Pablo Isla: «Los resultados invitan al optimismo, tenemos mucha capacidad para crecer»

G. Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Inditex

El presidente de Inditex destaca que la pandemia ha impulsado al grupo gallego como el distribuidor de moda «online» con mayor rentabilidad

14 jul 2021 . Actualizado a las 15:35 h.

Siguiendo esa máxima de que toda crisis es, a su vez, una gran oportunidad para quien sabe aprovecharla, el presidente de Inditex, Pablo Isla, arrancó este martes su discurso ante la junta general de accionistas subrayando que el de la pandemia ha sido «un año clave en la transformación estratégica de la compañía». Una dura prueba que, pese al sinfín de restricciones, ha superado gracias a una apuesta previa por la integración de sus ventas físicas y online, que en los meses más duros de la crisis sanitaria permitió compensar a través de Internet los pedidos que no se podían atender en establecimientos físicos.

Solo el año pasado, las ventas telemáticas crecieron cerca de un 80 %, hasta los 6.600 millones de euros. Y en el primer trimestre del 2021 (que en su caso abarca de febrero a abril, coincidiendo con la tercera ola de la pandemia), la multinacional gallega consiguió duplicar su facturación respecto al mismo período del año anterior e incluso mejorar en un 5 % las cifras del 2019. Todo eso, remarcó Isla, con un 24 % de su superficie comercial inoperativa por los cierres y gracias a que la venta online sigue creciendo a ritmos vertiginosos: un 67 % en el primer trimestre. De hecho, el ejecutivo situó a Inditex como el distribuidor de moda por Internet con mayor crecimiento y más rentabilidad del mundo.

Ya avanzado el proceso de desescalada gracias a la vacunación, el presidente de Inditex explicó que actualmente tienen abiertas el 98 % de las tiendas en el mundo, aunque todavía se mantienen restricciones de horarios y aforos en algunos mercados.

En su discurso ante los accionistas, Isla insistió en que esta resiliencia mostrada por la compañía es fruto de una apuesta por la digitalización y su integración con la venta presencial en la que la compañía ha invertido más de 11.000 millones en los últimos diez años. Pero sin olvidar, insistió, que los establecimientos físicos deben jugar un papel central al actuar no solo de escaparate de las colecciones, sino también de punto de entrega o devolución de los pedidos, de ahí que se prioricen las tiendas con mejores ubicaciones.

«La sostenibilidad, en todos sus aspectos, es un pilar estratégico de la misma importancia que la digitalización»

Isla hizo especial hincapié en las políticas de sostenibilidad, cuya importancia colocó al mismo nivel que la digitalización en la estrategia del grupo. Anunció, en ese sentido, que el grupo adelanta algunos de sus objetivos, como la consecución de emisiones netas cero, que ahora sitúa en el 2040, diez años antes de lo previsto anteriormente. Para el año que viene esperan que el 100 % de la energía consumida por la multinacional sea de origen renovable.

De cara al futuro, el presidente de la textil aseguró que los resultados de los últimos meses «invitan a mirar al futuro con optimismo, solidez y pensando que tenemos mucha capacidad de crecimiento».

Dividendos

Parte de ese optimismo viene por la sólida posición financiera del grupo, con más de 7.000 millones de euros en caja disponibles para invertir. Isla defendió, además, la política de reparto de dividendo «atractiva y predecible» que aplica la multinacional, que destina un 60 % de su beneficio anual, más un bonus extraordinario, a retribuir al accionista.

Este año, ese pago ha quedado fijado en 0,70 euros por acción (0,22 euros en concepto de dividendo ordinario y 0,48 euros por el dividendo extraordinario). La mitad del importe se abonó el pasado mes de mayo, y el 50 % restante se hará efectivo a partir del próximo 2 de noviembre.

