Con ello, se abrirá paso a la reforma del mercado eléctrico, con la eliminación de los conocidos beneficios caídos del cielo para estas tecnologías del mix energético, que estaba incluido en el pacto de coalición entre PSOE y Unidas Podemos.
Según indicaron fuentes gubernamentales, la previsión es que el Consejo de Ministros aborde este martes un anteproyecto de ley en este sentido con el objetivo de reducir la factura de la luz de los consumidores, que ha subido notablemente con el repunte de los CO2, entre otras cosas.
Desde el pasado mes de enero y con la tensión sufrida en el precio de la luz por el paso de Filomena en la segunda semana de ese mes y la ola de frío en la tercera, que llevó a un episodio coyuntural de subidas alcanzando niveles récord, la reforma del mercado eléctrico volvió a convertirse en tema de debate entre los socios de Gobierno.
Concretamente y con este anteproyecto normativo, las eléctricas tendrán que repercutir en su coste de producción los derechos de emisión del CO2 para estas dos modalidades de generación, por lo que se les descontará del precio del mercado mayorista. De esta forma, su situación será análoga a las condiciones que ya tienen las plantas gasistas.
La propuesta respetaría el marco normativo europeo y sería similar al existente entre 2006/2009, con la minoración de una parte del dividendo del CO2 a plantas no emisoras previas al 2005 que vendan energía en el mercado.
La previsión es que, en función de los precios actuales por la emisión de CO2 de unos 50 euros por tonelada, dicha minoración (en caso de ser total) tendría un impacto de al menos 1.000 millones, que a su vez supondría un abaratamiento de la factura del 4 o 5 %. No obstante y en un escenario de un coste de 100 euros por tonelada de CO2, se alcanzarían los 2.100 millones, aunque esos niveles se consideran improbables.
Beneficio para particulares y pymes
La eliminación de estos beneficios caídos del cielo repercutirá a los consumidores particulares y a las pequeñas y medianas empresas, que verán reducidas sus facturas. Además, supondrá un incentivo para que las compañías del sector «desplacen» su «tejido productivo» hacia las renovables e ir dejando atrás las tecnologías vinculadas a combustibles fósiles.
A su vez, la intención es que el 10 % de esa cantidad que se minorará de los llamados beneficios caídos del cielo irá a parar a un mejorado bono social que ayudará a unos 300.000 consumidores vulnerables.
Las citadas fuentes gubernamentales señalaron que se ha optado por este mecanismo, que «jurídicamente está muy armado», tras llegar al convencimiento de que el actual momento requería «avanzar en medidas de alto fondo» en el sector eléctrico.
c. porteiro
«Consume todo lo que quieras, que el importe de tu factura no va a cambiar», «precio estable, ¡que no te asusten!», «no hay más costes que lo que consumas. ¡De verdad!». Son algunos de los reclamos, no del todo transparentes, que están lanzando estos días las grandes comercializadoras de luz y gas para atraer a los 11 millones de consumidores del mercado regulado, que han visto temblar el suelo bajo sus pies con el nuevo cálculo de los costes regulados (peajes y cargos) que hoy entra en vigor.
La confusión creada por los cambios tarifarios, y el miedo a que se dispare la factura entre aquellos clientes que suelen usar cocinas, lavadoras o secadoras en los picos horarios (de 10.00 a 14.00 y de 18.00 a 22.00), ha hecho que muchos ciudadanos se replanteen el cambio al mercado libre, donde proliferan ofertas de tarifas planas y estables que prometen cobrar siempre lo mismo por la energía.
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c. porteiro
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La confusión creada por los cambios tarifarios, y el miedo a que se dispare la factura entre aquellos clientes que suelen usar cocinas, lavadoras o secadoras en los picos horarios (de 10.00 a 14.00 y de 18.00 a 22.00), ha hecho que muchos ciudadanos se replanteen el cambio al mercado libre, donde proliferan ofertas de tarifas planas y estables que prometen cobrar siempre lo mismo por la energía.
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