompañar al cliente de lujo en su lugar de descanso

25 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Las grandes firmas de moda también han sufrido una crisis de ventas durante la pandemia y todos los esfuerzos son pocos para lograr revitalizarlas durante el verano, pero las tiendas efímeras son mucho más que eso, son una «estrategia de marca y buscan acompañar al consumidor». Dior, Chanel, Loewe o Louis Vuitton son algunas de las grandes firmas que optan en verano por establecer en lugares estratégicos una pop up (tienda efímera), un reclamo que no es nuevo y que forma parte de la «estrategia de la marca», explica Teresa Pérez del Castillo, doctora en Comunicación y profesora de Comunicación y Gestión de Moda de la Universidad Villanueva. «Una manera de posicionarse para acompañar al consumidor en su destino vacacional. A pesar del auge de la venta online, la tienda física no ha perdido su valor», continúa diciendo la profesora, quien considera que las pop-up, ahorran mucho dinero las marcas al tener que financiar un punto permanente. Las tiendas efímeras son un reclamo en sí mismas, porque provocan la curiosidad de encontrar algo nuevo, que estará disponible por poco tiempo y su mera propuesta provoca la intranquilidad de perder la oportunidad de una buena adquisición. Pérez del Castillo recuerda que el concepto no es nuevo, «lleva en el sector varios años» con una intención clara: acompañar al cliente en su estilo de vida allá donde vaya, «conseguir que sienta que es parte de la marca e incluso co-crea», pues se le ofrece la posibilidad de personalizar los diseños.

María Martín, profesora del Master de Gestión de Empresas de Moda de Isem Fashion Business School-Universidad de Navarra, coincide en que se trata de una fórmula ya instaurada, que permite acercar la marca al consumidor habitual y también «a un cliente potencial de modo más informal». «Son muchos los que entran en estos espacios y, sin embargo, no se atreven a hacerlo en una gran ciudad».

Joyería, muebles de diseño o firmas de moda no pierden la oportunidad de instalarse en lugares emblemáticos, con visitantes de alto poder adquisitivo. La docente de Isem señala que, pese al empuje de la venta digital, el cliente de lujo «vive una experiencia en la adquisición presencial a la que no quiere renunciar» tampoco en época de descanso.