Solución: no consumir
No hay un umbral de dolor o de caída del consumo que marque un punto de inflexión en los precios de la energía. Es más, los meses estivales son, tradicionalmente los más baratos, porque no hay tanta demanda, incluso con olas de calor por medio. Pero esa ecuación se ha roto este mes. «La única solución es no consumir. Y se llegará a eso. Habrá gente que pare porque no puede aguantar los costes», anticipa Gago.
El gas apunta alto
La misma semana en la que el Ministerio español de Transición Energética se manifestaba a favor de excluir las infraestructuras de gas de las ayudas del fondo europeo de recuperación Next Generation EU, el precio de este combustible se disparaba hasta los 28,08 euros el MWh en España. En los últimos quince días se ha encarecido en Europa casi un 2 %, según la asociación GasIndustrial, y se anota tres meses consecutivos de alzas considerables en los precios de los futuros del 12,38 % (abril), 4,23 % (mayo) y 6,84 % (en lo que va de junio), lo que hace anticipar una senda alcista sostenida. «Básicamente, el gas es el problema. Está absolutamente desatado», asegura Gago.