Los ejecutivos se suben la retribución variable y recibirán incentivos en efectivo y acciones

Los más de 1.900 accionistas que participaron en la junta (de forma presencial, telemática o representados por terceros, como el caso del fundador del grupo, Amancio Ortega) avalaron la docena de acuerdos elevados por el consejo de administración. Entre ellos, la modificación de la política retributiva para los consejeros ejecutivos del grupo, con una mejora de sus variables.

Así, Pablo Isla mantendrá hasta el 2023 un salario fijo de 3,25 millones de euros anuales, sin cambios (a petición propia, remarcan en el grupo) desde hace ocho años. Por su parte, el consejero delegado, Carlos Crespo, tiene garantizados 1,5 millones anuales. A eso hay que sumar los variables, que se incrementan sustancialmente en la nueva política, al pasar de hasta un 100 % del salario fijo al 120 %.

A ese incremento hay que añadir un nuevo plan de incentivos para 750 ejecutivos del grupo. Durante los próximos cuatro años, estos directivos recibirán, por un lado, bonus en efectivo y, por otro, un pago en acciones, hasta un máximo de 7,5 millones de títulos (lo que al cambio actual supondría más de 220 millones de euros solo en acciones). La previsión es que Isla reciba un máximo de 300.000 títulos y el consejero delegado, Carlos Crespo, otros 160.000.

Precisamente, para abonar los incentivos del plan vigente en la actualidad, Inditex anunció ayer la compra de hasta 2,5 millones de títulos, por un importe de 85 millones, antes del 14 de octubre.

Tanto en su discurso como a preguntas de una accionista que intervino telemáticamente, Isla reiteró también su compromiso de seguir avanzando en la mejora retributiva de los empleados, reivindicando el concepto del living wage (salario decente, suficiente para vivir), dentro de la estrategia de «El trabajador en el centro» que aplica la multinacional.

Una transformación histórica «made in» Galicia

Año de «máxima complejidad» el que —como todos— vivió Inditex en el 2020. Un ejercicio que, aun en medio de una feroz pandemia, resultó «clave en la transformación estratégica» de la multinacional textil. Así es como lo definen sus responsables. Un rumbo iniciado en el 2012, después de que Pablo Isla asiera el timón del barco de manos de Ortega, y al que se han dedicado 11.000 millones de euros.

El resultado: un modelo de negocio basado en la integración de las tiendas físicas y online y una imparable expansión internacional que ha permitido al gigante textil estar presente en los cinco continentes. Hoy Inditex es capaz de servir sus prendas en 216 mercados de todo el mundo.

Muchas cosas han cambiado en la manera de hacer de la compañía en estos años. Y más que cambiarán en los próximos. Son 2.700 los millones que el grupo habrá invertido entre el 2020 y el 2022 en seguir avanzando en su transformación. Pero hay al menos dos cosas que no han variado un ápice. La primera, la piedra angular del negocio: el cliente siguen estando en el centro de las decisiones que se toman en el seno de la empresa. Y la segunda, que a esas decisiones se les da forma en Arteixo, donde tiene la multinacional su cuartel general. En suelo gallego se construyen los mimbres de esa transformación histórica y transversal en la que anda inmersa Inditex camino de una empresa cada vez más digital, integrada y sostenible. Y en suelo gallego se quedan también buena parte de los beneficios, el empleo y la riqueza que genera la multinacional.

Creación de valor

Precisamente esa creación de valor para la comunidad fue una de las cosas que destacó ayer Pablo Isla ante la junta de accionistas de la compañía. Aclaró el primer ejecutivo de la firma que el grupo pagó el año pasado 1.201 millones de euros en impuestos en España, algo más de un cuarto de los 4.689 millones de euros que le exigió el cumplimiento de sus obligaciones tributarias en todo el mundo. Más de la mitad de esos 1.200 millones —620, concretamente— son impuestos directos. Se refirió también el presidente de la multinacional a los 3,3 millones de beneficiarios directos de los programas de inversión social a los que Inditex contribuyó el año pasado, a los que destinó algo más de 73 millones de euros.